CAPITULO XVII

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ANTONELLA.

UNA COLAZIONE E UNA VERITÀ CHE DISTRUGGE 

Llevo más de una hora despierta observando el sol que se adentra por la pequeña abertura de la persiana Alessandro duerme con su rostro escondido entre mi cuello su mano izquierda me sostiene de la cintura, sus pies se mezclan entre los míos.

Maldición necesito ir al baño.

Sus ronquidos golpean mi oreja lo observo y niego con la cabeza como puede dormir sin escuchar su flamante y elevada forma de roncar.

Paso mis manos por su cabello Alessandro murmura algo entre sueño que no logro entender observo la hora los chicos llegaron muy tarde un poco borrachos decido que ya es hora de levantarme con cuidado quito su rostro y brazos de mi cuerpo poniendo una almohada en mi lugar la cual es atrae más cubriéndola por completo.

Parece un niño.

Luego de una ducha y un cambio de ropa salgo a la cocina el servicio todo un día de descanso el embarazo me tiene mas apetitosa por lo cual decido mejor hacerme de comer y de paso a todos en la casa.

Saco algunos huevos y pan y fruta realizo algunos homelet y unas tostadas francesas con la fruta media hora después coloco la mesa en el jardín poniendo de centro mi hermoso pastel de dos pisos de chocolate añado por cubierto las voces dentro de la casa me hacen volver mi vista encontrándome con un Dylan y Alex con una cara que grita-tuvimos una noche de sexo y mucho alcohol-

-Pero mírate toda una señora de casa-extiende sus manos en forma de súplica celestial.

-Buen día para ambos-saludo Dylan sonríe y toma lugar en la mesa.

-Vaya esto tiene buena pinta, Pequeña-y me sorprende oír eso de Dylan en el poco tiempo con el solo hemos compartido dos palabras o una sonrisa.

Asiento en forma de agradecimiento.

-Y mi esposo, dulce.

-Creo que aun duerme.

-Le diste duro anoche ¿no? - mis mejillas se ponen rojas con su insinuación.

-Metiendo el culo, apenas es de mañana Alex-un Alessandro duchado y con el seño fruncido se aparece por la esquina de la puerta caminando hasta posarse a mi lado y halarme hasta que nos adentramos a la cocina un poco lejos de todos.

-Buenos Días esposa, me desperté y no estaba a mi lado-coloca sus manos en mi trasero-Bellezza no lo vuelvas hacer-esta vez me toma del cuello estampando sus labios en los míos de una manera para nada lente o cuidadosa lo contrario me besa como si no lo ha hecho en mucho tiempo su mano sujeta más mi cuello acercándome mas coloco mi manos en su cuello y enrosco mis piernas en su trasera acercándolo.

Estoy tan absorta en el que al fondo se escucha un pequeño carraspeo el cual intento ignorar hasta que se vuelve a escuchar un poco más alto.

Lentamente dejo los labios de Alessandro colocando mi frente junto a la de el intentando controlar nuestras respiraciones que para este punto son un desastre sonrió dejando un casto beso y volteándome para ver quién es el importuno.

-Una disculpa señores-una apenada Mery se encuentra en la entrada-pero alguien la busca señora.

-Hazla pasar al patio, Muchas gracias, Mery.

Vuelvo a dirigir mi vista al hombre que ahora reparte besos por mi cuello.

-Si sigues así terminaremos como anoche y daremos un espectáculo a todos cielo.

-Lo primero me gusta-besa uno de mis pechos-pero lo segundo-niega.

-Lo se mi amor ahora tenemos invitados.

La Esposa Del Magnate© {BORRADOR}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora