Capítulo 18

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Sin saber bien qué fue lo que paso, solo escuche y vi a Magnamon entrar a la habitación y derribar a los Diaboromon para que pudiéramos escapar de ese sitio, ya no era una pelea que podíamos ganar, por lo que debíamos emprender la retirada. Así que cegándolos con un enorme brillo, Magnamon nos permitió huir.

Todos los que fuimos a ese lugar, fuimos transportados a otra zona, más exactos, el área oscura.

Todos menos Magnamon quien al usar su milagro, se convirtió en un Digimental pero este era negro, solo sé que lo tomamos antes de seguir con nuestro camino, y si se preguntan cómo estaba para ese momento, solo puedo decir que completamente desolado, nunca había experimentado un vacío y una sensación de devastación tan grande como la que estaba sintiendo para ese momento.

Apenas si podía pensar en lo que hacía puesto gran parte de mi voluntad simplemente se había ido.

De regreso a lo que en su momento debió ser un gran y hermoso árbol Diaboromon hablo.

—Es hora del penúltimo acto.

Dichas esas palabras el gran árbol se empezó a derrumbar y destruirse junto al Diaboromon original.

De todos esos destrozos cinco pilares blancos se formaron y estos comenzaron a levitar y fueron disparados al cielo al punto que los 1 y 0 que conformaban el cielo simplemente se desvanecieron y en su lugar, apareció la tierra, mi mundo, era perfectamente visible desde la Digital World y el cómo poco a poco se acercaba.

Dichos pilares cayeron en una zona en la tierra y al poco tiempo, una masa blanca apareció, desplego sus enormes alas y se elevó en el cielo un cielo oscurecido que duro muy poco tiempo así, puesto en cuestión de segundo se tiño de rojo permitiendo que desde la tierra se pudiera ver también la Digital World y su lento acercamiento.

—Hay que ir a la tierra. —Dijo Alphamon notablemente intranquilo.

—Debemos detener esta calamidad como sea posible. —Le siguió Omegamon.

Los Digimon más fuertes nos dieron el empujón para poder dar el salto del mundo en el que estábamos al que debíamos ir.

Justo al llegar, el extraño ángel caído se cernió sobre los pilares y dejo caer sobre ellos una energía oscura en forma de lluvia.

—Tengo que ir con mi familia...

Eso fue lo primero que pensé. Alphamon me vio y asintió con firmeza a eso, por lo que casi tropezando corrí y alce el vuelo para reconocer que estaba en mi ciudad.

Me eleve lo más que pude ignorando lo que pasaba a mis espaldas y concentrándome en mi visión a ver si podía ubicar a mi familia, y por suerte fue así, estaban lejos de todo eso pero no perdí ni un segundo en moverme hacia ese lugar con una notable desesperación.

Quienes quedaban estaban escondidas en una construcción bastante apartada, pero las puede ver a todas y llegar a donde ellas estaban.

— ¡Tessa! —Grite al aterrizar.

— ¡Papá!

Sentí algo de alivio al ver a mi hija mayor viva, y ella venia llorando hacia mis brazos y al sentir su calor yo también me desmorone junto a ella para llora abrazados el uno del otro.

No sé cuánto tiempo estuvimos así, solo sé que recobre un poco la compostura primero.

— ¿Estás bien? —Pregunte viendo su cara y buscando algún daño.

—S-Si... ¿Papá qué fue lo que paso... dónde estabas? Paso algo terrible.

—Lo sé, lo sé... se lo que le paso a tu hermana.

Amor Digital. Next Order.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora