Kitty #46.

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-Así que quieres saber cosas desconocidas, ¿verdad? -comenzó a hablar Ragamuffin, sentado en aquel cuarto oscuro por el que pequeños rayos de luz se colaban por la cortina; sosteniendo un cigarrillo con una mano, mientras que con la otra sujetaba un documento- El tiempo ha llegado, para saber la verdad acerca de... Los gatitos... -desplegó sobre una mesa de madera, ya desgastada, el documento titulado como: "Kitty #46".

~***~

-Miau... Miau -lloraba el inocente gatito.

- ¡Gatito hambriento! -aseguró Lenore, dirigiéndose con una caja de comida para gatos hacia donde se hallaba "Kitty #46"- Golosinas para el gatito -exclamó la pequeña niña muerta, mientras dejaba en el tarro un poco de comida a su gatito.

El gatito comió desesperadamente y, al terminar, se refregó contra las piernas de Lenore, ronroneando de la felicidad.

La pequeña niña muerta jaló al gatito y lo abrazó con fuerza, dándole palmaditas en la espalda.

- ¡Amo al gatito...! ¡Es un gatito muy especial! -dijo, mientras seguía abrazando al gatito, ahora con más fuerza- ¿Gatito quiere jugar con el poste para arañar? -le preguntó, llevándolo hacia donde estaba el poste para arañar del cogote.

Al llegar, lo refregó en él. Como el gatito no hizo movimiento alguno, lo soltó, dejándolo caer.

- ¡Gatito dormido! -Exclamó, alejándose de aquella habitación...

La pequeña niña muerta se dirigió a la tienda de mascotas, donde solía hacer sus compras diarias de mascotas, ya que su gatito estaba "dormido".

- ¡Aquel! -eligió la niña y se marchó a su mansión.

~***~

-Oh, oh, tú quieres más, ¿no es así? -preguntó al público Ragamuffin, dejando caer varios documentos más, de perros y gatos, deteniéndose en otro, titulado: "Kitty #53"...

~***~

Lenore estaba tranquila, reposando en un sillón para uno, junto a su gatito de pelaje anaranjado -algo amarillento-.

En ese momento, sintió un olor muy desagradable...

Revisó sus axilas, pies, a Taxidermy... para descubrir que olía a gato muerto de Lenore.

- ¡Disculpe! -se quejó Taxidermy, mientras la pequeña se alejaba en busca de respuestas.

La pequeña niña muerta jaló al gato y lo olfateó, hallando la peste.

Ella hizo una mueca de asco, para luego salir corriendo de la habitación con el gatito en brazos hasta el baño, donde lo tiró a la bañera, lista como para un baño de burbujas.

El pequeño gatito no soportó el agua y salió disparado hacia arriba... chocando su cara contra el techo, dejando una mancha de agua en el techo y de nuevo cayendo hacia el agua.

- ¡Gatito limpio! -exclamó, con una sonrisa, la niña.

Lenore. (Roman Dirge)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora