Puberty › Yejisu

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Jisu estaba en su habitación, sentada en su escritorio leyendo el libro que Ryujin propuso para su proyecto.

Algo en su interior revolotean cada que leía las escenas románticas entre las dos protagonistas. La hacía sentir confundida, como si acabará de encontrar una respuesta que no estaba buscando.

Una idea algo inusual vino a su mente, cerró el libro y caminó hasta su escritorio, donde se encontraba su laptop. Entonces busco: Series y películas lesbicas.

Diversos resultados aparecieron en su pantalla y, mientras leía los nombres de aquellas cintas y sus descripciones, su boca se secó y su corazón comenzó a latir más rápido de lo que alguna vez en su vida había latido. No pudo más con ese sentimiento que cerró de golpe la laptop, tomó el libro y lo arrojo a su mochila.

Caminó hasta su cama y se recostó en posición fetal.

¿Qué le pasaba?

Al día siguiente, en la escuela, entró a su salón a paso decidido, apenas saludó a Ryujin, quien ya se encontraba allí y salió de prisa en busca de su objetivo.

Subió las escaleras, pues la persona a la que buscaba estaba en el tercer piso de la escuela. Encontró el salón, se asomo y allí lo vio: Lee Felix, un ex compañero de grados anteriores que era abiertamente bisexual. Sufrió bullying por ello, pero después de tanto decidido hablar y también se defendió, actualmente lo seguían molestando, pero ya no era tan horrible ni tampoco nada que no pudiera afrontar.

ㅡ¡Felix! ㅡlo llama desde la puerta.

El chico voltea hacia ella y alza una ceja al verla ahí. Jisu le hace señas de que se acerque y a regañadienteso lo hace.

ㅡChoi Jisu, ¿qué pasa? ㅡpregunta con una ligera sonrisa.

ㅡ¿Podemos hablar? Es que, quiero preguntar algo un poco privado. ㅡmurmura.

Felix la mira con confusión.

ㅡ¿Qué clase de pregunta es?

ㅡNada malo, lo prometo. ㅡhabló con desesperación.

El más alto suspiro y acepto, al instante fue jalado por su compañera hasta el patio de la escuela.

ㅡDios, ¿por qué corrimos hasta acá? ㅡpregunta el pecoso, intentando recuperar el aire.

ㅡHabía muchas personas en tu salón. Aquí también pero están muy lejos, no nos oirán. ㅡresponde Jisu.

Felix rueda los ojos.

ㅡ¿Y qué querías preguntar?

Unos nervios se apoderaron de Jisu al igual que un ligero rubor.

Era bastante incómodo y difícil de preguntar aquello, pero, al parecer, tenía una fuerte duda sobre eso. Estaba asustada, si era sincera.

ㅡBien. ㅡsuspira. ㅡPrimero, prométeme que no le dirás a nadie sobre esto.

ㅡOkey. ㅡdice dudoso.

ㅡ¿Co-cómo te diste cuenta de que eras bi?

Felix arrugó la nariz. ㅡ¿Por qué me preguntas eso?

ㅡEs que... ㅡJisu bajó la mirada y entonces Lix comprendió todo.

ㅡ¿Estás dudando sobre tu sexualidad?

ㅡNo exactamente. ㅡhabla. ㅡNunca le preste atención a eso, creí que era normal no hacerlo hasta que llegue a la pubertad y todas mis amigas comenzaron a fijarse en chicos menos yo; me sentía extraña por eso. Pensé que en algún momento mi interés por ellos llegaría pero no fue así.

El contrario asiente, comprendiendo la situación de su compañera.

ㅡEn primer lugar, es extraño que te acerques a mí a hablarme de algo tan personal como eso. ㅡconfieza. Jisu se encoje de hombros. ㅡSegundo, ¿por qué piensas que por no sentir atracción por los hombres te gustan las mujeres automáticamente, tal vez no te guste ninguno.

ㅡSí, ya se que existes más orientaciones, estuve investigando sobre eso. ㅡlo último lo dice en voz baja. ㅡLo pienso porque... Creo que hay una chica-

El timbre sonó interrumpiendo su platica.

ㅡTengo clase de química, el profesor me matará si llego tarde. ㅡexclama Felix.

Jisu asiente comprensiva, Felix le agradece y se comienza a alejar, pero tras avanzar un poco se detiene y dirige su mirada a ella una vez más.

ㅡNo te preocupes por ponerte una etiqueta, no es necesario, solo aclara lo que sucede con esa chica y ya. Lo demás lo descubrirás con el tiempo.

La sonrisa que le regala Felix la reconforta, ella asiente y Felix se marcha por fin.

Jisu mira al cielo, intenta buscar las respuestas a sus dudas entre las esponjosas nubes blancas. Felix tenía razón, no se iba a presionar, en su lugar, dejaría que las cosas fluyeran con naturalidad.

Solo esperaba que esa naturalidad fuera rápida y clara.