Puberty › Yejisu

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El verano está llegando a su fin, Jisu puede darse cuenta debido a que estos últimos días no han sido tan calurosos como los demás.

Jisu suspira mientras mira su figura en el espejo, admirando la ropa que lleva puesta para su cita con Yeji. Sí, hoy es el día.
La verdad, Jisu nunca entendió porque la gente se preocupaba tanto por como lucia en una cita hasta este momento.

Alguien toca la puerta de su habitación y deja que entren.

ㅡOh, que linda. ㅡdice su padre al verla. Jisu sonríe agradecida. ㅡHumm... Tu amiga está abajo.

Jisu se sobresalta y de inmediato baja corriendo las escaleras. Frente a la puerta, se encuentra Yeji. Usando ropa normal se ve mucho más bonita.

ㅡHola. ㅡYeji saluda con una sonrisa.

ㅡHola. ㅡla menor la imita.

El señor Choi aparecebdetrás de su hija, y la señora Choi sale de la cocina. Ambos se despiden de su hija y le dan indicaciones de qué hacer en caso de cualquier emergencia. Jisu asintió vagamente a las palabras de sus padres y después salió de la casa junto a Yeji.

ㅡ¿Y qué película vemos? ㅡpregunta Jisu.

ㅡ¿Qué tal una de terror? Para cumplir con ese cliché de que una se asuste y la otra actúe valiente y protectora. O una romántica, para que en algún punto nuestras manos se encuentren entre las palomitas, nos pongamos tímidas y nos demos un beso al mismo tiempo que los protagonistas. ㅡdice Yeji. Jisu ríe con diversión ante esas palabras.

ㅡEres increíble, Hwang Yeji. ㅡhabla Jisu una vez termina de reír.

Yeji sonríe de lado e inclina un poco su cabeza, cerca del rostro de Jisu.

ㅡ¿Lo soy?

La menor se aleja de inmediato y mira al frente mientras caminan. Puede sentir sus mejillas arder.

Linda, linda, linda, linda, linda.

Es lo único en lo que piensa Yeji. Jisu es linda. La chica más linda que ha visto en su vida, por dentro y por fuera. Incluso su torpeza y vergüenza se le hacen lindas.

ㅡ¿Puedo tomar tu mano? ㅡpregunta Yeji. Lia parpadea un par de veces, procesando la pregunta, finalmente asiente.

Yeji entrelaza sus manos y tiembla suavemente ante el tacto con las delicadas manos de Jisu.

Suben al autobús que las llevará directo al cine y Yeji le promete a Jisu conseguir su licencia para conducir lo más pronto posible para no tener que usar el transporte público en otra de sus citas. Jisu solamente se ríe, como siempre que está con Yeji.

A Choi no le importa realmente ir en autobús, auto propio, limusina o bicicleta, siempre y cuando esté con Yeji. Ya está perdiendo la cabeza.

Cuando llegan al cine, eligen una película infantil, porque todavía son jóvenes, después de todo. Y justo como Yeji había prometido, compró las palomitas.

La película fue buena, ambas la disfrutaron y no pudieron evitar observar las reacciones de la contraria, a veces, perdiéndose unos cuantos segundos de la trama para admirar el rostro a su lado.

La película terminó y por fin salieron del cine.

ㅡ¿Te gusto la película? ㅡpregunta Hwang.

ㅡBueno, soy una fanática de las películas infantiles, así que sí. ㅡsonríe Jisu.

ㅡMe alegro.

Mientras caminan fuera del cine, el silencio se hace presente entre ambas.

ㅡ¿Quieres ir a algún otro lado? ㅡpregunta Jisu.

ㅡMmm, realmente no lo sé. ㅡresponde Yeji luego de pensarlo un poco. ㅡPodemos ir a donde tu quieras.

Jisu propone caminar por allí y respirar aire fresco.

Mientras caminan, una idea, o más bien un pequeño deseo, aparece en la mente de Lia.

ㅡMe gustaría conocer a tu familia. ㅡsuelta sin ningún tipo de filtro.

Yeji se sorprende un poco por dicha petición.

ㅡNo quiero que me presentes como algo más que tu amiga, simplemente tengo curiosidad por saber cómo son. Después de todo, tú ya conoces a mi familia.

Yeji hace un gesto dándole la razón a Jisu, pero por alguna razón se siente nerviosa de ver a la chica con su familia. Y es que, los señores Hwang saben leer a la perfección a su hija, cualquier acción o gesto en falso y se darán cuenta de todo. Ninguna de las dos quiere eso por ahora.

ㅡTal vez te los presente en algún momento. ㅡresponde Yeji. Jisu asiente satisfecha.

Su cita transcurre normal, pero no por eso es menos linda o especial. Para Jisu, ver a Yeji emocionada por todo lo que se cruzaba en su camino era lindo. Y para Yeji, ver a Jisu sonriendo cada que ella hacia alguna tontería la llenaba de felicidad.

No querían hacerse muchas ilusiones, pues todavía son jóvenes, pero tal vez estaban hechas para complementarse.