"... Algo que es caótico y hermoso al mismo tiempo... "
El punto de partida es lo que menos se esperaba: el chico listo le pide ayuda a Hyunjin para su examen de plásticas y entonces su definición del caos y lo hermoso se distorsiona con cada palabr...
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- Hannie faltó de nuevo al instituto - le comentó HyunJin a su madre durante la comida. Y la mujer no lo diría porque sonaba muy cruel, pero estaba feliz de tener a su hijo en casa. - ¿Sabías que el viernes se cumplían ocho años...?
- ¿De lo de su mami? - HyunJin asintió. - Sí. Incluso estuve hablando un buen rato con su padre: me invitó a la misa que darían en su honor. No te lo dije porque pensé que Jisung y tú estaban peleados y se volvería más incómodo de lo que de por sí son esos eventos, pero fui un rato en la noche.
- ¿Cómo lo viste...?
- Como cualquier chico que perdió a su madre puede estar: muy triste. Pero hemos ido antes, ya sabes: Jisung llora todo el tiempo y se esconde detrás de... - se detuvo al recordarlo; Jisung siempre se ocultaba detrás de HyunJin. - Bueno, ahora que no fuiste, se escondía detrás de su padre.
HyunJin lo recordaba muy bien... Sobre todo la primera vez: el funeral de la señora Han. Lo recuerda porque fue exageradamente doloroso para él ver cómo su mejor amigo se derrumbaba de aquella manera. Cómo abrazaba el ataúd de la mujer mientras lloraba, y pasaban las horas, y nadie podía hacer que se moviera de ahí. Recuerda que tenían que mover el ataúd para el entierro, pero Jisung se negaba a levantarse.
- Hannie - llamaba el pequeño HyunJin de diez años a su amigo, abrazándolo por detrás, rodeando su cintura para que sintiera todo su apoyo y así poder susurrarle.
- N-no puedo, Hyunie - le dijo el menor. Fueron las palabras más impactantes que le dijo jamás. HyunJin siempre había visto al pequeño Han como alguien capaz de absolutamente todo. Alguien a quien admiraba, a quien quería tener siempre a su lado para sentirse valiente. - No la voy a soltar, por favor diles que me dejen...
- Pero la van a enterrar ya...
- Entonces que me entierren con ella... Por favor... - suplicaba el pequeño. Sus ojitos cerrados y sus mejillas heladas, mojadas, congeladas por el frío de la noche...
- Puedes ponerle una rosa a su ataúd, así la acompañas...
- ¿Estás seguro...?
- Claro que sí - asintió con ganas, moviendo la cabeza cuando Jisung decidió mirarlo. - Y ella te cuidará, desde donde sea que esté. Siempre te cuidará.
- No me sueltes, HyunJin - le pidió un poco más tarde, después de dejarle su rosa al ataúd - ahora cerrado -, y el primer puño de tierra a la tumba, en el cementerio. - Nunca me dejes sólo, por favor...
