Capítulo 14

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Ange estaba parada cerca de la ventana con mi hija menor en sus brazos. Katrina seguramente estaba dormida para ese momento y cuando duerme esa niña en serio que lo hace.

—Quítale las manos de encima a mi hija... —Advertí.

—No va a ser tan fácil Arthur.

— ¿Qué es lo que quieres maldita loca? devuélveme a mi hija, ¡ella no te ha hecho nada!

—Claro que si lo ha hecho. El mero hecho de su nacimiento es suficiente para mí, yo debía darle sus hijos a Arthur, pero tú Rena lo arruinaste todo entrometiéndote entre los dos.

—Ange te juro que si le haces algo a mi hija, te voy a destruir con mis propias manos.

La maldita ni siquiera respondió a eso, como si para ella fuera una posibilidad.

—Si quieres a tu hija, vas a tener que venir por ella Arthur. Y si no vienes solo, no sé qué le podría pasar a esta pequeñita.

Extendió sus alas y de estas varias granadas de fogueo cayeron, apenas si pude cubrir a todas antes de que el cegador brillo apareciera, y segundos después, ya no había rastros de Ange en ningún lugar.

— ¿De dónde saco esas cosas?

— ¡Seguramente las robo cuando escapo de la cárcel!

—Arthur tienes que ir por nuestra hija.

—No te preocupes, te prometo que traeré a Katrina a salvo, pero deben esperar todas aquí. A este punto esa loca es capaz de cualquier cosa.

—Ve, ¡rápido!

Salte por la ventana y alce el vuelo a ver si lograba ubicarla, pero no había rastro de ella en ningún lugar, o eso creí hasta que me calme un poco y me centre, encontrando un pequeño rastro de sus plumas blancas.

—Quién diría que eso algún día sería útil.

En mi otra forma solía dejar al despegar y parte de mi vuelo, Rena una vez me regaño diciendo que tenía su patio como un criadero de cuervos por la cantidad que a veces se juntaban.

—No te me vas a escapar maldita...

No había manera que ella volara más rápido que yo, se podría decir que la alcance en poco tiempo. Ella estaba en el parque al que solía ir de vez en cuando antes de todo esto.

—Qué es lo que planeas maldita loca...

Ella estaba en medio del parque, justo donde estaba la fuente, y sostenía a mi hija como si fuera suya...

Bien podría hacer un tiro rápido desde aquí directo a su cabeza, pero aun no estoy del todo acostumbrado a este cuerpo ni su puntería, por ahora me tocara bailar al ritmo de esta loca.

—Bien Ange. Aquí estoy, solo, ¿qué es lo que quieres?

—Lo que siempre he querido Arthur, que seas mío.

—Ange tú y yo sabemos que eso no se va a poder. Creí que la terapia te había ayudado un poco, tenía la esperanza de que eso te ayudaría a aclarar tu mente y dejar todo esto.

—Y lo hizo, confirmo que mi amor por ti es más fuerte que todo Arthur, nada está por encima de ti, eres lo único para mí.

Porque no la mate cuando pude carajo, pero de hoy no pasa. Mi familia no tendrá tranquilidad hasta que esa mujer este muerta, y de hoy no va a pasar.

— ¿Qué es lo que quieres Ange?

—Lo que siempre he querido Arthur, todo tu amor y cariño.

—Si quieres conversar de esto, primero deja a mi niña en paz.

Amor Digital. Next Order.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora