9.

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Al día siguiente volví a ir a la habitación de BeomGyu para saber como estaba. Me había puesto un poco más bonita no sabía por qué confuso motivo, si para hacerle ver que podía ser más bonita aún, para convencerme a mí misma que merecía algo mejor, para hacerle a él quedar asombrado... quizá todas eran correctas.

Subí de nuevo por aquellas escaleras contando los escalones para hacerlo más ameno y finalmente llegué a esas cuatro paredes que en realidad no quería ver. Llamé a la puerta sin obtener respuesta hasta que fue nada más y nada menos que YeonJun el que me abrió. Me quedé algo confusa mirándole y ladeé la cabeza ¿debería irme? 

¿Pasas?— Me preguntó echándose a un lado, por lo que con algo de compromiso pasé.

Al pasar saludé a BeomGyu con la mano y él fue tan descarado de ignorar mi saludo e incluso mirar a otro lado. Me quedé de pie en un lado de la habitación mientras que volvía a dirigir su mirada a YeonJun y continuaban con una animada plática. 

Más de una vez trataba de incorporarme a la conversación pero siempre quedaba mi sílaba a medias, siendo BeomGyu quien interrumpía todas y cada una de mis intervenciones. YeonJun me miraba confuso sin saber qué trataba de hacer BeomGyu peor sin embargo no cortó ninguna de aquellas conversaciones excepto para mirarme. Me sentí incómoda, me sentía un estorbo allí, ¿para qué me hacían ir si iba a quedarme allí como un mueble más de la habitación? Comencé a jugar con mis manos en un intento de disuadirme de aquella situación.

Llegó un momento en el que llegué a tal punto de disuasión que ignoré el hecho de que YeonJun estaba chasqueando los dedos frente a mi cara y yo era incapaz de enfocarme de nuevo en la realidad. Pestañeé un par de veces volviendo en mí y miré al tatuado pelirrosa que tenía frente a mí.

¿Vas a quedarte o vas a irte? Yo voy a irme ya.

Me quedé pensando por un momento y asentí sin saber bien a qué me refería. Miré a BeomGyu que esta vez sí que me miraba y sentí algo de lástima pensando que quizá no quería estar solo, pero eso no me quitó la molestía que sentía por lo que había pasado desde una hora atrás hasta ahora. 

Tomé asiento en el sillón dando a entender que me quedaría un rato más. YeonJun se despidió de BeomGyu dando un suave golpe en su frente y luego de mi con un guiño que me hizo enrojecer levemente. En cuanto salió por la puerta BeomGyu habló. 

¿Por qué te sonrojas? ¿Acaso él te gusta? Te dije que me pongo muy celoso cuando estás cerca de ellos.

Decidí ni siquiera gastar mi tiempo en responder y quise pagarle con la misma moneda, tomando el libro que llevaba siempre en mi maleta comenzando a leerlo mientras ignoraba sus preguntas.

—¿Por qué me ignoras? ¿Estás molesta? Ni siquiera tienes motivo para hacerlo. 

Rodé mis ojos negando y seguí leyendo tratando de morder mi lengua para no gritarle ahí mismo. Él sonrió victorioso y se acomodó en la cama.

—Por supuesto que no, no puedes estar molesta. Debes entender que era una conversación de hombres.

Esa fue la gota que colmó el vaso y me levanté del sillón, guardando mi libro de nuevo en mi mochila y dirigiéndome a la puerta con pasos firmes.

—Hey ¿dónde vas? ¿por qué te vas? sólo era una broma, venga no te enfades, es humor de tíos.

Y salí de aquella habitación sin remordimientos.

Volví a mi casa llamando a Kai para que viniera a mi casa en un rato, necesitaba contarle aquello que había pasado y lo muy molesta que estaba con ese chico

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Volví a mi casa llamando a Kai para que viniera a mi casa en un rato, necesitaba contarle aquello que había pasado y lo muy molesta que estaba con ese chico. Huening Kai sin embargo a través del teléfono dejó escapar una risita junto a un suspiro, confirmándome que vendría en unos diez minutos.

Antes de llegar a mi casa fui a comprar un bote de helado para comer juntos y me tiré en el sofá en cuanto llegué. Bufé molesta y pataleé frustrada, hacía aquello como un alma caritativa y así me lo pagaban. La puerta sonó y me levanté a abrir, tirando de su mano hasta dejarlo caer sobre el sofá sentándome a su lado con los brazos cruzados esperando la pregunta.

Bien, ¿qué ha pasado? —Tomó el bote de helado deliberadamente, siendo el primero en empezarlo y llenar su boca.
—¿Te puedes creer que llevo yendo varios días como una buena persona para que ese chico no esté solo y además ayudarle a acomodarse o así y que lo único que haga cuando hay otra persona delante sea ignorarte y por si fuera poco hacer bromas machistas con eso?

Y entonces, exploté con Huening Kai, que escuchó todos mis problemas con gusto gracias a aquel helado que comía con una sonrisa en su rostro, enternecido por mi enfado.

—Estás adorable enfadada.Me interrumpió.

Y entonces, sintiendo aquel comentario inesperado para mi persona, golpeé su brazo mirando hacia otro lado con timidez.

—Tsk, cállate.

See you later, boy.- Choi BeomGyu y tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora