Había aceptado que fuera Jay quien hiciera mi vestido. Al día siguiente de haber mirado vestidos Jay me citó en su casa, mucho más ordenada que aquel día en primer año. Miré con añoranza aquel lugar y él me dio paso hasta su escritorio. Tomó medidas de mi cuerpo ya que algunas partes habían adelgazado y otras ensanchado e hizo un pequeño boceto de la forma de mi cuerpo para poder buscar qué podía favorecer mi figura.
Comenzamos por buscar el color correcto y llegamos a la conclusión de que los colores oscuros favorecían más mi rostro y mi piel. Entre aquella variedad encontrabamos sobre todo el rojo y el negro. No quería copiar el color de UmJi así que me decidí por el color más cómodo del mundo, el negro.Comenzamos a mirar los tipos de escotes y optamos por un escote en V con las mangas de encaje. Mi espalda quedaba al aire y a pesar de que la falda caía casi lisa hasta mis pies, Jay se encargó de darle algo de volumen para realzar mi figura haciendo más estrecha la tela de la cintura y la cadera. La manera en la que se veía el boceto era simplemente perfecta, había puesto mi vestido en las mejores manos y no tenía duda alguna de que sería el vestido más bonito de todos.
De manera satisfecha, Jay me miró con una gran sonrisa en su rostro que rápidamente cambió a una de rechazo en cuanto me vio sacar la cartera para pagar por adelantado su esfuerzo y sus materiales.
—¿Qué cree que está haciendo usted, señorita?
—Pues... pagarte. Tienes que coser todo eso y comprar las telas y... va a ser mucho dinero y esfuerzo... déjame hacerlo.
Jay se levantó de su escritorio y se acercó a mi negando reiteradas veces. Empujó suavemente la cartera hacia mi pecho de manera que quedara pegada a mí y no tuviera oportunidad de pagarle.
—Lo voy a hacer yo, con gusto, porque me gusta, porque quiero y porque te quiero.
Mi corazón se encogió ante sus palabras, mostrando un leve sonrojo. Él sonrió con ternura y colocó un mechón de mi pelo tras mi oreja.
—Ahora puedes irte tranquila, te avisaré cuando te necesite, lo prometo.El verano estaba acabando rápidamente. No había hecho mucho más allá que ir a la playa de vez en cuando con mis amigas, leer, preparar el siguiente curso buscando algun trabajo de tesis del que poder sacar inspiración... hasta que una llamada interrumpió mi ensoñación y me devolvió a la vigilia.
Tomé el teléfono y era Jay. Tenía listo mi traje, sólo faltaba ver si había algún detalle que tuviera que mejorar o cambiar. Le pedí un momento para vestirme y en apenas un rato estaría en su casa, cosa que él aceptó y rápidamente entonces me dirigí a mi habitación para ponerme una ropa cómoda con la que ir a probarlme el vestido.
Estaba llamando al timbre de Jay hasta que el sastre me abrió dejándome pasar para entonces encontrarme con el precioso vestido modelado en un maniquí. Di una vuelta de 360º grados al maniquí tapando mi boca con ilusión.
—¿Quién quiere probarselo?
Di un par de saltitos con verdadera emoción y Jay bajó la cremallera de este para alzarlo y dejarlo en mis manos. Lo tomé con delicadeza y me guió hasta su habitación donde podría vestirme con algo más de intimidad, y eso hice. Comencé a desvestirme para luego tomar el vestido y comenzar a bajarlo por mi cuerpo con delicadeza con miedo de romper alguna costura o algún detalle de las mangas.
Lo miré por encima, allá donde mis ojos alcanzaban y por un momento pensé: "No me hace la cintura que debería" hasta que llegué a la sencilla conclusión de que faltaba la cremallera. Salí y con algo de timidez le pedí a Jay que subiera la cremallera que iba desde mi espalda baja hasta la mitad de esta y tras eso dejó un suave beso en mi espalda el cual me hizo sentir un escalofrío. Tendió una de sus manos hacia mí, haciéndome dar una vuelta para que pudiera verme y sonrió más que satisfecho al ver que la sonrisa no se borraba de mi rostro.—Jay, definitivamente es mi vestido, es el vestido más bonito que he visto jamás.
Tomé un poco la falda para no arrastrarla y Jay al verme hacer esto chasqueó los dedos. Corrió a la habitación trayendo con él una caja en sus manos. Le miré confusa y él simplemente abrió la caja dejando ver un par de tacones negros que hacían juego fácilmente con mi vestido debido a su acabado mate. Tapé mi boca incrédula al ver que también me había comprado los zapatos y él rápidamente acercó una silla hasta ponerla a mi lado, haciéndome sentar en esta. Entonces se arrodilló hasta poner el zapato en mi pie, ajustándolo de manera que no me hiciera daño.
—Mi querida cenicienta, ya está lista para recibir a su príncipe esa noche... ¿Quisiera venir conmigo al baile de graduación?
ESTÁS LEYENDO
See you later, boy.- Choi BeomGyu y tú.
FanfictionChoi BeomGyu, ¿qué decir de Choi BeomGyu que no sepamos ya? El arriesgado motorista maleante, alcohólico, celoso, peligroso y lujurioso... Pero, ¿hay algo más que pueda esconder el desagradable chico? Quizá lleve años pero _____, la chica que intent...