30: ophelia

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HyunJin sigue sus pasos de la tarde anterior. Jisung le había dado permiso de visitarlo, y estaba demasiado agradecido por ello. Otra vez se sentía nervioso, pero ya no tanto como ayer. Estaba nervioso por ver a su amigo y por no saber qué decirle también. Pensó que solo debía escuchar. Eso era lo que Jisung más necesitaba.

Recuerda entregar su documento escolar en un escritorio junto a la puerta que daba al pasillo de psiquiatría. Le dieron un gafete y un enfermero lo acompañó hasta dar con unas escaleras.

— Toca el timbre en esa puerta y te llevarán con él — le dijo el hombre desde el pie de las gradas. HyunJin le dio las gracias y llamó a la puerta. Una mujer lo recibió esta vez, dejándolo pasar a una pequeña sala de estar con sillones obscuros y luz apagada.

— ¿Vienes a ver a Hannie? — le preguntó suavemente. HyunJin asintió una vez más, siguiéndola hacia una recepción que se dividía en varias puertas y un par de pasillos más. Algunas paredes tenían ventanales también, así que había bastante luz. Fue justo por el pasillo de la izquierda que lo vio acercarse en ese momento.

Han Jisung. El mismísimo Han Jisung con ese cabello despeinado, el rostro limpio, las manos nerviosas. Llevaba un overol con un dibujo de ositos en la bolsa de en frente y una camisa de mangas cortas color rosa. Sus pies usaban sandalias y en su cabeza llevaba un gorrito tipo pescador. Estaba sonriendo enormemente al verlo ahí, apurando su andar hasta estar a apenas centímetros, extendiendo los brazos para darle un fuerte abrazo.

— ¡Hyunie! — dijo de una manera tan infantil que HyunJin juraría jamás antes haberlo escuchado así. — Pero qué guapo estás.

— Han... Te extrañé mucho — murmura en su oído. HyunJin lo abraza mucho más fuerte entonces, no queriendo despegarse de su amigo. Generalmente no le gusta el contacto físico, pero esta vez en verdad necesita asegurarse de que tiene a Jisung entre sus brazos. No quiere dejarlo ir y es por ello que se aferra a él, como si intentase fusionarse. Quiere fundirse y convertir sus corazones en uno sólo. — ¿Cómo estás? — le pregunta cuando finalmente se separan.

— Bien~ aunque aquí es un poquito aburrido... Había hecho una amiga, pero ayer la dieron de alta... Le trajeron comida, de todos modos, así que tú la comerás.

— Te lo dejo un rato — dice el señor Han, quien caminaba detrás del pequeño, despidiéndose de ambos. — Vuelvo pronto.

Jisung saluda a las personas en el mostrador, los enfermeros, y todos parecen tratarlo con mucho cariño, llamándolo “bonito” o “Hannie” cuando intercambian palabras. Es verdad que el menor se comporta un poco infantil. Parece un niño pequeño, por su manera de hablar, caminar y vestir. Su sonrisa es tan grande que sus ojitos lucen brillantes.

Lo lleva al pequeño comedor: una habitación con tres mesas pequeñas, seis sillas. En esa que está junto a la ventana, hay dos platos de comida. Uno con el nombre de Jisung y el otro con el de su amiga. HyunJin se sienta con él y Jisung rompe el plástico con el que envolvieron los alimentos para que puedan comer, después notando que hay una fruta junto a su vaso de agua.

— Ay... Odio el plátano — dice decepcionado. — ¿Lo quieres?

— Está bien...

— Tampoco me gusta la zanahoria, y a mi amiga no le gustaba la berenjena... Igual que a ti, pero siempre nos dan los platos al revés. ¿Quieres que te lo cambie?

— Claro, puedes comer lo que quieras.

Jisung comienza a intercambiar los vegetales en sus platos con ayuda de unos palillos. — Aquí dicen que puedes comer lo que quieras, sí... Pero me regañan cuando no me termino mi plato, aunque la nutrio... Nutrio... Nutricionista sí me dice que no coma si ya no tengo hambre.

𝚁𝚊𝚖𝚎́ ¡! hyunsung → changjin ⚠︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora