Parte 15 Llevando a cabo el plan

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¡Hola nuevamente, amigos lectores!

Acá les traigo un capítulo más. Muchas gracias a quienes me escriben y me dejan sus estrellitas. De verdad, aprecio mucho que estén al pendiente de las actualizaciones de esta historia.

Los personajes e imágenes utilizadas son propiedad de Rumiko Takahashi. La historia está escrita sin fines de lucro.

Por otro lado, al caer la noche, en Tokio, Ranma había llegado a la casa de sus padres, pues les debía muchas explicaciones aún. Obviamente, sabía que estarían molestos con él, pero tenía que enfrentarlos:

- ¡Vaya! -dijo su papá, bastante molesto- ¡hasta que te dignas en aparecer!

- Hijo, ¡qué alegría verte!... ¿estás bien? -dijo su mamá muy preocupada, abrazándolo-.

- Sí, estoy bien, mamá... -respondió Ranma- de verdad, siento mucho haberlos preocupado.

- Fuiste muy desconsiderado, Ranma -dijo su papá nuevamente- habíamos quedado en algo y no lo cumpliste.

- Lo siento tanto, papá, pero debía arreglar las cosas con Akane, no podía esperar un minuto más.

- Pero, hijo, ¿arriesgando tu salud? -dijo su mamá-.

- Tenía que hacerlo... tenía que hablar con ella y aclarar todo... no podía quedarme de brazos cruzados, sabiendo que un malentendido nos había separado.

- Bueno, pero, ¿al menos sirvió de algo tu esfuerzo? -dijo la señora Nodoka-.

- Sí, mamá, así es.

- ¿Entonces ahora sí ya es tu novia?

- No, no es mi novia.

Sus papás voltearon a verse, no comprendiendo nada y él continuó:

- Es que... Akane... es... mi prometida.

- ¿Qué? -dijeron al unísono-.

- Sí... le propuse matrimonio y aceptó.

Su mamá se acercó más a él y le tocó la frente:

- Tienes algo de fiebre, mañana mismo iremos con el doctor para que te revise, porque aún estás padeciendo de alucinaciones.

- Me parece muy bien, Nodoka -dijo el señor Genma- tal vez el doctor deba cambiarle las medicinas.

Ranma sólo negó con la cabeza y les dijo, sonriendo:

- No me creen, ¿verdad?

- Hijo, es normal que digas incoherencias, aún no te has recuperado del todo -dijo su mamá-.

Ranma se rio y después le dijo:

- No estoy alucinando, mamá, esa es la verdad... permítanme contarles todo.

- Está bien –dijo la señora Nodoka- pero primero, ven a cenar con nosotros, porque imagino que no has comido aún, ¿verdad?

- No, aún no, pero, no quiero que te pongas en molestias... cuando vaya a mi departamento comeré algo.

- Nada de eso, ven a comer con nosotros y nos cuentas bien cómo están las cosas.

Mientras cenaban, Ranma les contó todo a sus papás. Ellos lo escucharon atentamente y cuando terminó de contarles, ambos voltearon a verse, sin decir nada. Hubo un largo silencio.

Tu bello corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora