Choi BeomGyu, ¿qué decir de Choi BeomGyu que no sepamos ya? El arriesgado motorista maleante, alcohólico, celoso, peligroso y lujurioso... Pero, ¿hay algo más que pueda esconder el desagradable chico? Quizá lleve años pero _____, la chica que intent...
Habíamos llegado al aeropuerto pero no había señales de Kai. Estaba nerviosa revisando el móvil cada cinco segundos mientras Jay caminaba a mi lado dando vueltas por el aeropuerto mientras mi amigo se dignaba a aparecer.
—Seguramente esté aterrizando ya, tranquila...
Puchereé por infinita vez aquella tarde y volví a revisar mi teléfono. Pero entonces escuché unos pasos acercarse a toda velocidad hasta que finalmente unos brazos me abrazaron entre gritos y rápidamente supe de quien se trataba. Sin necesidad de buscar su rostro, comencé a gritar igual mientras nos abrazábamos con fuerza.
—¡No puedo creer que estés aquí de verdad! Estoy tan feliz de tenerte aquí de nuevo.—Hablé entre lloriqueos. —¡El mismo! ¡En carne y hueso!
Nos separamos lentamente y fui a girarme para presentarlo a todos, dándome de bruces con Jay, que nos miraba curioso.
—Mira Kai, él es Jay, Jay, él es Kai.
Ambos se saludaron con un apretón de manos y entonces tiré de Kai para presentarlo a Kevin, Alexa y Johnny. Kai parecía haber congeniado rápidamente con ellos pues a decir verdad ellos eran personas igual de abiertas que Kai y eso me hacía tremendamente feliz porque era señal de que el viaje al menos empezaría tranquilo. Kai se acercó a mí y entrelazó su mano con la mía mirándome seriamente.
—Hay muchas cosas que contarte.
Y de camino a Cornualles hablamos desde su hermana hasta Choi BeomGyu, el cual tensó hasta a Jay con sólo nombrarlo.
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Llegamos finalmente a Cornualles a la hora de cenar. A pesar de que allí era tal hora, nosotros teníamos ganas de investigar, de buscar. Dejamos la maleta y nos pusimos en marcha, buscando lugares que pudieramos recordar por siempre sin necesidad de guías o mapas.
Y finalmente lo encontramos, tras una larga caminata con nuestras linternas debido a la peligrosidad de los acantilados que había teniendo en cuenta su topografía. Más de una vez Kevin tuvo que pararnos abruptamente al ver como nos acercábamos más y más a un acantilado.
A lo lejos oímos un ruido, bastante salvaje a decir verdad. Yo me aferré al brazo de Jay mirando a todas partes con miedo mientras él trataba de confortarme. Kevin de manera valiente siguió caminando, haciendo que todos le siguieramos por miedo a perdernos, y es que... de qué manera más agradable nos habíamos perdido. Habíamos llegado al castillo de Tintagel, el conocido como el castillo del rey Arturo.
Nos miramos mutuamente con una incrédula mueca y corrimos junto con nuestras linternas hasta las cercanías de este. Comenzamos a mirar sus muros con admiración mientras el ruido de las olas a lo lejos nos mecía suavemente dándonos la paz necesaria en un lugar así de fascinante pero tenebroso por la noche.
Alexa señaló a lo lejos y logramos divisar una figura semi transparente. Kai pensó rápidamente que era un fantasma y se escondió tras el corpulento Johnny, pero entonces me posicioné junto a Alexa y grité de emoción, haciendo gritar también a Kai pero de miedo.
—¡Es la estatua del rey Arturo! vamos, vamos, vamos, venga.
Esta vez me puse yo a la cabeza, caminando con rapidez pero fui frenada por una mano que tomó mi muñeca con suavidad. Me giré para mirar quien la sostenía y me encontré a Jay mirándome con una mueca seria de preocupación.
—No corras, no vayas tan rápido sola.
Asentí dándole la razón y entonces comenzamos a caminar todos juntos hasta llegar hasta allí. todos la miraron curiosos sin entender: La estatua era apenas un poco más alta que Johnny. Se veía como si hubiera sido destruida ya que se podía ver a través de ella pero no era así, el mar se podía ver a traves de él y la luz de la Luna, a pesar de darle un aspecto más terrorífico también logró hacerlo ver más antiguo y realista.
Con gran emoción le di mi teléfono a Kai para que me hiciera una foto junto a la estatua y entonces Kai le señaló a Jay que se pusiera a mi lado. Yo sonreí de oreja a oreja sin poder borrarla mientras Kai hacía la cuenta atrás.
3...
2...
1...
Y entonces sentí mi cuerpo siendo girado al completo y unos labios posándose sobre los míos.
