5.

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Un hombre alto y grande abrió la puerta y entró para observarla por unos segundos.
—La llevaré a una nueva recámara señorita pero antes hablara con el señor.

Se puso de pie y siguio al hombre por un pasillo muy largo que mientras seguían avanzando se iba volviendo más elegante, había un piso blanco que se miraba muy fino y caro. Al final del pasillo entraron a una sala enorme y muy elegante con una gran chimenea, siguieron caminando hasta una puerta de color café, el hombre tocó la puerta y luego la abrió haciéndo una seña de que entrara.

En una silla de piel de color negro estaba el señor viendo una laptop, cuando noto mi presencia alzó su cabeza y se escuchó como la puerta se cerraba detrás de Esme.

—Te traje aquí para hacerte una propuesta.– Dijo en un tono muy serio.
—Que clase de propuesta?– un miedo entró en Esme y el pareció notarlo.
—No te asustes no es nada sexual. Estuve unos días fuera y durante ese tiempo uno de los negocios que...tengo fue encontrado por la policía, yo se que tu tienes una franquicia de florerías y vengo a proponerte que trabajen para mi.

Esme pensó que era una broma de mal gusto pero cuando vio que él seguí con la mirada seria se dio cuenta de que era verdad.

—Estas mal si crees que voy a aceptar eso.– No podía creer que le pidiera eso, arruinar su patrimonio solo por él.
—Si lo haces yo te dejaré ir de aquí.

Esme abrió sus ojos sorprendida, eso si era algo que no esperaba para nada y era muy tentador, estaban poniendo en bandeja de plata la libertad.

—Lo dices en serio?
—Dame 6 meses, solo eso necesito para crear uno nuevo, será como un préstamo y déjame decirte que yo siempre ayudo a los que me ayudan.
—Como se que me estás diciendo la verdad?– Pregunto dudosa, después de todo era un mafioso.
—No lo sabes, pero no tienes muchas opciones.
—No lo haré, arruinarás lo que tanto trabajo le ha costado a mi familia, además yo nunca ayudaría a un criminal.– Esme le respondió después de pensarlo unos segundos.

En cuánto termino de hablar su cara se volvió fría y dura, se podía ver a través de sus ojos el coraje.

—Quise ser amable pero es eso o que...
—Me matarás? Creo que eso es algo que ya me esperaba.– Soltó una risa burlona y me sonrió de forma cínica.
—A ti no, a Peter.

La sangre se iba del cuerpo de Esme, unas ganas de vomitar llegaron a ella, quería llorar y gritar.

—Tranquila, todo está en tus manos, obviamente eres una chica inteligente y tomarás la decisión correcta, Peter confía en ti.
—Está bien.— Acepto derrotada.

De repente Esme comenzó a ver todo borroso y sus ojos se iba cerrando sin que ella pudiera detenerlos y lo ultimo que vio fue a un hombre tratando de sujetarla.

Despertó en una cama grande y muy cómoda, la habitación no era como la otra en la que estaba, en esta se notaba que era para un humano. A lado había un mueble pequeño que tenía un vaso con agua y otro con jugo de naranja. En una silla en la esquina había una señora como de unos 50 y tantos años durmiendo, Esme se levantó  sin hacer ruido y se acerque a la enorme ventana.

Por fin podía ver la luz del sol y sentir su calor, abrió la ventana para sentir los rayos en su cuerpo y se quedó así unos minutos cuando de repente escucho un ruido y la señora se estaba poniendo de pie.

—Señorita que bueno que ya está bien, tome algo de agua para que se sienta mejor.– Hablo muy apurada la señora.
—Por que estoy aquí?
—Tuvo un ataque de pánico anoche y se desmayó, la trajeron aquí porque será su nuevo cuarto. – De pronto los recuerdos llegaron a su cabeza.
—Puedo salir de la habitación?
—Si, usted puede estar por la casa y si necesita algo solo dígame y yo la ayudaré.
—Usted es la ama de llaves?
—Su ama de llaves, solo me encargare de obedecerla a usted, cada joven del señor tiene la suya.
—A que te refieres con que "cada joven"?
—Cada pareja del señor tiene su propia habitación y ama de llaves.
—Yo no soy su pareja.
—Lo siento señorita, es la costumbre.

La señora sintió pena por el error aunque esta vez no invadió el miedo porque era ante su jefe.

—No te preocupes, no pasa nada  y puedes llamarme Esme, será más cómodo para las dos, cuál es su nombre?
—Yo soy Elena. Dejaré que se dé una ducha y le traeré el desayuno, o prefiere comer el comedor?
—Eh, en el comedor está bien.
—Algo que desee en particular?
—Eh no, yo como lo que sea.

Elena salió y Esme corrió a una puerta que supuso era el baño pero era el closet. Había ropa de todo tipo, pijamas, ropa deportiva, vestidos, no eran demasiadas pero si lo escencial, en la otra pared del closet había zapatos y en la otra cajones que adentro tenían ropa interior. Salió y fue a la otra puerta y al entrar un baño enorme y lujoso la recibió, tenía una enorme tina y a lado estaba la regadera. Había toallas en un mueble y tomo dos. Cuando entró la regadera otra vez empezó a llorar en voz baja.

Al salir del baño con sus ojos hinchaos de nuevo, fue al closet por algo de ropa y cuando ya estuvo lista se fue a la cama de nuevo.
Tocaron la puerta un par de veces y luego se abrió y era Elena.

—Su desayuno ya está listo señorita, porque no ha bajado?
—Es que no se donde está el comedor.
—Una disculpa olvide eso, pero sígame ya la llevaré.– Soltó una risita de nervios y la chica se  puso de pie para seguirla.
Ambas bajaron las escaleras y había una sala de estar y a lado de esta había un gran comedor de color café, elegante y moderno, la guió hasta una silla donde había un pequeño buffet.

—Como no me dijo que prefería le traje un poco de todo.
—Muchas gracias Elena.
—Usted es la primera que usa esta mesa.
—Como?
—Nunca nadie come aquí, bueno desde que yo llegue nunca he visto a alguien.
—Y el señor?
—El siempre come fuera o en su oficina, ni las chicas quieren comer aquí.
—Comen en su cuarto?
—Si, no les gusta verse cara a cara.
—Elena, hay novias del señor aquí Justo ahora?
—No, es que había una hace semanas, ya tenía mucho tiempo aquí, pero ella se notaba que era una joven adinerada, no era como las otras que han estado aquí.
—Y qué pasó?– No sabía si Elena podía hablar de eso pero el saber el chisme era más poderoso para Esme.

—Pues cuando ella llegó el señor se deshizo de las otras que había aquí, al parecer esta chica era como su novia oficial pero un día simplemente hizo sus maletas y se fue. Cuando el señor llegó y se dio cuenta tiro todos los adorno que había en la sala.
—Él está aquí ahora?
—No, siempre se va muy temprano y vuelve en la tarde.
—Por que se habrá ido la chica?
—Es una duda que yo también tengo Esme.– Elena ya hasta había agarrado un poco de pan tostado.

Ya no continuaron con el interrogatorio porque tenia medio de que Elena se metiera en problemas y cuando terminó de desayunar se fue al cuarto para tratar de dormir, ya que era lo único que hacía, dormir y llorar, parecía un ciclo sin fin para ella.

Alguna veces se preguntaba que estarían mi madre y Peter.

Líderes -Bucky Barnes-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora