29: psiquiatra

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En las siguientes dos semanas pasaron demasiadas cosas también. Ahora Minho iba al psiquiatra y estaba tomando muchas medicinas. Changbin había hablado con su madre sobre lo que le pasaba a su hermano y, aunque se mostró completamente indiferente, no tuvo más opción que pagarle las terapias cuando Changbin la amenazó.

— Si tú no le pagas el psiquiatra, yo no voy a entrar a la universidad. Si no te haces cargo de Minho, madre, me pondré a trabajar y lo haré yo.

Y claro que ella no quería que así terminase todo por lo que el señor Seo había trabajado. Lo único que les dejó fue el apellido y bastante reconocimiento, y ella no estaba dispuesta a perderlo por el inútil de su hijo más pequeño.

A Minho no le gustaba que tanta gente supiera lo que estuvo a punto de hacer. No le gustaba que los amigos de su hermano lo vieran con lástima a la hora del almuerzo, que quisieran acompañarlo a todas partes o le ofrecieran algo de comer. Era estresante.

Lo único que le gustaba era acompañar a Jisung a casa.

Pasa que Jisung no le tenía lástima. No hacía preguntas queriendo indagar en todo lo que le pasaba ni repetía cada dos segundos que tenía todo su apoyo. Jisung simplemente le demostraba que era su amigo, que podían divertirse, podían hablar de cualquier cosa y hacer absolutamente todo juntos.

Minho se preguntaba entonces cómo es que Hyunjin había dejado ir a un chico tan increíble como ese.

— Eres muy joven para mí — le dijo Han una de esas tardes, cuando el menor le confesó que estaba comenzando a sentir otra cosa.

— Son solo tres años...

— Minho... Aprecio que... Te sientas así conmigo, pero no podemos tener algo. Al menos no por ahora.

— ¿Por ahora?

— Si cuando llegues a los veinte sigues sintiendo algo por mí, te prometo que saldré contigo.

— ¿A los veinte...? Falta mucho para eso.

— Lo sé... Y sé que es difícil, pero vas a tener que esforzarte mucho si quieres que seamos algo algún día.

Minho asintió. En ese instante, no tenía problema con las condiciones. Quería demostrarle a Jisung que era digno de su amor, no lo iba a discutir más. Sabía que eso sí era algo que valía la pena; que aquella persona a la que Jisung le diera una oportunidad de ser amada de la manera en la que Jisung ama, sería afortunada. Y él quería ser esa persona, así que trabajaría muy duro para conseguirlo.

Ahora quizás Jisung no se sentía tan sólo. Había pensado en su momento que la partida de Hyunjin, al menos de su lado, lo haría sentir completamente perdido. No se tenía fé socialmente: sabía que era demasiado introvertido y quizás le sería imposible comunicarse con otros seres humanos, sin embargo no estaba siendo así. Tenía a Minho, a Jeongin e incluso a Bang Chan, quien últimamente no podía salir tanto, pero estaba ahí.

Su duelo no estaba siendo exageradamente pesado, después de todo.

Para Hyunjin era distinto. Él seguía preguntándose lo que debía hacer para volver a estar cerca de Jisung, incluso si intentaba respetar su decisión. Se sentía un poco desesperado. Y de pronto un día Jisung dejó de ir al Instituto.

Su padre seguía apareciendo todos los días, todas las mañanas para la primera clase de Hyunjin, y no se veía mal. No parecía estar pasando algo en casa, pero Hyunjin no veía a su amigo.

Decide entonces que quizás debe preguntarle a los nuevos amigos de Jisung.

Pasa que, de un tiempo para acá, su grupo se dividió. Por algún motivo inexplicable, ahora Changbin, Seungmin y él se quedaban solos en una mesa durante el almuerzo. Ya ni siquiera Jeongin, quien era el mejor amigo de Changbin, o Minho, su hermano, y mucho menos Felix, a quien Hyunjin consideraba de su misma sangre, la pasaban con ellos. Los primeros dos habían elegido a Jisung sin dudarlo, y Felix simplemente eligió a Minho porque eran de la misma edad, estaban en el mismo curso y poco a poco se volvían más cercanos.

𝚁𝚊𝚖𝚎́ ¡! hyunsung → changjin ⚠︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora