Capítulo 10

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Me encontraba mirando por la ventana del enorme bus en el que íbamos, el bello espesor del cielo. Reviso la hora de mi móvil, ya eran las 12 am; todos estaban jugando, riendo, hasta puedo a postear que jugaban a verdad o reto.

—¡Sakura ven amiga!, si tu juegas Shaoran también lo hará —me dicen los demás, reí  a carcajada

Niego, la verdad no estaba de ánimos para jugar aquel juego

—No atormenten a Sakura, ya dejenla en paz y tu Shaoran, ¡juega! — habla Tomoyo ordenando le a todo el mundo, reí  con diversión.

—Gracias amiga — le susurré. Vuelvo y me siento en mi silla, miró de nuevo por la ventana, suspiró con cansancio, al ratito alguien se sienta en la silla de al lado.

Miró de reojo y sí, a mi costado se había sentido alguien y no era Tomoyo, sonrió de medio lado — ¿Qué pasa? — me pregunta.

—¡Ya corté con él! —vuelvo a mirar por la ventana — Me duele haberlo hecho —Shaoran arrugó su entrecejo — No lo digo en ese sentido, simplemente es... ¡Que no me gusta lastimar a nadie!.

—Pero era mejor esto a que... — le tapó la boca, acaso se le olvida que estamos con todos en un bus. —No iba a decir eso, tontita — pasa su brazo por mis hombros y me atrae contra su cuerpo, mi corazón se acelera —Descansa, se ve que estás cansada.

—¡Y terminé sentada contigo! —cambió el tema.

—Tomoyo me lo pidió, dice que estás un poco triste, que mejor que tu mejor amigo — le pellizco un poco, ¡¿cómo puede decir eso?!, se soba un poco donde le pellizque.

—Gracias..

.......

Por fin habíamos llegado al hotel. Shaoran me levanta poco a poco, me susurra  al oído "despierta dormilona" creo que Tomoyo no estuvo conmigo si no mi "mejor amigo"

Asiento en afirmación y me estiró, tomó mis cosas, bueno no, ya Shaoran las tenía, todos comenzamos a bajar, Kaito chocó contra mí persona, bajo la mirada. Pero Shaoran y Tomoyo me jalan, creo que lo debieron notar, este tipo de cosas me deprimen mucho.

Habíamos llegado a la recepción del hotel, Tomoyo y las demás me toman junto con mis cosas y me encaminan a lo que sería nuestra habitación, era tal la emoción que yo no caminaba ni corría, yo volaba, mis amigas me tenían en el aire. ¿Qué tan liviana soy?

Llegamos a nuestra habitación, tenía cuatro camas justamente para nosotras, lástima de Naoko, faltaba ella, pero le tocó salir de urgencia del país por sus padres.

Ojalá todo salga bien.

Ahora nos encontramos Rika, Tomoyo, Meiling y yo.— ¡Me escojo esta! — grito Mei, corrí y puse mi valija en la cama cerca del balcón ganándole a Tomoyo, le sacó la lengua con diversión mientras ella gruñe por llegar tarde. Ahora les toca; una cerca de la puerta de la entrada y la otra del baño.

Suspiro y abro el balcón, la brisa fresca de la mañana choca contra mi cara, estiró mis brazos hasta que escucho que alguien hace bulla

—Aaahhh... Mis huesos se contraen —colocó mis manos en el barandal y miró hacia abajo, sonrió de medio lado.

—No te quejes, mira que hermosa vista.

—Ya la he visto mucho.

—Engreído — él me guiña un ojo, es verdad, ellos deben disfrutar estas cosas como si fuera un pasatiempo, en cambio yo, de vez en cuando, mejor dicho, cada vez que mis padres ahorraban o les daban bonus, o sus ciertos viajes de negocios, era cuando nosotros podíamos viajar.

Una Ilusión Más © <SCC>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora