El regreso de Mr. Gosh.

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Era una noche oscura y lluviosa en el pueblo de Nevermore... en el cementerio, descansaban en paz los muertos, excepto uno, que deseaba cumplir su sueño.

Un rayo alumbró el lugar por un minuto, dejando ver a una cabeza escondida debajo de una bolsa, con botones siendo reemplazados por ojos; detrás de él había una lápida que tenía grabada: “Mr. Gosh”.  

— ¡Lenore! —gritó con fuerza Mr. Gosh, elevando los brazos al cielo. Diciendo eso, él se arrastró por el cementerio, pretendiendo llegar a la casa de la tierna niña homicida llamada Lenore; al llegar a una colina, Mr. Gosh contempló la antigua mansión victoriana— ¡Aaaaaaahhh!

Lenore estaba tarareando feliz, mientras se secaba su cabello rubio.

Se detuvo y miró hacia atrás, con la sensación de ser observada; pero en la ventana no había rastros de que hubiera alguien... aunque Lenore siguió mirando, hasta que una bolsa y ojos de botón se asomaron por aquella ventana.

—Ya te vi. —dijo, señalándolo.

—No lo hiciste —replicó Mr. Gosh, caminando de puntitas hacia la puerta.

La puerta se abrió de golpe, dejando ver el traje rojo sangre de Mr. Gosh.

—Lenore, he regresado por ti, me gusta tu nuevo estilo de cabello —insinuó.

— ¡Aaaahhh! Espera un minuto, ¿no te prendí fuego y enterré en el patio trasero? —preguntó dudosa la pequeña niña.

—Bueno... sí, pero pensé que había sido un accidente; lo importante es que he vuelto para sofocarte con mi varonil amor —exclamó, dando un suave golpe a su pecho con ambas manos. 

— ¿Y no te atropellé con la cortacésped cientos de veces y te sepulté tiempo antes de esto? —preguntó, gesticulando con una de sus manos.

— ¡Sí! Seguro fue un accidente, pequeña harpía —aseguró nuevamente, con tranquilidad y alegría.

—Okey... voy a traer algo especial para ti de la cocina, enseguida regreso —dijo, alejándose de él; sin apartarle la mirada de encima.

—Entonces simplemente estaré aquí —le respondió, sentándose en el sillón de la sala; con paredes color rojo oscuro detrás suyo, y junto a un velador.

—Sí... sólo iré a buscar tu... regalo...

Lenore corrió hacia la cocina, mientras Mr. Gosh esperaba en el sillón; pero un cuchillo voló hacia su cabeza, seguido por varios cuchillos más, haciendo que Mr. Gosh cayera al piso. 

—Estoy empezando a sentir un poco de desamor aquí pero, te perdono, ¡cásate conmigo! —gritó las últimas palabras. 

— ¡Ahh! —Lenore dio un paso hacia atrás, con las manos cubriéndole la boca— ¡Ahhhhh! —salió corriendo y gritando de la sala. 

—El amor... duele —exclamó Mr. Gosh—. Dios, amo a esa mujer —dijo, y su cabeza se hundió entre los cuchillos que lo mantenían clavado al piso. 

~***~

Moraleja: si amas a alguien, déjalo libre. Si regresa, entiérrale varios cuchillos de 20 cm en la cabeza. Si regresa otra vez... entonces CORRE, SÓLO CORRE.

~***~

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Lenore. (Roman Dirge)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora