Lenore. (Roman Dirge)

El cazador de sueños (primera parte).

La pequeña Lenore jugueteaba en un mar de flores, en un día hermoso...

- ¡Esto no se puede poner mejor! -exclamó la pequeña, pero cambió esa opinión cuando calló del cielo un conejito y éste vino a dar en su cabellera rubia.

-Oh, ¡Sí se puede! -le aseguró, apareciendo desde atrás, un espantapájaros, con una cabeza de calabaza- ¡Bailemos la danza prohibida! -la sonrisa de la niña se desvaneció.

- ¿Por qué es prohibida? -preguntó con preocupación.

-No lo sé...

Comenzaron a bailar entre las flores por horas y horas, con una gran sonrisa en sus rostros.

- ¡Wow! ¡Eres el mejor! -Exclamó Lenore, con una sonrisa.

-Eres una niña muy especial... oh sí, me recuerdas a mí cuando era joven y... -el lugar comenzó a nublarse.

- ¿Por qué haces esa cara...? ¿Y qué es eso...? ¡Ahhhh!

- ¡Deseo tu alma! -dijo, con los ojos prendidos fuego y las entrañas sujetando y atrayendo hacia él a la pequeña, mientras esta gritaba.

La pequeña fue devorada por el espantapájaros con cabeza de calabaza, y él se regocijaba con una malévola risa, mientras su cabeza se incendiaba...

- ¡Ahhhh! -gritó Lenore desde su cama, sujetando con fuerza el cobertor color sangre.

- ¿Tuviste una pesadilla otra vez? -preguntó Ragamuffin, asomándose a la cama.

-Sí...

- ¡Te traje esto! -dijo, mostrando un raro objeto.

- ¿Qué es? -preguntó con curiosidad la pequeña niña muerta.

-Es un atrapasueños... Lo pondremos en el techo y bloqueará todas las pesadillas -dijo, y luego Lenore lo sujetó, mientras él colocaba el atrapasueños en el techo y por fin su sueño comenzó nuevamente.

La pequeña niña muerta caía desde el cielo, pero su terror se fue al caer en el prado de flores en un día soleado repleto de conejitos. Pero, en una caminata, se topó nuevamente con el espantapájaros.

-Oh... hola, tú -dijo, retrocediendo con temor.

- ¿Qué? -preguntó sorprendido el espantapájaros.

-Ok... como si no te acordaras. Estaba aquí antes, y yo estaba jugueteando con un conejo en mi cabeza y dijiste: ''bailemos'', y yo dije: ''OK'', y la próxima cosa que supe fue que estabas encendido en llamas... y la maldad... y la matanza, y... -comenzó a argumentar la pequeña- ¿Qué clase de persona asusta hasta hacer cagar a una niñita de 10 años? ¿Eh?¿Eh? -se dio un respiro, ya que estaba completamente enfadada- ¡Y no me gusta cagarme! -luego, la pequeña niña muerta señaló a un conejito- ¡Y tú cállate!

-Debes estar equivocada, yo nunca haría algo tan grosero, además... yo absolutamente adoro a los niños... -dijo, tratando de persuadir a Lenore- ¡Con mantequilla!

-Un momento... ¿qué fue eso último que dijiste?

-Yo sólo decía que... ¡quiero comer tus ricos intestinos! -gritó, mientras todo el lugar se nublaba... De nuevo.

Lenore comenzó a correr, pero fue inútil...

Cuando despertó, gritaba y se retorcía en el cobertor.

- ¿No funciono? -preguntó Ragamuffin, que seguía de pie junto a su cama.

-Voy a tener que lastimarte...