El cazador de sueños (segunda parte).

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Lenore estaba sentada en su cama, con el calor de su cubrecama, hablando con Ragamuffin... de pronto, se escuchó un ruido y ambos fijaron su vista en el atrapasueños. Sobre éste, se balanceaba una cosa verde con cara.

-Mmm... ¡Hola, niños! -saludó la cosa verde, enseñando sus dientes podridos.

- ¡Hey! Tú eres el malo que hace que mis sueños sean feos, ¿verdad? -preguntó la inocente niña rubia.

La cosa verde peluda con cara horrenda no dijo palabra alguna y se quedó mirando fijamente a la pequeña niña muerta...

-Se que tú eres malo... -agregó Ragamuffin.

-Mmm... no, no... Soy el... eh... ¡el hada de los dientes! Sí, eso es lo que soy, el hada de los dientes -exclamó, haciendo una sonrisa con sus podridos y amarillos dientes.

- ¿En serio? ¡Te amo, hada de los dientes! -exclamó la niña, inocente, con una linda y tierna sonrisa.

- ¿Qué? ¿Estás bromeando? ¡Míralo! ¡Es pura maldad! Hasta tiene su boca llena de cosas negras -se quejó Ragamuffin.

- ¡CÁLLATE! -gritó el "hada de los dientes".

-Ves... malvado -le susurró Ragamuffin a Lenore.

-Oh, eh... lo siento. Eso fue un pequeño gas... Bien, miren la hora -dijo, mirando su reloj de mano-; tengo esta cosa que tengo que hacer, así que solo sáquenme de este atrapasueños.

-Te dejaré ir, si sólo puedes probarme que eres el hada de los dientes -replicó Lenore.

-No lo hagas -dijo Ragamuffin.

-Mis dientes no se cayeron, así que... ¿por qué estás aquí? -preguntó.

-Oh, bien, eso es importante... porque yo... eh... me dirigía a la casa de allá...

- ¿Billy perdió un diente? -preguntó, señalando la casa vecina.

-Sí -dicho esto, Ragamuffin se paró sobre los hombros de Lenore, y juntos ayudaron a bajar al "hada de los dientes".

-Bueno... ¡Ok! Te dejaré bajar, pero yo... me quedaré con tu cola para asegurarme de que regreses, quiero ver los dientes -así, la pequeña niña muerta arrancó la cola del "hada de los dientes".

- ¡Ah! -se quejó- Bien, regresaré en un momento.

El hada de los dientes desapareció con un ¡poof!

-Me gustó el ¡poof! -dijo Ragamuffin.

Desde la ventana, ellos oían ruidos de Billy, diciendo cosas como: "¡Oh, Dios! Mis malditos dientes, ¡me duele, me duele!"

El hada de los dientes apareció con una pila en su mano de dientes de niños.

- ¡Está bien! Aquí tienes muchos dientes, ahora, dame mi cola -Lenore se la dio en la pata y éste se alejó poco a poco-. ¿Por qué? ¿Por qué...? La luz se apaga lentamente... perdiendo... conciencia...

-Adiós señor de los dientes, vuelva otra vez -se despidieron al unísono, Ragamuffin y Lenore.


Lenore. (Roman Dirge)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora