See you later, boy.- Choi BeomGyu y tú.

30.

Llegamos hasta la habitación de Jay y él abrió la puerta dejando ver un ordenado lugar a pesar de estar lleno de montones de papeles y telas. Se dirigió hasta su ordenador para comenzar a encenderlo mientras reía.

—Esto... es una tartana, tengo que encenderlo varias horas antes para que vaya bien. Pasa pasa, siéntate, ponte cómoda.

Acepté su invitación y me dirigí al sillón para sentarme mientras veía la habitación a mi alrededor. Movía mi pierna levemente nerviosa. ¿Por qué estaba nerviosa? Negué para evadir mis pensamientos y entonces logré ver aquellos diseñor pegados en una pared para comparar unos con otros. Me levanté para verlos más de cerca.

—¿Estos son los diseños del traje?

Jay se giró hacia donde yo estaba y se acercó a mí para ver aquellos diseños mientras asentía lentamente. Señaló uno en especial que daba vibras de vampiro o así lo pintaban en Van Helsing. Era según los apuntes al lado de aquel diseño de terciopelo de color vino francés o rojo debian, supongo que colores de diseñador. Tenía un escote bordado en negro y las mangas de estilo poeta. Tenía un pequeño corsé ceñido a la cintura y una falda que caía al vuelo, llegando un poco más abajo de los pies. El diseño definitivamente era divino y solamente pensarlo me emocionaba. 

—Será un vestido muy bonito, Jay.
—¿Da vibras de bruja o vampiro o así? Dime que sí y me harás el chico más feliz del mundo.
—¡De hecho fue lo primero que pensé! pero ahora que lo dices también da vibras de bruja.

Jay sonrió de oreja a oreja al oír el cumplido y dio una pequeña palmada mirándome.

—Bien, empecemos con esto.

Me puse de pie y él comenzó a tomar mis medidas: Mi altura, el largo de mis piernas, el largo de mis brazos, la anchura de mi espalda... mi cintura.

Ese momento fue bastante tenso a decir verdad. Había colocado la cinta alrededor de mi cintura, rodeando esta, pero su mirada estaba clavada en mí. Estaba cerca, muy cerca mientras que sonreía, esa sonrisa que tanto me recordaba a lo que me hizo dejar mi hogar. Lentamente deshizo el agarre del metro en mi cintura sin apartarse un centímetro de mi haciéndome seguirle con mis ojos y los suyos no se apartaban de los míos.

Lentamente comenzó a separarse de mi, levantando la cinta entre ambos, marcando con su dedo el tamaño de mi cintura. Sonrió victorioso y se acercó al papel para apuntarlo junto a los demás datos. Mi cabeza en ese momento estaba más que confusa dando vueltas sobre qué debía hacer puesto que ya había tomado mis medidas.

—Toma asiento, me gusta tener compañía mientras coso.

Me volví a sentar en el sillón y por un momento miré mi teléfono, concentrándome en descifrar aquel mensaje que Kai me había dejado completamente adormecido debido a la gran diferencia de franja horaria que había entre ambos. Escuchaba el relajante ruido de las tijeras de fondo cortando aquel papel y el sonido que hacían los alfineres a clavarse sobre el maniquí y apoyé mi cabeza sobre mi mano mirándole con curiosidad.

"¿Qué estaría haciendo BeomGyu en este momento? ¿Habrá seguido en las carreras? Quizá ha sentado la cabeza. YeonJun nunca me habla de él... ¿Seguirán siendo amigos?"

Todas esas dudas me carcomían la cabeza a niveles que apenas pude darme cuenta de que Jay llevaba un rato llamándome para ayudarle con algo del maniquí. Me levanté rápidamente para ir a ayudarle disculpándome por no haber acudido antes.

—¿Qué tienes en esa cabeza?
—Sólo...Sólo me distraje porque todo estaba muy silencioso y estaba adormilada, lo siento.
—¿Estás cansada? ¿Quieres que te lleve ya a casa?

Negué rápidamente ya que no quería interrumpir su tiempo de trabajo o inspiración y volví a sentarme en aquel sofá, tratando de desviar mi mente hacia otros lugares que no fueran BeomGyu. Pero mi intento se vio frustrado cuando al meterme en mis redes sociales, un video del chico de cabello largo apareció de repente en mi pantalla.