The Taxidermy.

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Lenore jugueteaba con sus insectos coloridos y pegajosos de goma, o, más bien, tratando de que su paciencia no se agotara; ya que no podía despegarse uno de sus muchos juguetes de gomitas.

Alguien tocó la puerta. Lenore abrió la puerta, aún llena de gomitas en la cara; y se encontró con un hombre, que parecía tener la cara de un ciervo.

-Hola -dijo la cosa, y ella sonrió.

- ¡Wow! ¡Tú eres aseado...! ¿Qué te pasó?

-Es... una extraña condición médica -aclaró.

-Okey... -la niña miró hacia un lado. No sabía qué decir a un desconocido.

-Mi nombre es TAXIDERMY -se señaló -. Yo vivo en el bosque de allá atrás, pero tengo que ir al pueblo, y esperaba que tú puedas vigilar a mi amigo -prosiguió, mientras Lenore se seguía aburriendo-. Su nombre es Malakai, y él no causará ningún problema -aseguró, mientras mostraba algo parecido a una rata con dientes afilados, y pies de alambre. Diciendo eso, lo entró a la casa de la niña, y dio un portazo.

-Hola... ¿Estás vivo? -le dijo al bicho, viendo que no movía siquiera los ojos- ¿Hola...? -miró hacia el lado opuesto, donde se encontraba el bicho, y acercó uno de sus dedos a él, tratando de darle un toque para comprobar que esté vivo... pero vino el temor, y su dedo temblaba a centímetros del bicho.

- ¡Ay! -gritó Malakai y huyó.

- ¡Ahhh! -gritó también la niña de cabello rubio del susto, e hizo pequeños saltitos en el lugar, con los ojos cerrados.

En la casa, se escuchaban ruidos de cosas rotas por Malakai...

Y, por fuera de la ésta, Taxidermy se acercaba a la casa. Tocó la puerta muchas veces, y fue abierta, finalmente, por la niña; que traía en manos una caja con candado, de la cual sobresalían las patas de Malakai.

Se la entregó "amablemente" a Taxidermy.

-Ningún problema -murmuró Lenore, cerrando la puerta en su cara.

Lenore. (Roman Dirge)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora