Destellos de ternura

Dos meses después de...

Dos meses después de...

Su corazón palpitaba con fuerza, la frecuencia acelerándosele como si hubiera corrido por varias horas, pero tan sólo acababa de despertar de un sueño. Más bien, de una pesadilla, un recuerdo que no se marchaba de su mente.

Lo veía ahí, en medio de un charco de sangre, con las huellas de los colmillos aún marcadas en la piel blanca de su cuello. Sus ojos negros ya sin vida, aún pidiéndole por una última mirada.

Harry se cubrió la cara con ambas manos. No quiso encender la luz y sólo agradeció que esa noche la luna no hubiera salido. La oscuridad era total a su alrededor. Sin embargo, un brazo pasó sobre sus hombros atrayéndole hacia un pecho que conocía desde hace mucho, pero que tan sólo en las últimas semanas pasaba demasiado tiempo acurrucado en él, siempre conteniendo las lágrimas que no dejaba salir, por muy doloroso que fuera retenerlas en su garganta.

— Deberíamos hablar de esto con alguien.

— ¿Con quién, Ron? —cuestionó amargamente—. Todos han muerto... Dumbledore, Remus, Sirius...

— A ellos ya los habías superado, pero hay alguien más que aún no puedes.

Harry no respondió, sabía perfectamente a quien se refería su amigo. Ron casi siempre evitaba mencionarlo, no se sentía cómodo ante la tristeza que manifestaba el ojiverde por aquella muerte... era perturbador no saber manejarlo, aunque se sorprendía a sí mismo de sentir una especie de empatía hacia los sentimientos de Harry, no en la misma intensidad, quizá ni siquiera por el mismo motivo. Pero el hecho de ver a su amigo tan afectado era más que suficiente para que a Ron ya le importara aquella muerte.

— Hermione puede ayudarte, ella es inteligente y sabrá qué hacer.

— ¿Y qué le digo, Ron?... porque ni yo sé lo que me pasa.

Ron no quiso proponer a sus padres. Harry se rehusaba a aumentar su preocupación, aún los veía muy abatidos por la muerte de Fred... ¿cómo iba a pedirles su ayuda cuando ellos sólo se mantenían en pie gracias a sus demás hijos?

Comprendiendo que lo único que podía hacer y que hacía cada noche desde la destrucción de Voldemort era quedarse en silencio permitiendo que Harry le abrazara hasta que el cansancio lo venciera, Ron lo hizo.

Agradeció en silencio cuando por fin sintió la respiración de su amigo volviéndose acompasada indicando el inicio de un sueño. Ron sabía que de todos modos su amigo no descansaba bien, su ceño tenso se lo confirmaba, y esos suspiros escapando ocasionalmente mencionando un apellido que había formado parte de su vida... "Snape"

El pelirrojo sonrió irónico, tal vez hubiera sido bueno poner más atención en las clases de Pociones, así hubiera aprendido a hacer aquel brebaje que servía para dormir sin soñar nada. Ahora eso le hubiera servido mucho a su amigo.

A la mañana siguiente, miró como Harry se vestía monótonamente, apenas poniendo atención en cómo abrocharse la camisa. Sus gafas ocultando parcialmente unas profundas ojeras.

— Hoy iré a ver a Hermione. —le comunicó Ron—. Le pediré ayuda, no puedo permitir que continúes así, Harry.

— Me siento mejor. —dijo dejándose caer desganado sobre la cama.

— No me importa lo que digas. Ya una vez los abandoné estúpidamente, no voy a hacerlo ahora, Harry, no dejaré que te consumas en vida. Es más, vendrás conmigo tú también.