Había llegado el día del cumpleaños de mi padre y por alguna y desconocida razón, estaba nerviosa y desde hace un par de horas tenía el presentimiento de que algo malo iba a suceder, pero no sabía qué. Estaba empezando a volverme paranoica con los días. Necesitaba un descanso.
Tenía muchas cosas en la cabeza, el ensayo, el descubrimiento de esa sucia carta que aún no me dejaba dormir por las noches... Era demasiado, mi cabeza iba a estallar.
Aún agradecía a la profesora por atrasar la presentación del ensayo, aún no me sentía del todo preparada para eso, y todavía no tenía del todo claro sobre que lo haría, tenía algunas ideas pero las sentía muy vacías, necesitaba algo más... Mi vida no solo podía consistir en eso.
Sabía que estaba distraída desde muy temprano, todo era un desastre. La casa en realidad era la personificación del desorden. Papá y yo habíamos decidido que sería algo simple, una simple cena, algunas velas, comida comestible y una tarta del supermercado, y no describiré lo obvio, estaba jodidamente nerviosa. Papá conocería a Jup, es decir, ¿Acaso tendría oxígeno para respirar en ese momento?
No sabía si le agradaría, papá era un suceso extraordinario, pero lo conocía lo suficiente para saber que no haría las cosas incómodas, solía ser un tipo tranquilo aunque muy observador, demasiado... Pero todo iría bien, debía ir bien.
— ¿Qué tan segura estás de que no moriré esta noche?— escuché la risa de jup a través del altavoz de mi celular— soy joven y quiero llegar vivo aunque sea hasta los 25.
— No creo que llegues ni a lo veinte si sigues con ese positivismo.
— Pruebame , probablemente te sorprendas de la suerte que tengo— sonreí, al cabo que correteaba de un lado a otro en busca de los platos, y el mantel de color azul marino que pensaba poner sobre la mesa esta noche.
— ¿Y si tu padre hace preguntas incómodas?— preguntó, y estuve casi segura que tuve que aguantar la respiración. Mi cuerpo se tensó por completo.
— ¿Qué clase de preguntas te haces en tu cabeza, jup?— esta vez fue mi turno de preguntar, y por su silencio estaba segura, que estaría sonriendo.
— Mmmm, no lo sé, a veces lo padres preguntan muchas cosas, lo he leído en los libros y visto... en las pelis.
— Aún sigo sin entender.
— ¿Crees que tú padre... Mmm... nos pregunté si nos hemos acostado?— soltó de sopetón , y casi agradecí a todos los cielos, porque el mueble en la sala fue mi salvavidas de besar al piso está vez.
¡¿Qué?!
— ¡No!— casi grité presa de los nervios, y del otro lado podía escuchar las carcajadas de Júpiter sonar, burlándose de mi. Juro que iba a matarlo — mi padre es bastante normal ¿vale?, un poco chiflado, si, y sobreprotector hasta el punto que te asustas, pero no es de esa clase— lo escuché soltar un exagerado suspiro. Estúpido — es más probable que te hablé de su última novela a qué te empiece a bombardear de preguntas sobre nosotros.
— Gracias a Dios, ya estaba empezando a mentalizarme y decir, ¿Señor usted cree que alguien como yo dañaría a su hermosa hija?, soy un caballero de primera— dijo con una voz que no parecía suya, más bien en realidad parecía Homero Simpson en persona.
No pude evitar sonreír por lo tonto que sonaba, y sentí mis mejillas calentar por la presión que sentía en el vientre, si tan solo mi padre supiera que en realidad yo me lance primero...
— ¿Line?
— ¿Si?
Escuché como su respiración se volvía un poco acelerada, y me dio la impresión de que estaba nervioso, ¿Jup, nervioso?, esto si que es una novedad.
ESTÁS LEYENDO
°Si tan solo fuera cierto°
Teen FictionElla no sabía nada sobre él, solo que cada día que ella decidía faltar a su sesión de grupo de apoyo, él estaría esperándola en la azotea. ¿Razón? No lo sabía. Sin duda alguna era un misterio, pero aún así ese misterio inquietaba su pequeña e inesta...