Capítulo 8

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Mi mundo se redujo a lo más pequeñito de este planeta y no es la hormiga...

¡Cómo es que Shaoran deja que ella...! ¿Por qué él..? ¿De qué me pedí?.

—Sakura amor... ¡Volviste! —niego, para salir de mi burbuja de enfado, pasa una idea por mi cabeza, le sonrió a mi novio, si ya se, mi novio no tenía nada que ver con mi enojo, ¿por que debería estar enojada por ese idiota?, puede hacer lo que se le de la gana con su vida.

Paso mis manos por el cuello de Kaito y le plante un beso, todos comienzan a gritar y abuchar, abrí un solo ojo y miró de reojo a Shaoran quien empuña su mano, me importaba poco, además, ¿por qué debería de importarme lo que haga ese mocoso engreído?

Me separó de Yuna y le sonrió.

—¡Qué ganes! —le sonrió, antes de irse tomó su mano —Te quiero, Yuna. —él apretó un poco el agarre y me acerca a él, para abrazarme con fuerza, me carga y me da vueltas.

¿Pero qué carajos acabo de hacer?.

......

El partido iba en su punto más emocionante de todos estos minutos, nuestro equipo iba ganando, pero no era mucho, llevaban dos puntos de ventaja, el equipo contrario contraataca muy bien.

Respondían sin temor alguno, pero sabían que las cosas se les estaban dificultando.

Minutos después, uno de los jugadores tira a Shaoran con fuerza leccionando a este, mis pies, mi mente y mi corazón no lo pensaron dos veces, corrí como alma que lleva el diablo hasta donde estaba Shaoran, lo mire con preocupación, él se estaba retorciendo del dolor

—¡Shaoran, Shaoran! —él seguía haciendo muecas de dolor, mi corazón se partió en mil pedazos de verle así. —Shao... —lo abrazó del cuello y lo arrulló, tal vez eso calme un poco su dolor y lo haga olvidar por un instante todo eso que sentía. Poco a poco él se estaba relajando.

—Saku.. Gracias.. —habían llegado los paramédicos, le colocaron compresas frías, le sobaron pero.. Su tobillo estaba muy hinchado, Shaoran seguía con mi mano entrelazada con la suya, cada vez que apretaba mi mano maldecía por lo bajo, ya que no podía continuar jugando.

Los paramédicos le iban ayudar a parar pero él no dejó, estaba muy molesto.

—No te enojes con ellos, no te han hecho nada, debes enojarte es con el equipo contrario, los paramédicos solo te están ayudando Shaoran —le susurro y le sonrió, tiendo mi mano y le ayudó a levantar del suelo, él niega.

—No es eso, solo quiero que tú me ayudes, ¡vamos! —abro mis ojos, asiento en afirmación —¡Yuna! — él se acerca a nosotros y nos mira con extrañeza.

Carajo, se me olvido que no estaba sola, todos nos ven en el gimnasio.

—Serás el capitán, no podré jugar más, mucha suerte y aplastalos por mi.

Shaoran le pasa la cinta de capitanía a Yuna, y este lo mira con una sonrisa ladeada.

—No lo tienes que decir hermano, así será

—Suerte Yuna —le sonrió, ambos los estaremos apoyando desde las bancas, con cuidado, camino con Shaoran hasta poderlo sentar donde nos encontrábamos nosotras, así lo pidió él.

.....

El partido con el equipo rival, estaba a punto de acabar, estábamos a segundos de sonar la alarma, Yuna hizo dos cestas de tres, osea desde la mitad de la cancha, teníamos una delantera enorme.

Pero evitaban a toda costa que el equipo contrario tomará el balón. Así que los amagaron.

Una verdadera humillación, ese equipo va a salir odiando nuestro colegio.

Una Ilusión Más © <SCC>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora