CAPITULO VI

1.8K 88 0
                                    

ANTONELLA RINALDI

SULLA LUNA MOLTO ZUCCHERATO.

MUCHA AZÚCAR EN LA LUNA.

CONTENIDO +18

Alguna vez sintieron su corazón rebosado de felicidad, una felicidad que no se es imposible describir porque están perfecta, que no hay palabras que sean dignas de describirla, pero hay momento en que esa felicidad se vuelve vacío y juro que es más complicada que la felicidad porque con nada es capaz de cesar porque la soledad es una hija de puta un maldito karma que es capaz de acabarte en un momento estuve allí y la disfrute, pero con el tiempo me consumió que me perdí en la oscuridad de mí.

No tuve tiempo de cambiarme, ya que el jet de Alessandro nos esperaba, heme acá con el vestido, mi plan de dormir a la mierda amo mi vestido, pero están tan grande que pesa y llevarlo más de cuatro horas no es agradable.

El viaje duro más tiempo el clima no era tan bueno luego de unas horas más de viaje llegamos a un lugar como la encargada de la boda, Alessandro arreglo la luna de miel así que no tengo idea de donde estoy aún es de noche no hay mucho que se pueda ver, cambie mi vestido por uno corto de seda y un abrigo largo fue una pelea, ya que mi querido esposo tiene unos fetiches de querer follar con el vestido puesto juro que me calentó, pero no podría soportar más tiempo con eso, puesto a sí que tuve que negarme.

Bajo del avión en cuál aterrizo hace unos minutos, una auto negros nos espera, tomo la mano que me ofrece Alessandro, pero no termino de tomarla cuando.

Un flash es impactado en mi cara, las luces aumentan, Alessandro me coloca detrás del mientras la seguridad los aleja, mi vida solía ser así, pero al ser la esposa de un Rinaldi paso de ser la segunda a la primera.

Luego de una ola de preguntas descubrí que estoy en Grecia increíble la ciudad de los dioses griegos y vaya tengo mi propio dios griego que ahora es mi esposo.

Observo a Alessandro, el cual tiene su mirada fija en la carretera, una mano reposa sobre el volante y la otra cubre mi muslo desnudo.

Siento su mano dar leves carias en mi entrepierna y restregar sus nudillos sobre la tela de mis bragas.

Una sonrisa de arrogancia se forma en sus deliciosos labios, su vista aún fija en la carretera.

Me remuevo en el asiento y abro un poco más mis piernas, siento sus dedos, pasearse lentamente por mis pliegues e introduce dos de ellos, asiéndome jadear de la impresión al sentirlo pellizcas mi hinchada clítoris sus dedos me penetran tan lento que la sensación es tan placentera sus penetraciones son más aceleradas coloco mi mano sobre la suya intentando acelerar los movimientos estoy por llegar a mi orgasmo cuando se detiene, coloca su mano sobre el volante ignorando todo.

-eres un idiota-le susurro el cual ignora siguiendo con su mirada fija en la carretera, el malestar en mi zona baja es desesperante que intento terminar el trabajo, pero como siempre mi querido esposo no lo permite.

-oye, lo mío, nadie lo toca-habla retirando mi mano.

Ignoro su momento de posesión concentrándome en la vista por la ventana del auto.

La casa en Grecia es maravillosa, paredes blancas y la enorme pileta una maravilla.

Observo la vista, es mejor que una fotografía

Siento las manos de Alessandro colocarse en mi cintura abrazándome recuesto mi cabeza en su pecho nos quedamos observando todo por un tiempo

Hasta que sus manos empiezan a bajar mi vestido, un camino de besos comienza desde mi mandíbula hasta mi cuello, implico mi cabeza a un lado dándole acceso sus besos son húmedos.

La Esposa Del Magnate© {BORRADOR}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora