La pequeña bailarina.

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La pequeña niña muerta hacía su presentación de ballet, mientras los jueces Ragamuffin, Mr. Gosh y el Monstruo de los Muffins la miraban atentamente.


Lenore llevaba puesto un tu-tú color rosa; unas zapatillas de ballet del mismo color y una corona, en conjunto con el vestido, que en ambos costados poseía unas caras de calaveras.


Hizo un paso hacia el lado en el que estaban los jueces, y otro, terminando con una reverencia hacia el lado donde muchos cuervos estaban reposando sobre un árbol seco.


Lenore siguió bailando, dando saltos y piruetas por doquier. En un momento, ésta se detuvo y jaló una flor rosa del suelo, tomándola con los labios para seguir bailando; ahora con Kitty en brazos, haciéndolo girar sin parar.


Los cuervos volaban en parvada a su alrededor, formando una gran nube negra que tapaba el Sol; pero la pequeña niña muerta seguía bailando al compás de la música...


—Pequeña, probablemente no sea este el mejor momento —le explicó el cura, contratado para el velorio que había justo en la "pista de baile" o "escenario", mientras todos los familiares del muerto sollozaban, y algunos se tapaban el rostro con su ropa negra.


—Pero... —dijo Lenore.



Minutos después...



Lenore, Kitty y Ragamuffin hacían un baile irlandés arriba de la tumba; los familiares del fallecido los miraban serios y una minoría se movían al compás de la música.



— ¡¿Por qué?! ¿Por qué estás haciendo esto? —preguntaba el cura, ya desesperado.



Lenore. (Roman Dirge)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora