Capitulo 19

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El agua fría lo despertó al instante, Christopher parpadeo para orientarse y se movió enojado al darse cuenta de que estaba atado. El pánico y el miedo por Raven lo hizo gemir. La busco por la habitación iluminada y se sintió aliviado al notar que ella no estaba ahí.

— Tu querida no está aquí. — Le dijo la voz a su izquierda y clavó la vista furiosa al ver a David parado a su lado.

Si no hubiese estado amordazado lo habría mordido, pensó enojado.

— Sé que tienes la costumbre de morder como la bestia asquerosa que eres. — Le dijo el hombre pasándole un dedo por la mordaza y la mejilla.

Lo escucho reír suavemente y luego suspirar.

— Sé que has tenido amantes en tu anterior vida, pero creí que había dejado una marca en tu corazón pirata.

Christopher lo miró con más atención y trató de alejarse cuando él le pasó la mano por el torso en una caricia sensual.

— ¿No me recuerdas? — David negó haciendo sonar la lengua. — Pasamos un idílico verano en Italia, me diste más dinero del que robaste y luego me dejaste en esa isla de un día para otro. Habría esperado más respeto después de pasarla tan bien juntos. Pero Baumman solo follaba hasta que se aburría ¿Verdad?

Él lo miró como si se hubiera vuelto loco.

— No me mires así. — Le dijo el otro hombre divertido. — No estoy enojado, sé que eres un bastardo. No estoy desquitandome por despecho. Escuché los rumores de tu muerte y lo lamente, pero cuando te vi hace unos días, al principio creí que era una alucinación, luego entre en duda, por lo que recuerdo eras más zaparrastroso. Pero no hay dudas de que eres ese Baumman que está muerto y no muerto.

Christopher lo vio sentarse en la cama y apoyar las manos en el borde.

— No me interesa repetir experiencia, me interesa tu dinero. Se que eres generoso, podrías compartir algo de lo que se que tienes, después de todo la puta con la que estás tiene más joyas encima que un joyero andante.

Él se removió molesto por sus palabras y el otro río divertido.

— Puedo chupartela si quieres, para que no sea tan desparejo.

David se levantó rápidamente cuando la puerta se abrió y él vio con horror que entraba Raven con un candelabro y un cuchillo y lo apuntaba.

— Rata asquerosa. — Dijo ella entre dientes y cerró la puerta con el pie.

Christopher quería que se vaya, que desaparezca. Negó una y otra vez y ella lo miró, abrió los ojos cuando vio a David abalanzarse contra ella. Pero ella lo sorprendió dándole en la cabeza con el candelabro.

— ¡Estúpido! — Le dijo despectiva. — ¿Me crees tan imbécil?

Si el pudiera reír lo habría hecho, si el miedo no le hubiera atenazado los músculos. La vio darle una patada y acercarse a él. Blandiendo el candelabro como arma mortal, le pasó el cuchillo por las cuerdas de la mano.

— Quítatelo. — Dijo ella señalando las cuerdas cortadas.

David la miró sorprendido y se arrodilló poniéndose la mano en las costillas dónde ella lo había pateado.

— ¡Es un maldito pirata! — Le dijo furioso.

— Es mí maldito marido y ni tú ni nadie me lo va a quitar. — Amenazó levantando el candelabro que tenía en la mano.

— Estarás mejor viuda. — Le dijo David levantándose. 

Christopher se quitó rápidamente las cuerdas.

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