"... Algo que es caótico y hermoso al mismo tiempo... "
El punto de partida es lo que menos se esperaba: el chico listo le pide ayuda a Hyunjin para su examen de plásticas y entonces su definición del caos y lo hermoso se distorsiona con cada palabr...
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- Lo hiciste muy bien - halaga HyunJin cuando ChangBin ya ha bajado del escenario y el evento concluye. No sabe qué más decirle: se encuentra impactado con su impresionante interpretación; absorbido ante la confianza que muestra delante del público.
- ¿Tú crees? - suena preocupado. Ya ha vuelto a lucir frágil, cansado... Parece que le vuelve a ser de importancia. - Siento que me equivoqué un montón en las pausas.
- Lo hiciste perfecto, en serio - consuela JeongIn.
El profesor Han mira a su alrededor por unos minutos, buscando a su hijo entre la gente que comienza a salir del auditorio. No encontrarlo le molesta, sí... El señor Han está muy molesto con su hijo por haber escapado.
- Buen trabajo - se rinde con Jisung y solo se dirige al estudiante. - Estoy orgulloso de ti: seguramente en unas semanas te llegarán cartas de propuestas universitarias. Tu padre estaría muy orgulloso también.
ChangBin se avergüenza por las palabras de su profesor. No le gusta que mencionen a su padre, en realidad. No le gusta que creen hipotéticas situaciones de orgullo a su alrededor, porque él ya lo sabe: es lo que ese hombre hubiera querido, pero él no... Él ya está cansado.
Se excusa en el cansancio, entonces, para apresurar a los demás. Y ellos entienden: debe estar agotado de tanto esforzarse en los últimos días, así que vuelven pronto a sus habitaciones.
- ¿Sí vienen? - le pregunta a HyunJin antes de que ingrese la llave en la cerradura de su puerta.
- Pensé que estabas cansado - hace burla de sus contradicciones.
- Solo quería que terminara.
- Está bien: buscaré a Hannie y los vemos ahora.
Dicho y hecho, HyunJin pasa a su habitación para cambiarse la ropa, esperando que Jisung salga pronto del cuarto de baño. Sabe que está ahí hace un buen rato, que quizás se sentía débil y necesitaba espacio.
Lo observa salir a pasos lentos, con un papelito cubriendo su nariz, sostenido por su mano derecha.
- Volviste - saluda sin ánimos. - Pensé que tardarían más.
- ¿Estás sangrando? - se preocupa por su nariz. - Déjame ver.
