12.

784 77 9
                                    

—Que haces aquí?
—Que clase de bienvenida es esa?
—No te esperaba.
—Te traje algo.– Steve se regreso a la puerta y dos chicas entraron con el.
—A que se debe esto?
—Sabes que cuando encuentro algo bueno siempre lo quiero compartir y estás señoritas son lo mejor hasta ahora.
—Es que estoy algo ocupado ahora.
—James, desde cuando le dices que no al sexo? No tienes ganas de un trío?

James se quedó pensado por unos segundos, las chicas eran tal cual le gustaba a él, altas, grandes senos y trasero, ambas rubias. Se acercó a una de ellas y le tendió la mano, la chica la aceptó y ella le tomó la mano a la otra. Steve sabía que James jamás se resistiría a mujeres así.

—Te piensas quedar o que?– Pregunto James al notar que Steve no se movía.
—Te molesta si me quedo a comer algo?
—Adelante. Si quieres puedes quedarte más para que te las lleves en cuanto termine.

Los tres subieron a la habitación que James tenía para coger. Ninguna mujer había pasado la noche en su habitación, no le gustaba que alguien estuviera en su cama y mucho menos mujeres que compartía con sus amigos. Llegaron al cuarto y James entró al baño primero, cuando salió las chicas ya estaban desnudas sobre la cama esperando por el.

James se acercó a un mueble y sacó dos pares de esposas, tomó un brazo de la chica de cabello corto y lo esposo a un lado de la cama y luego hizo lo mismo con el otro brazo. La otra chica que estaba libre se puso de pie esperando las órdenes de James.

James empezó a besar a la chica esposada y le hizo una seña a la otra  y ella se acercó pero James la empujó para que se quitara y tomó su lugar para chupar los pezones, era lo que más le encantaba hacer. La chica quería hacer algo pero James odiaba compartir lo que se comía.

Esme bajó al comedor y se encontró a Steve sentado comiendo.

—Pero si es la princesita Esme.
—Y James?
—También está comiendo en su cuarto.– Le guiño el ojo y Esme entendió que estaba "comiendo"
—Iré a mi cuarto.
—Quédate, a diferencia de James a mi no me molesta la gente.

Esme se sentó en la silla de a lado y pronto llegó Elena y le sirvió comida. Steve volteaba a ver al plato y luego a Esme, analizando cada movimiento que hacía. Desde que Esme vio a Steve por primera vez le pareció un hombre muy atractivo y a diferencia de James, los ojos azules de Steve reflejaban alegria y no frialdad.

—No se como James puede tenerte asi.
—Así, como?
—Tenerte deambulando por toda la casa sin tocarte. Me contó de su arreglo.
—El no me trajo como una de esas chicas.
—Lo se y es una pena, si estuvieras en mi casa ya te hubiera hecho mía mil veces.

Esme se puso nerviosa, desde que llegó no había dejado de pensar en Peter pero había algo en Steve que la atraía y la forma en que le dijo que ya hubiera sido suya la hizo sentir cosas.

—Tienes novio? Bueno más bien sería, tenías novio?
—Tengo.
—No quiero ser aguafiestas pero cuando tu novia desaparece de la nada es el momento perfecto para conseguirte a otra, te lo digo como hombre, ninguno es fiel y menos cuando la chica está lejos.
—Tu no lo conoces, el me está buscando.
—No importa si te está buscando como tú piensas, jamás te va a encontrar, pero no te desanimes, yo puedo ayudarte.– Steve tocó con su rodilla la rodilla de Esme y ella sintió un cosquilleo.

—Ya te las puedes llevar.– James interrumpió a ambos.
—Pasó algo?– Pregunto Steve.
—Pasó que no pudieron aguantar más, son débiles Steve.
—No todas resiste al soldado del invierno.– Soltó Steve entre risas.

Steve se puso de pie y la abrió la silla Esme para que pudiera salir, las chicas fueron rápido hacia Steve, Esme las vio y se puso a pensar cómo es que Steve podía decirle que se la quería coger cuando tenía a esas mujeres. Las chicas tenían un cuerpo que las hacía parecer diosas y Esme a lado de ella parecía una niña pequeña. Realmente Steve la encontraba atractiva o él se acostaba con cualquier mujer que pasara frente a él?

Steve se despidió de ambos y se fue con las chicas, Esme se quedó con la mirada perdida y James se le quedó viendo.

—En que piensas?
—En nada.
—Te causaron celos las chicas?
—Porque me darían celos?
—Por el cuerpo que tienen, a comparación de ti pues...
—No necesito que de nuevo me insultes. Si me he visto en un espejo.
—Ah, ya se que es lo que pasa. Steve te dijo que quería cogerte y piensas en cómo eso es posible si en su casa tiene a 10 mujeres más como esas.
—Yo no dije eso.
—No te creas especial, Steve es capaz de acostarse con una piedra, por eso quise venderte a él.
—Venderme?
—Si. Pensaste que te tendría aquí en mi casa? O te vendía o te mataba, pero decidí darte la oportunidad de vivir porque fue culpa de mis hombres que terminarás aquí. Nadie está en mi casa solo porque si.
—Yo no soy un objeto que puedas vender al mejor postor, pensé que solo me enviarías con alguien más.
—Cariño, todas las mujeres tiene un precio por lo tanto son objetos.
—Si son un objeto entonces porque te abandono tu novia? No pudiste pagar lo suficiente?

James se acercó a la cara de Esme y la miro a los ojos unos segundo, ella cerró sus ojos esperando un golpe de su parte pero en lugar de eso sintió una respiración en su oído.

—La próxima vez que la menciones, te mato.

James se dio la vuelta y camino dejando a Esme helada como un hielo, esa amenaza le dolió más que los jalones que le había dado antes porque sabía que no era una amenaza sino una promesa.

La puerta principal se abrió y Wanda apareció con varias bolsas en sus manos, cuando vio a Esme corrió hacia ella con preocupación.

—Esme estas pálida, que te pasa?

Esme no dijo nada, su mirada estaba fija en la nada, el miedo se había apoderado de ella o tal vez era esperanza. La esperanza de que si había una salida, no una salida hacia su antigua vida pero si hacía una nueva.

Ya se que estoy publicando muy rápido pero estos días he tenido tiempo libre porque he descansado unos días de mi trabajo y pues quise aprovechar.

Líderes -Bucky Barnes-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora