Yeji sonreía tontamente, ni siquiera ella entendía porqué se sentía de esa forma; incluso la luna se veía más brillante esa noche.
Admiraba desde la ventana de su habitación a la esfera reluciente flotando a kilómetros de su cabeza. La luna siempre le había traído tanta paz, cuando la pasaba mal por preocuparse demasiado por los problemas económicos de sus padres que ella obvio no podía arreglar, la brillante bola grisácea yacía en el cielo cuidándola y dándole consuelo.
Unos toques terminaron con el silencio en su habitación.
ㅡPasa. ㅡcontesta sin dejar de mirar al cielo.
ㅡ¿Cómo estás pequeña? ㅡpregunta su padre.
Yeji salta del alféizar de la ventana y corre a abrazar a su padre.
ㅡYa te dijimos que no te sientes ahí, te puedes caer. ㅡla reprende Inyeop mientras recibe su abrazo.
ㅡNo me va a pasar nada. ㅡresponde Yeji soltando a su padre.
ㅡYeji, vivimos en el decimos piso del edificio, claro que puede pasar algo si no tienes cuidado.
ㅡBien, lo siento.
Yongsun llama a su esposo e hija para cenar y el par corre enseguida. Mientras comían, la sonrisa en el rostro de Yeji no desapareció; Inyeop comenzó a pensar que si seguía así su cara se entumería y tendría a una Yeji sonriente de por vida, algo escalofriante si era sincero.
ㅡ¿Por qué sonríes tanto? Das miedo. ㅡhabla metiendo comida a su boca.
Yeji mira a su padre algo desconcertada, borrando su sonrisa durante unos segundos, luego regresa a ella al recordar la tarde que pasó en casa de Jisu. Ya había encontrado la razón de su felicidad en ese día.
ㅡEstuve en casa de una amiga. ㅡcontesta.
Sip, para ese punto ya consideraba a Jisu una amiga. Era bastante linda con ella, aunque aveces se ponía extraña seguía siendo simpática, ese era su punto encantador.
ㅡ¿Y cuál es el nombre de tu amiga?
ㅡJisu, ya te he hablado de ella, ¿cierto? Es increíble, también están las demás, Chaeryeong, Yuna y Ryujin, aunque a Ryu apenas le hable.
El resto de la cena fue destinada a las anécdotas que Yejj lleva viviendo desde que llegó a su nueva escuela.
Inyeop estaba feliz, uno de sus mayores temores al llegar a esa su ciudad era que su hija no se adaptara o que el resto de chicos la terminarán rechazando pues todos se conocen desde más tiempo y la preparatoria ya estaba por terminar como para que Yeji socializara más; pero no fue asi, al parecer había encontrado un grupo que la mantenía sonriendo como tonta y eso era bueno. Si algo o alguien hacia feliz a su hija tenía un espacio de estima dentro de él.
ㅡ¿Qué hay de los chicos? ¿Hay alguno lindo? ㅡpregunta bromeando.
ㅡOh, no se si sentirme aliviada por que seas un padre no celoso o preocupada. ㅡdice su madre.
Yeji se queda en silencio jugueteando con su comida. ¿Qué debería decir? Una fea incomodidad crece dentro suyo.
ㅡLa verdad es que no los he visto mucho. ㅡmurmura.
ㅡYa llegará uno que te haga ponerte como boba. ㅡasegura Yongsun.
Yeji solo se encoje de hombros con un amargo sabor de boca.
ㅡSeguro.
La sonrisa en su rostro se borro y el hambre se le quito. Su colorido y hermoso dia se había manchado por un comentario inofensivo pero sofocante. Sus padres no tenían la culpa, obvio, crecimos en una sociedad donde se nos enseña que el hombre está hecho para la mujer y la mujer para el hombre, si te sales de eso eres un bicho raro y entonces se te rechazara, por eso muchos padres preferían que sus hijos fueran "normales" a "rechazados" y se entiende que no quieran ver a sus hijos sufrir pero muchas veces ellos los terminan lastimando al tener ese tipo de pensamientos.
Al terminar la cena Yeji lava sus dientes y se ducha. En la bañera sus pensamientos se llenaron sobre cuándo sería el momento indicado para decirles a sus padres como se sentía, lo que quería y lo que le gustaba. Aunque muchos de sus escenarios imaginarios eran positivos la realidad era otra, no tenía más opción que esperar a crecer y ser independiente para salir del closet, no importaría tanto lo que sus padres dijeran pues ellos en su vida serían punto y aparte.
Salió del baño, entró a su habitación y escribió en su diario todo lo que pasó pasó ese día (o por lo menos lo que recuerda) incluyendo el comentario de su padre que le bajo un poco el ánimo.
Unos toques en la puerta la subresaltaron, eran sus padres.
ㅡNos iremos a dormir, tú también deberías. ㅡhabla su madre.
Yeji asiente y sus padres se despiden de ella con un beso de buenas noches.
Cuando por fin se va a la cama no para de pensar en Jisu y lo bien que la paso en su casa. A excepción de la cena, su día fue bueno y se quedaría con lo lindo que le sucedió, eso era lo mejor, no podía concentrarse en lo negativo, eso no la haría feliz.
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Puberty › Yejisu
FanfictionJisu sentía que de algún modo estaba rota o era extraña por no sentir ni una pizca de atracción por hombres a sus 18 años. La estudiante nueva y el estúpido libro que Ryujin recomienda para el proyecto de literatura le harán todo mucho más difícil. ...