31: metas

26 3 4
                                    

— ... Ya no quiero ver más a mi padre — le contó en los días siguientes. Ahora HyunJin iba todos, o casi todos, los días. Es verdad que Jisung se aburría, y también es verdad que intentaba ser más expresivo con todo lo que estaba sintiendo. — Pero la psicóloga me dice que debo hablar con él... Que debo decirle todo lo que he sentido en este tiempo. Yo sé que le va a dar un poquito igual... Cuando me den de alta y volvamos a casa, me va a regañar por haber contado que se tomaba a la ligera mis atentados, y probablemente ya no me deje salir más. Me da miedo... Yo le dije a los terapeutas que probablemente tendré una crisis si me hacen contarle todo lo que no le he contado, y dicen que está bien... Que es mejor que tenga una crisis mientras estoy internado a que la tenga estando allá afuera.

— Si aún no te sientes listo para hablar con él, no debes hacerlo... No te presiones, Sung, tómate tu tiempo, nadie puede obligarte.

— No lo sé... He estado pensando muchísimo, y... Creo que voy a escaparme de mi casa en cuanto me den de alta. ¡Pero no le digas a nadie! Por favor, Hyunie, igual y nunca me dejan salir de aquí si se enteran.

— ¿Pero lo dices en serio? ¿Tienes un plan?

— Es muy difícil... Bueno, pensar en un plan se me complica mucho: mi plan era dejar de existir, y eso falló. Yo creo que las personas deberíamos tener derecho de decidir cuándo irnos, incluso si le quité ese derecho a Minho cuando lo detuve en el techo del edificio esa noche... Ah, hablando de Minho, estoy intentando que acepte internarse conmigo. Eso se puede hacer por voluntad propia: vas a la recepción y les dices que quieres internarte, y te hacen un examen para ver si calificas, y te meten a la... Zona que corresponda contigo. Yo creo que, si tienes deseos suicidas, vale la pena internarte antes de intentar para ver si recuperas al menos un poco de esperanza. Ya de ahí eliges hacia dónde ir, sí...

— ¿A ti te ha dado esperanza?

— Hum... No exactamente. Me gusta estar aquí porque no tengo que pensar tanto en las cosas que están afuera, en la universidad, en tener que ocultar cómo me siento, en estar rodeado de tanta gente... Es como un pequeño descanso: me da fuerza para seguir un poquitito más. Es como un limbo: no estoy muerto, pero tampoco estoy en la vida real.

— Eso es bueno, Hannie: mereces descansar y mereces también estar en un lugar donde cuiden de ti.

— Me gusta muchísimo que tú vengas a verme. Mi padre confía en ti y nos deja a solas, pero cuando vienen Minho o Channie suele quedarse siempre en la habitación.

— Ellos dos te quieren mucho, ¿cierto?

— Eso creo... Channie me dijo que se sentía agradecido porque sigo con vida. Dice que el mundo aún no está preparado para dejarme ir, y eso me... Me hizo llorar... También me trajo muchas galletas de chocolate, por si quieres, sí... Yo no tengo ganas. Minho ya casi no viene, pero porque le he dicho que no puedo recibir visitas... Me siento mal de que él me vea en este estado, no sé, es muy joven.

— Me gustaría conocer a Bang Chan, suena agradable.

— Va a venir mañana, pero temprano... Antes de mi sesión en grupo porque a esas horas mi padre no está por aquí y así podemos hablar de más cosas. Si quieres venir, le aviso de una vez a los enfermeros.

— ¿De verdad...? ¿No se sentirían incómodos conmigo...? Me da vergüenza ser mal tercio, quizás él no quiere conocerme.

— Aiñ, tú tranquilo. Le he hablado mucho de ti a Channie: le di tu contacto por si había alguna emergencia o lo que sea. Sí quiere conocerte.

— Está bien, vendré entonces.

Terminando de acordar la cita del día siguiente, Hyunjin debe volver a casa. Últimamente se pasa un poco de la hora límite de visitas en el hospital, pero a los enfermeros no les molesta: saben que hace feliz a Hannie y por eso lo dejan quedarse hasta tarde. Claro que es muy complicado entender si la felicidad de Jisung es real o no, pero su psicológa, a quien le cuenta sus verdaderas emociones, puede asegurar que es así.

𝚁𝚊𝚖𝚎́ ¡! hyunsung → changjin ⚠︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora