Capítulo VI.

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La sangre chorreaba a montones por aquellas cuatro paredes.

Otro grito lleno de molestia salió de su garganta mientras volvía a golpear el cuerpo de aquel tipo sobre el suelo. Se sentía tan molesto en ese momento que no podía dejar de gritar como si fuera un loco, aunque de hecho lo era.

Lanzó el bate a un lado y tomó las piernas de aquel hombre y lo arrastró dejando un largo charco de sangre bajo sus pies, sujetó las cadenas que colgaban del techo y las encadenó a sus tobillos, comenzando a jalar aquella palanca para hacerlo alzarse. Cuando al fin este hombre quedó cabeza abajo se decidió tomar un respiro si no quería empeorar su estado de ánimo. Lo alzó del suelo lo suficiente para que el pecho de este diera frente a sus ojos, regreso por el bate y comenzó a extrellarlo contra el cuerpo de este como si estuviera golpeando una piñata de un cumpleaños.

Quería desfigurar aquel rostro y eso hizo, los golpes enfocándose en aquella zona, escucho el claro crack de la nariz al quebrarse pero aún así no se detuvo, siguió golpeando hasta que los dientes comenzaron a caer al suelo, sus golpes se enfocaron en los pómulos hasta que la piel se abrió y el hueso era visible, suspiro tomando un pequeño descanso y sus dedos ingresaron a la cuenca derecha con una mueca de asco y molestia, asegurándose de cortar los pliegues con sus uñas hasta sacar el ojo y que esté estuviera en su mano, miró como el espacio ahora vacío comenzaba a chorrear en sangre hasta caer al suelo, llevó el ojo a su boca y comenzó a masticarlo con simpleza, observando el cuerpo de este individuo desconocido para él totalmente irreconocible para ese punto. Al tragar lo que traía en su boca se acercó a la mesa donde estaban los artefactos que usaba con Wooyoung y tomó una sierra con habilidad, encendiéndola hasta escucharla comenzar a funcionar, dirigió la punta hasta el estómago bajo y comenzó a abrir la piel con rapidez, bajo hasta llegar al hueso de su mandíbula y la apago al ver los órganos desprenderse y quedar colgados en el aire.

Notando como su ira se había tranquilizado y las ganas de golpear habían cesado con el paso de los minutos tomó el otro ojo con la misma rapidez que la anterior y lo dirigió a su boca, solo manteniéndolo entre sus dientes sin masticar nada, tomó la sierra en sus manos una vez más y la encendió para comenzar a cortar su cuello, sonriendo con satisfacción cuando la cabeza cayó justo delante de sus pies, con cuidado dejó la sierra encendida sobre el suelo y tomó unas tenazas para abrir la boca de este y jalar la lengua, la comenzó a cortar mientras masticaba el ojo hasta tragarlo, ingresó la lengua a su boca y comenzó a degustarla como si una gomita se trataré, la sierra regresó a sus manos y con una de sus piernas lanzó la cabeza lejos de su vista como si de un balón de fútbol se tratara. Comenzó a bajar el cuerpo de aquel hombre hasta que alcanzó sus tobillos, donde comenzó a cortar una pierna y luego la otra hasta que el cuerpo de aquella persona cayó con un golpe seco al suelo, los tobillos y los pies seguían encadenados y el resto del cuerpo delante de él, mientras la cabeza estaba por ahí, si era sincero no vio donde cayó.

Apagó la sierra y la dejó por ahí, se colocó de cuclillas y tomó el estómago del hombre, desprendiéndolo en su totalidad de su interior y comenzó a comer. Se sentía tan molesto que incluso su estomago dolía, pero comer siempre le ayudaba así que eso hizo, concentrándose en comer rodeado de total silencio.

Cuando observó los puros huesos a su alrededor se estiro con cansancio, se puso de pie sintiendo sus pies hormiguear por la posición en la que estuvo durante tanto tiempo y viendo que el reloj marcaba las 2 de la madrugada salió de la azotea rumbo al baño de su habitación donde comenzó a ducharse con cuidado, amando el agua caliente sobre su piel.

-San- la voz de su novio lo asustó de pronto entre tanta oscuridad, miró hacia la cama donde esté estaba sentado y continuó secando su cabello, ignorándolo- necesitamos hablar-

🅃🄷🄴 🄱🄾🄾🄺: ᴏᴘᴇɴ ʏᴏᴜʀ ᴍɪɴᴅ!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora