CAPITULO II

3K 140 25
                                    





IL BACIO DEL DIAVOLO.


Antonella

La vida en Inglaterra no parece tan mala. Llegué hace apenas una semana y, aunque hoy es viernes, ya estoy sumergida en la vorágine de preparativos para mi nuevo empleo, que comienza el lunes. En este breve lapso, me he adaptado más rápido de lo que esperaba. Las personas aquí son amables a su manera, la comida no está mal del todo, pero echo de menos los postres caseros y las patatas sazonadas que solía preparar mi nana. Son esas pequeñas cosas las que a veces me hacen desear tomar un vuelo de regreso a casa, pero sé que no sería lo correcto. Estoy aquí para encontrarme, para descubrir quién es esa Antonella que, hasta ahora, desconozco por completo.

Mi amor por la comida italiana es innegable. Mi padre es italiano y, gracias a él, desde que era una niña, crecí rodeada de la cultura y la cocina de Italia. Con el tiempo, la comida se convirtió en algo más que una simple necesidad; se volvió una parte fundamental de mi vida. Sin embargo, nada se compara con la experiencia de degustarla en su lugar de origen, con el sazón y el amor que las personas le ponen. Una comida sin amor simplemente no sabe igual. Aunque he encontrado algunos lugares que hacen un trabajo bastante aceptable, todavía no he encontrado uno que se compare con el sabor y la autenticidad de los platos que solía disfrutar en casa.

Después de dar vueltas por la ciudad y hacer algunas compras para el apartamento, regresé exhausta. El clima inglés no es tan acogedor como para pasar largas horas en la calle, así que decidí refugiarme en la calidez de mi hogar. La llegada de la seguridad que papá ha enviado para protegerme está prevista para mañana. Aunque aprecio la preocupación de mi padre, la idea de tener escoltas me resulta un tanto abrumadora. Aún así, agradezco la oportunidad de tener un poco de paz y privacidad, sin tener que preocuparme por los reporteros que solían seguirme a todas partes en Nueva York.

Hoy es lunes, el día que he estado esperando y temiendo al mismo tiempo. Con el cambio de horario y el comienzo de mi nueva vida en Inglaterra, mi rutina ha cambiado por completo. Antes, todo giraba en torno a la universidad: levantarme temprano, ducharme, arreglarme y salir corriendo para no llegar tarde a clase. Ahora, mi rutina sigue siendo la misma, pero en lugar de dirigirme a la universidad, me preparo para ir a trabajar. Es mi primer día en mi nuevo empleo, y aunque estoy emocionada por esta nueva etapa, también me invade la incertidumbre y el nerviosismo. Solo espero que mi jefe no resulte ser un hombre amargado y de mal genio. Solo le pido a Dios que todo salga bien.

Son las ocho y treinta de la mañana. Estoy frente a las imponentes oficinas de Republic, rodeada de ejecutivos y empleados que entran y salen sin cesar. Respirando hondo, cruzo el umbral del edificio, lista para enfrentar lo que sea que este nuevo día tenga preparado para mí.

Me acerco a la enorme mesa de recepción, sintiéndome un tanto perdida en este nuevo entorno laboral. Como recién llegada, no tengo ni idea de dónde se encuentra mi oficina o si debo presentarme primero ante mi jefe. Ser empleada es un territorio completamente desconocido para mí, y la incertidumbre me abruma.

-Hola, buenos días- saludo a la recepcionista, tratando de ocultar mi nerviosismo detrás de una sonrisa forzada. Ella me devuelve una sonrisa cálida y amable, y responde cortésmente: -Buenos días, señorita. ¿En qué puedo ayudarle? -

-Soy Antonella Walton. Hoy es mi primer día en el departamento de relaciones públicas- informo, tratando de sonar segura de mí misma, aunque por dentro me siento totalmente perdida. La recepcionista me observa con curiosidad y simpatía, y asiente comprensiva.

-Sí, el señor Rinaldi la espera en su oficina, en el piso 20- me indica con amabilidad.

-Gracias- respondo con un gesto de agradecimiento, tratando de controlar los latidos acelerados de mi corazón. -Que tengas un buen día y buena suerte- añade ella antes de que me dirija hacia el ascensor.

La Esposa Del Magnate© {BORRADOR}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora