35.

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James caminó hacia la salida de la cocina y ella seguía sin moverse, quería hablar con él pero sentía miedo de que él pudiera decirle, tenía miedo de las expectativas que tenía James sobre ambos, sobre ella.

—No vendrás?– Le pregunto desde la salida.
—Eh, si.

Fue hacía él y subieron las enormes escaleras color beige, James no tomó su mano y eso la sorprendió un poco.

Llegaron a la gran habitación y él fue al closet a tomar ropa para cambiarse, entró al baño y salió unos minutos después con una pijama de cuadros  y una camiseta negra, fue a la cama y se acosto dando una palmada al espacio a lado de él para que ella hiciera lo mismo.

—Me gustaría comenzar a hablar yo si no te molesta.
—Adelante.– Le respondió sin nerviosa Esme.

James se quedó pensado durante un rato y por fin comenzó a hablar.

—Quiero conocer cada parte de ti.
—Y si no te gusta cada parte de mi?
—Eso es imposible.
—Siento que me tienes idealizada, tal vez yo no tengo lo que tú necesitas, tal vez nos conozcamos a profundidad y esto no llegue a algo más.
—Estoy segura de que te refieres al sexo y no se cuantas veces tengo que decírtelo.

James no se engañaba, extrañaba tener sexo, quería volver a sentir un gran orgasmo y que su corazón latiera con fuerza. Algunas veces pensaba en deducir a Esme para poder cumplir su fantasía pero sabía que no era la forma correcta, pensó en varias formas para poder coger pero jamás cruzó por su mente el engañarla con otra mujer.

—Es que... yo se lo que tú solía hacer, eso es como una necesidad básica tuya y perdóname pero yo no quisiera que me golpearas o me hicieras daño.
—Dios mío, estoy seguro que en ningún momento dije que quería hacerte eso.
—No lo hiciste pero yo supongo...
—Deja de hacerlo, deja de suponer lo que yo quiero o lo que pienso, hemos tenido esta conversación varias veces. Si, si quiero hacerte el amor, cogerte, hacerte mil cosas, el solo hecho de tocarte o que tú me toques hace que me ponga muy duro, cuando me besas imagino que besas otra cosa pero también acepto que esta relación empezó de una manera muy extraña y no será igual a las demás y estoy muy seguro que la recompensa vale la pena.

Esme quería ser igual de sincera que James, pero tenía miedo de decirle toda la verdad pero también el que James fuera honesto con ella la hacía sentir más cariño por el.

—Me gustas, me gusta mucho pero no puedo decirte que estoy ena...
—No tienes que hacerlo.– La interrumpió James.— Yo no te pido que me digas algo que no sientes, quiero que tú me lo digas porque realmente lo sientes y no porque yo lo espero.
—Nunca imagine que yo tendría más experiencia que tú en algún tema.
—Con este estilo de vida es complicado tener una relación 100% normal. Lo más normal para mi fue Sierra.
—Tu la amas.
—Sierra llegó a mi vida como una explosión. Ella es una mujer que sabe que hacer para siempre tenerte complacido, es muy hermosa y tiene una mirada que te hace sentir... vivo. Yo pasaba de mujer en mujer, nunca quise algo "serio" por así decirlo pero cuando llegó ella y vi que todos querían tenerla me concentre en tenerla, le di todo lo que me pedía y cuando digo todo me refiero a todo, hice cosas por ella de las que ahora me arrepiento. Estuvimos bien un tiempo pero luego ella comenzó a querer irse porque le aburría estar encerrada y yo para que no fuera con alguien más acepte. Sierra se iba por semanas y luego volvía, siempre me avisaba hasta que antes de que llegaras ella se fue sin decírmelo, no respondía mis llamadas ni mensajes, así pasaron meses hasta que acepté que ya no volvería. Mi estado de animado era de lo peor, desquitaba mi coraje de las peores formas, hice todo por ella porque pensé que nos amábamos pero ella solo amaba el poder que le daba.

James se quedo callado y Esme no sabía que decirle, no odia responder que entendía lo qué pasó porque no lo entendí, jamás había pasado por algo así. Una duda llegó a su mente y sabía que era mala idea compararse pero quería saber la respuesta.

Líderes -Bucky Barnes-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora