Aún no habíamos llegado hasta el punto más alto de la carretera, pero cada vez sentía que pronto mis débiles piernas se vendrían a abajo y mi cuerpo impactaría contra el pavimento.
Cansada y en medio de respiraciones entrecortadas, desvíe la mirada hacia Júp, quien con una extraña sonrisa iba subiendo la extensa carretera, a la vez que metía sin parar un puñado de Doritos a su boca, y soltaba un suspiro de satisfacción mientras los masticaba.
Mientras tomaba una bocanada de aire y me impulsaba a seguir caminando, no pude evitar pensar en todo lo que tuve que hacer para que justo hora estuviera desvaneciendome lentamente presa del cansancio.
Hace menos de media hora que habíamos abandonado mi casa, la cual hasta ahora al igual que Júp, no había pensando que se convertiría en una "Misión imposible"
En pocas palabras y para no dar tantos detalles de mis intentos patéticos de agente 007, casi estuve apunto de morir, de ser descubierta, y si no fuera poco de matar a alguien del susto, muy extraño para ser mi primera vez que me escapó de casa, y sin duda, extremadamente agotador como para alentarme a volver hacerlo.
Pero aquí me encontraba, tiritando a penas presa del frío, cubierta de cuello a cintura con un ancho y cómodo suéter de lana, y arrastrando mi largos pantalones de pijamas, los cuales para mí suerte está vez eran decentes y los donas flotantes que lo decoraban no parecían infantiles.
Siendo honesta lo último que me importaba en estos momentos era llegar, ser decente en cuanto a vestimenta estaba reservado para otro día.
Mi meta de hoy era ver aquel amanecer, y la sonrisa que justo ahora se dibujaba en mi rostro en cuanto llegamos solo dejaba entrever lo emocionada que estaba.
A mi lado Júp soltó un silbido que reflejaba la energía que se adueñaba su cuerpo. Me giré para mirarlo, y negué varias veces con la cabeza al mirarlo sacar con prisa los troncos de árboles que había metido de manera desordenada dentro de su bolso y acomodarlos unos a los otros en el suelo.
Me senté en el césped junto a él, y miré la hora en mi muñeca.
5:50 AM
Solo faltaban 16 minutos.
— ¿Preparada?— preguntó, justo cuando de los troncos empezaban a saltar algunas chispas con un poco de humo, dando a entrada a las llamas de fuego que empezaron a expandirse entre ellos.
Míos ojos se agrandaron al mirarlo y sonreí al volver a los suyos.
Aún no tenía claro que me sucedía, pero en este momento me desconocía, desde que había despertado no había parado de sonreír, siendo honesta me sentía extrañamente feliz, diferente, totalmente diferente, casi pensaba que al llegar la noche lloraría, o al menos eso era lo que solía decir mi padre cada que solía hacerlo: Te estás riendo demasiado Line , creo que hoy llorarás.
Siempre solía decirlo con una risa burlona, cuya la mayoría de las veces mamá siempre se le unía y ambos conspiraban en mi contra, en busca de respuestas de sus tontas preguntas. Ambos eran un equipo perfecto, en realidad, todos los éramos ...
— ¡Acá tierra llamando a Line! ¡¿Hay alguien aquí con vida?! ¡¿Pueden escucharme?!— escucho el sonido chillón de la voz de Júp, gritar ahora frente a mi, a la vez que parpadeo un par de veces al notar su mano sacudirse cerca de mis ojos.
— No es necesario que me ventiles la cara, no estoy delirando estúpido— casi me río de mi misma al decir aquellas palabras, puesto que había pasado mucho tiempo de que había insultado a alguien con ganas. El rostro de Júp, me mira como si le hubiera ofendido, pero sé perfectamente que le gusta que le diga estas cosas, después de todo no es la primera vez que intento sonar a mi antigua yo.
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°Si tan solo fuera cierto°
Novela JuvenilElla no sabía nada sobre él, solo que cada día que ella decidía faltar a su sesión de grupo de apoyo, él estaría esperándola en la azotea. ¿Razón? No lo sabía. Sin duda alguna era un misterio, pero aún así ese misterio inquietaba su pequeña e inesta...