De vez en cuando, los ángeles crean un ser de perfección. Una criatura de puro encanto y clase, una persona de gracia y...
Lenore estaba en el pasillo como cualquier día normal; hasta que de sus hermosos labios salió el vómito.
Tomó aire para deshacer ese horrible sabor que había quedado en su boca debido al vacío estomacal reciente, y sintió un leve dolor de estómago, seguido por un gas... y luego otro... y otro.
—Oh, ¡vamos! —chilló la pequeña niña muerta.
Caminó, lanzando gases lo que restaba del día y la noche. Luego, llegó el amanecer, y la pequeña niña muerta iba arrastrándose por el lugar, terminando de lanzar gases (por fin).
Ragamuffin se detuvo a verla un minuto.
—Eh...
—Oh, me siento enferma —afirmó Lenore, aún en el suelo.
—Mmm... Te ves especialmente pálida hoy; además hueles como a pescado podrido.
— ¿En serio? —preguntó Lenore, con una gran sonrisa en su rostro al oír eso.
—Eso es malo... —dijo Ragamuffin, fulminando con la mirada a la pequeña.
—Oh... me gusta el pescado —exclamó esperanzada Lenore.
—Sigue siendo malo —la pequeña niña muerta hizo una mueca de tristeza.
—Pero...
— ¡No!
—Los pececitos hacen, ¡pook! ¡Pook! ¡Pook! —Ragamuffin la miró, extrañado de su comportamiento.
—Sí, bueno... creo que debes ir con un doctor —dicho esto, el vampiro de felpa se fue alejando— ¡Vamos! ¡Andando!
El hospital se asemejaba a una pequeña cabaña blanca, con un camino de piedras. Junto a ésta, había una hermosa cascada; y el césped verde claro estaba repleto de flores.
El docto revisó a Lenore con su estetoscopio.
—Tú... tú no tienes latidos —exclamó alarmado el doctor, tratando de escuchar algo proveniente del interior de la niña de pelo rubio.
—Entonces... ¿Eso es bueno o malo? —preguntó Lenore, que no parecía estar enterada de que un corazón que no late no es buena señal.
—Malo —dijo con seriedad el doctor.
— ¡Demonios! —exclamó furiosa Lenore.
—Je, je, pero eso no es realmente posible —rió, algo confuso aún. La situación de una niña sin latidos pero que todavía respira, era y es bastante bizarra.
El médico acomodó sus lentes.
—Debes tener mala circulación, te sacaremos una radiografía. Necesito que te desvistas y te pongas esto — soltó el doctor, enseñándole a Lenore una bata azul claro, con pequeños ositos cafés dibujados en ella.
—No-oh... eso tiene osos... yo quiero una con gatitos —se quejó la de los ojos grises, cruzada de brazos.
—Oh, qué linda... ésta es la única que tengo, así que póntela, niña —ordenó.
— ¡Nop!
—Okay, está bien, tengo a otros pacientes esperando... Así que, póntela —dijo, acercando a la pequeña niña muerta la bata de osos.
—Nooo...
—Está bien, iré a buscar otra. Pero antes, déjame revisar tu garganta, abre la boca y di “Aah” —le indicó el doctor a Lenore, acercando el artefacto color azul claro a su boca.
—Uh... qué horrible batelenguas —se quejó la pequeña nuevamente.
—Estás haciendo esto muy difícil, sólo di “Ahh”, y ponte la bata.
En la sala de espera, una mujer con su hijo y una pareja que estaba junto a ellos, quedaron con los ojos como platos al escuchar los gritos de la pequeña niña muerta.
— ¡NO ME QUIERO DESNUDAR CON ESOS OSOS! ¡Y DEJA DE INTENTAR METERME ESO!
Continuará...
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Lenore. (Roman Dirge)
RandomLenore es una niña no-muerta de 10 años, que vive en una tenebrosa mansión con sus otros escalofriantes amigos. En vida, enfermó gravemente de neumonía; y sus padres al ver su hermosura decidieron embalsamarla. Sin embargo, ella sigue viva... e incl...