𝚁𝚊𝚖𝚎́ ¡! hyunsung → changjin ⚠︎

03: cuando la luna me bese

"Cuando la Luna me bese;

Si los suelos se abren y caigo allá por marte, quizás más cerca de las lunas de Júpiter, tan únicas ellas, tan diferentes y brillantes, y solo el día en que las estrellas corran por los ríos y se caigan al mar, al vacío, a dondequiera que deseen, que se sequen... Me gustaría verte aquel día: el día que la Luna me bese, que los sauces de todo el mundo lloren tu nombre junto al mío, después del tuyo y antes del "nosotros". Que las naves espaciales nos manden a donde nadie nos encuentre y entonces ni siquiera existan las sensaciones de ahogo, porque me falta el aire apenas me tocas. Cuando la Luna me bese, espero el sol te coma la boca. Y se te llenen los ojitos de estrellas en el eclipse previo a la estación; a la explosión... Previo a nosotros."

— Disculpa, JeongIn, pero Minho ha estado insoportable — se quejó ChangBin de su hermano menor cuando contestó el teléfono, aún con el pequeño delante de él. Se estaba cansando de cuidarlo esa tarde que eran solo ellos dos en casa.

— Imbécil — lo llamó entre dientes el quinceañero para marcharse enseguida.

— Ya se fue — anunció victorioso. Se aseguró esta vez de ponerle el pestillo a la puerta antes de volver a recostarse en su cama para charlar con su amigo. — Leí el escrito de HyunJin hace un rato; no sé cómo hice para convencer a su amigo de dármelo, en realidad.

— ¿Por qué te interesaba tanto...? Nunca me lo habías mencionado.

— No sé, me llama la atención que nunca entregue sus trabajos de literatura. ¿Te dije lo que escuché la otra vez...? — JeongIn negó desde su garganta; Changbin supuso que apenas almorzaba. — Le dijo al profesor que no le gustaba leer después de mí.

— Eso es obvio: a nadie le gusta leer después de Seo ChangBin.

— ¿De qué hablas...?

— Hay una lista en el aula del profesor Han; en realidad tiene un algoritmo en el que, según los asiento, te toca leer en cierto orden, porque siempre mira en el mismo orden. Todos lo sabemos, por eso nos sentamos así. HyunJin tiene el último puesto: justo después de ti.

— ¿Por qué hacen eso...? Qué bobos.

— Porque es humillante... — dijo como si fuese obvio. — Lo haces mejor que cualquiera de nosotros: es innegable.

— Es literalmente nimio... No hago la gran cosa, no exageren.

— Odio tu falsa humildad, ush — se quejó con falso enfado; en realidad sabía que ChangBin no notaba la verdadera suficiencia de sus escritos por sí solos. Sentía que nunca llenaría las expectativas que todos tenían sobre él, porque es difícil llenar el lugar de un apellido que fue puesto tan alto. — ¿Qué pensaste de lo que escribió Hwang?

— Puedo decir que es sensible.

— Y eso te gusta — ChangBin no lo veía, pero sabía perfectamente que su amigo sonreía. Le causaba gracia imaginar lo que pasaba por su mente en esos instantes.

— No, Yang JeongIn.

— ¿No? — fingió inocencia, como si no supiera de lo que estaba hablando. — ¿Entonces no te gustó el escrito de Hwang?

— Si te digo la verdad, pensar en él me da escalofríos. Sé que le gusta el espacio exterior, eso está claro, y me llama la atención.

— A mí me parece muy tierno — le confesó. — Vamos juntos a plásticas y Ciencias Sociales, y es... Es muy bueno.

— ¿Te gusta..?

— Me gusta para ti.

— Por eso lo miras tanto.

— No especialmente... es porque Han JiSung se sienta siempre junto a él, ¿sabes? Son mejores amigos.

— Espera... — lo detuvo de inmediato al notar lo que aquello significaba. JeongIn se puso nervioso; no se había dado cuenta. — ¿Te gusta el hijo del profesor...?

— ChangBin, es increíble que no lo hayas notado antes...

— ¿Por qué lo dices...?

— Bueno, Han JiSung me gusta desde que nos tocó compartir tienda para acampar en el viaje a Busán.

— Eso fue hace 6 años.

— Sip, parece mucho tiempo, en realidad.

— ¿Por qué nunca me dijiste...?

— Pensé que era obvio — se ríe nostálgico, recordando tantas veces que se perdió de las materias por mirar el rostro del joven de ojos redondos y mejillas regordetas. — ¿Me has visto alguna vez mirando en otra dirección...?

— Yo... Creo que no me di cuenta, perdón...

— Si supieras la cantidad de canciones que SeungMin me ayudó a escribirle...

— ¿Por qué no le has dicho...?

— No lo sé... Aquella primera noche en el campamento lo veía temblar... Pensé que tenía frío, pero no: JiSung me tenía miedo. No quiero acercarme a él y provocarle un infarto o algo así...

— Deberías intentarlo... Igual y puedes cantarle una de las canciones que le escribiste.

— He estado muy tranquilo todos estos años, ignorando que me gusta... Si él lo sabe de pronto, quizás no pueda volver a verlo sin que sienta que lo acoso.

— Eso suponiendo que te rechace.

— ¿Hay otra opción...?

— Claro: que diga que sí, se hagan novios, estudien música juntos, le pidas matrimonio con una canción y se casen en Busán, justo donde te enamoraste de él. Entonces tendrán dos perros pequeños, un departamento enorme y una piscina.

— Es demasiado... Una posibilidad del cero coma dos porciento que me rompe el corazón.

— Solo inténtalo... ¿Sabes la cantidad de personas que le gustan a sus crushes pero nunca lo saben porque se sienten inseguros...? Te arrepentirás en unos años...

— Voy a pensarlo — prometió. — ¿Qué harás tú?

— Estudiar para el examen de plásticas... Me tocó la profesora del segundo turno, así que se trata sobre historia, no práctica, lo cual está bien porque no sé nada de técnicas. De cualquier manera me cuesta demasiado.

— ¿La historia del arte...? ¿Qué estás viendo...?

— Impresionismo.

— No jodas, ChangBin...

— ¿Qué...?

— Te vas a reír.

— ¿Por qué? Me asustas...

— El impresionismo es el tipo de pintura favorito de Hwang. La semana pasada nos tocaba elegir un período técnico para el proyecto trimestral, y fue el primero en alzar la mano y pedir trabajar en ello. Quizás puedas pedirle que te ayude a estudiar, y así probablrmente... Te ganas su confianza y te deja leer más de sus escritos.

— ¿Será buena idea...? Me parece que lo pongo demasiado nervioso...

— Cuando se trata de pintura, no hay nadie mejor que HyunJin. NADIE. Te lo juro: te lo dejará tan claro... En verdad lo sabe todo y le gusta, así que igual y no se pone tan nervioso al explicarte.

— Está bien... Le preguntaré mañana si tiene tiempo.