Skyfield - Irradiant

Ángeles..

Desperté como todas las mañanas, me cambie y baje a desayunar. No vivía en un lugar cualquiera, no era una casa, ni un departamento, menos en un castillo, vivía en el Reino en los cielos. El mundo esta dividió básicamente así:
Los cielos le pertenecen a los Ángeles, el inframundo a los demonios, los bosques a los licántropos (hombres lobo), los mares a las sirenas, las montañas a los hechiceros, las súplicas a los caballeros blancos, las oraciones a los siervos de dios, las almas a las brujas, el fuego y el temor a los dragones y la obscuridad a los vampiros. La mayoría salen a la tierra, nos mezclamos entre los humanos, unos para el bien y otros para el mal. Existen dos familias poderosas en cada una de las clases, en mi caso los Lestrange y los Jasper son las familias dominantes de los Ángeles, es decir, las más poderosas y con cierto aire de superioridad.

—¿Vas a tomar tu desayuno (TN)? —preguntó mi nana.

—Se me ha quitado el apetito nana ¿mi hermano ha bajado con los mortales ya?                                             

—Así es, subió a despertarte pero estabas profundamente dormida, decidió adelantarse.

—Entonces lo alcanzaré, nos vemos nana —le di un beso y me despedí.

Baje a la tierra o como todos los no humanos le decimos "Mortal W" llegué a la escuela, estudiaba como una persona normal, llevaba una vida casi "normal", el deber de los Ángeles en el Mortal W era proteger a los humanos de las demás clases malignas. El director mandó a llamar a todos al campus según él porque tenía noticias nuevas.

—¿Siempre tiene que hacer esto? —masculló mi mejor amiga Vallerid hija de los Foster, también es un ángel.

—Es completamente absurdo —refunfuñe.

—Buenos días tengan todos ustedes alumnos, los he reunido aquí porque se han incorporado cuatro compañeros al instituto, he decidido presentarlos aquí porque su familia es de gran prestigio y ellos merecen el mejor trato, les presento a los cuatro Renfield.

Maldita sea, vampiros. Estoy segura de que no fui la única que abrió los ojos como platos, todos los demás Ángeles de ahí debieron estar igual. Los Renfield son la familia más poderosa de vampiros, tienen cuatro hijos. Observe detenidamente y ahí estaban, Darina, Jeis, Cobu y Alexei Renfield. Jamás los había visto, mi padre nos contó que los Renfield jamás se acercaban al Mortal W, ya que eran demasiado poderosos y su presencia podría traer consecuencias. Los caballeros blancos y los vampiros siempre han sido rivales, pero desde la última guerra se habían declarado la guerra a como dé lugar, papá jamás nos dijo el por qué ya que dice él desconocer la razón. De igual manera todos saben sus nombres, es imposible que una familia tan poderosa pase desapercibida, aunque jamás los había visto sabia sus nombres. Darina era la mayor, ojos azules como el mar, castaña y de cabello largo. Jeis era la más pequeña, ojos igual azules, castaña de cabello mediano. Cobu era el segundo hijo, era de cabello negro, ojos iguales y de cabello chino, y Alexei era el tercer hijo, sus ojos eran un azul más despampanante que el de los demás, pero el clan Renfield se caracteriza por el color tan azul de sus ojos, era también de cabello negro, entre lacio y ondulado con ese toque despeinado. En verdad eran una hazaña, todos los miraban como si fueran dioses, pero claro son humanos y no saben que son. Ellos miraban serios, como si estuvieran obligados a venir al Mortal W, por alguna extraña razón no podía quitarle los ojos de encima a Alexei, él sintió mi mirada supongo que por instinto y cuando sus ojos se encontraron con los míos me puse roja como un tomate, a lo que él solo desvío la mirada.

—Sospecho que su estancia aquí no será muy larga —habló Gale, un ángel de la familia Dalten. 

—A Drake no le va a gustar para nada que estén aquí —añadió el hermano de Gale.

—Galvin, irás conmigo, avisaremos al rey y a Drake - dijo Kristan un caballero blanco de primer nivel.

Los caballeros blancos se manejan de diferente manera a todas las clases. En ellos no hay familias, todo se rige en un rey en este caso el Rey Gabriel De Orah, Drake es el hijo menor del Rey, tiene un hermano mayor, Mathias pero él decidió convertirse en demonio al ofrecerles su ayuda para escapar de donde los caballeros blancos los habían encerrado, al enterarse de esto su padre se vio obligado a desterrarlo y antes de convertirse en un Osadio que eran los desterrados de sus clases, los demonios decidieron unirlo a ellos. Mathias es el más conocido por todas las clases, pero se le conoce como "El traidor".

—Espero que los reciban bien, ahora vuelvan a clases todos —añadió el director para concluir.

—De ninguna manera esto puede ser bueno —dijo Vallerid.

—Los Ángeles los mantendremos vigilados hasta que ustedes regresen Caballeros, es obvio que tienen que ir todos con el rey —dijo mi hermano quien era el jefe al mando de los Ángeles después de mi padre.

—Los caballeros agradecen su apoyo, iremos, de igual forma dejaré a dos de los nuestros con ustedes —contestó Kristan.

Todos se movían hacia sus clases y nosotros estábamos en un circulo hablando, cuando los Renfield pasaron junto de nosotros para ir al edificio nos miramos todos unos a otros, ellos tenían esa sonrisa burlona en su rostro, pude notar como todos los caballeros blancos se tensaban y apretaban los puños mientras los Ángeles solo los mirábamos retadores.

—¿Qué es lo que quieren aquí vampiros? —preguntó mi hermano.
—No es de tu incumbencia novato ángel —espetó Darina.
—¿Pequeño? Soy Jake Lestrange, hijo de.. —fue interrumpido por Darina.
—Sé quien eres y no me interesa que seas aquí o allá.
—¡Como te atreves a hablarle así al hijo de una de las familias de Ángeles dominantes! —replicó Thobias, el mejor amigo de mi hermano, hijo de la otra familia dominante de Ángeles los Jasper.
—Pero que gracioso eres Thobias —intervino Cobu Renfield—. Sabes que no nos importa quién sea Dios, menos ustedes —termino con una sonrisa burlona.

—No te atrevas a volver a decir el nombre del Rey de cielos porque en este momento acabo contigo —dijo Kristan que aún no se iba.

Cobu esbozó una sonrisa retante y se acercó a él.

—Inténtalo.