°Capítulo 7°

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Me gustaría decir que pude dormir lo que restaba de la noche, pero siendo honesta con  conmigo misma les estuviera confesando una gran mentira.

Luego de que mis ojos observarán y verificarán como tres veces de que aquel mensaje era realmente real, mi ansiedad había incrementado a niveles extraordinarios y justo ahora no podía dejar de pensar en el tema.

¿Acaso hice bien?

Pienso, mientras cuento las horas que aún faltan para que el sol hiciera su gran y esperada aparición y diera por finalizada la aburrida y solitaria noche.  Mi cuarto se mantiene frío gracias al aire acondicionado, a la vez que veo imágenes absurdas y sin sentido por Pinterest, y There's Nothing Holdin' Me back de Shawn Mendes entra con fuerza  por mis auriculares.

Si poder evitarlo la letras se reproduce una y otra vez en mi cabeza y la imagen de él aparece en ella.

¿Estaré cometiendo una locura al traerlo a casa? Me pregunto en cuanto el coro se repite por tercera vez.

La música sigue su curso y miles de interrogantes torturan cada neurona que poseo. Quiero hacerlo pero una parte de mi me grita que nada bueno saldrá de todo esto, es extraño, es como si sintiera una sensación amargosa que hiciera daño en el centro de mi pecho. Emociones... Cientos de emociones se iluminan y fusionan dentro de mi, y de alguna manera distinta me hacen sentir sensaciones que mucho antes no estaban presentes en mi vida.

Y la mayoría de las personas pensarán que es absurdo, pero en cierta parte tenía miedo. Tenía miedo no solo de seguir adelante, sino, en dejar que muchas más personas entrarán a mi vida.

Mucho antes de que todo sucediera yo era una chica común y corriente; solía ir al colegio todos los días y la mayoría de las veces, casi siempre de manera puntual. Jamás me perdí un partido de fútbol académico, o tal vez una de esas fiestas que los jóvenes suelen hacer solo para olvidar por unas horas el infierno que incrementaba cada día dentro de sus vidas.

Jamás fui la más sociable de la clase, pero puedo decir que en muchas ocasiones rara vez me encontraba sola y desorientada.

Decir que mi vida era perfecta era poco, puesto que apesar de que todo visiblemente calificaba como normal, siempre sentí ciertas inseguridades  conmigo misma, cuyas hoy en día que puedo verme en el espejo después de tantos años bajo una sombra, solo puedo decirle a mi yo del pasado: Que ciega fuiste.

Las personas estamos acostumbradas a mirar los defectos de cada cosa e incluso de nosostros mismos, sin saber que quizás dentro de unos años todo aquello que teníamos se evaporará y solo quedarán cenizas de lo que alguna vez existió, y es ahí cuando decimos: Antes éramos felices y no lo sabíamos, cuando en realidad, era que antes lo teníamos todo y nunca aprovechamos y valoramos nada de ello.

Desde el día uno en que empecé a ingerir las pastillas mi mente creó una barrera invisible que impidiera que las personas intentaran formar parte de mi vida, haciéndome creer que cada cosa que me sucediera estaría afectandolos por cuánto tiempo decidieran estar en ella.

Casi nunca intentaba relacionarme con mi antiguo círculo social, habían veces en las cuales dejaba de responder los mensajes de las que en esos entonces había considerado mis amigas, y en cuanto se habían cumplido lo primeros seis meses dejé de usar el teléfono completamente.

Me sentía sola, rota, pensaba que nada tendría sentido después de su partida.

Me convencí a misma que debía estar sola por el bien de los demás, sin importar que sucediera  debía encontrar la manera que me alentará  a seguir adelante, en esos entonces, las lágrimas de mi padre ya habían sido suficientes durante años. No era capaz de dejar que alguien más se sumergiera en el pozo que se había convertido mi vida.

°Si tan solo fuera cierto°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora