Un error trascendental

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Un Error Trascendental


Harry sintió como una piedra se incrustaba en su espalda dolorosamente, más aún con el cuerpo de Draco aplastándole. Le empujó pero el rubio empezó a toser compulsivamente. El ojiverde se asustó por eso, le veía batallando para llevar oxígeno a sus pulmones.


— ¿Te sientes mal? ¿Qué te pasa? —preguntó inclinándose hacia él.


Draco le miró furioso, ¡estaba ahogándose y el muy imbécil le preguntaba si se sentía mal!... Finalmente consiguió que eso que estaba atorado en su garganta pasara dejando un horrible sabor amargo en el trayecto, aunque lo importante es que podía respirar mucho mejor.


Pero ahora tenía mucho frío, algo realmente extraño pues esa mañana de verano había sido calurosa hasta el fastidio.


Al ver que el chico ya estaba bien, aunque aún no podía articular palabra, Harry miró a su alrededor, se encontraba rodeado de árboles de frondosas ramas que no dejaban pasar casi nada de luz, aunque al mirar hacia arriba vio hielo entre las hojas, no reconocía el lugar pero seguramente era alguna parte del bosque prohibido. Ese era el plan, poder entrar a Hogwarts y buscar a Snape para hablar con él... Sin embargo, ahora no sabía si todo había salido bien. Aún tenía en su ropa los restos de poción, parte de ésta pegada seca en su piel.


Recordar lo sucedido le enfureció y girándose hacia Draco le empujó sin importar que el chico apenas estaba recuperándose


— ¡Todo esto es tu culpa, idiota, si algo sale mal te juro que la pagarás muy caro!

— ¡¿Yo?!... —dijo recuperando finalmente el aliento—... ¡Eres tú quien me debe una explicación! ¡¿Se puede saber a dónde demonios me has traído?!

— ¡Yo no te traje a ningún lado, nadie te llamó!

— ¡Malagradecido, yo lo único que quería era salvarte!

— ¡¿Y desde cuando eres tan misericordioso?! —exclamó elevando los brazos al cielo.

— ¡Desde que quiero olvidar lo que hiciste en el colegio y ahora estamos a mano, te he salvado la vida, ya no te debo nada!

— ¡Ay, por Merlín, que estupidez!

— ¡Ya explícame dónde estamos para poder regresar!


Harry respiró hondo, no tenía caso seguir peleando, ni él tenía idea de lo que había pasado. Caminó hasta una roca donde se sentó en silencio, sacó su varita para retirar de su cuerpo los pegajosos restos de la poción. Hizo lo mismo con Draco, pero si el rubio lo notó, no hizo ningún comentario al respecto.


— ¿No vas a responderme? —increpó Draco—. ¿Acaso piensas quedarte sentado ahí?

— Escucha, hurón, no tengo idea de donde estamos... O mejor dicho, de cuándo estamos.

— ¿Cuándo estamos?... ¡¿Qué clase de expresión es esa?!


Harry puso los ojos en blanco... ¿porqué de todos los que podían haberlo acompañado, le tenía que tocar ese quejumbroso rubio?


— Escucha... —respondió procurando ser paciente—... Hermione me preparó un giratiempo para...


En ese momento Harry recordó el giratiempo, rápidamente se puso de pie regresando al lugar donde habían aparecido, buscó entre la hierba consiguiendo encontrarlo, pero estaba totalmente arruinado.


— ¡Maldición! —gritó girándose a mirar a Draco con los restos empuñados en su mano—. ¡Todo es tu culpa, tarado! ¡Más te vale que no haya funcionado y estemos aún en el presente o no tengo idea de cómo regresar!

Destellos de ternuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora