31.

960 105 62
                                    

James abrió una botella de champagne y sirvió en dos copas para entregarle una a Esme, estaban sentados en el sillón viéndose frente a frente.

—Lamento lo de tu pastel.
—Ya supéralo, fue gracioso pero por favor jamás vuelvas a hacer uno.
—No entiendo porque la comida si me queda bien pero los postres no.
—No se puede hacer todo.

James estaba a punto de tomar de la copa Esme de la quito de las manos.

—Tenemos que brindar por ti, por tu cumpleños.– Esme le entrego su copa de vuelta.
—Gracias por estar hoy conmigo Esme.
—Estarás en el mío?
—No me lo perdería por nada.– Le prometió James.

Chocaron sus copas y ambos bebieron. Se quedaron sentados en la sala y Elena llegó con una charola llena de pizza que puso en la mesa de centro que estaba frente a ellos y se sentaron en el piso para quedar a la altura y empezaron a comer.

—Cuando recién nos conocimos te molestaste porque no quise comer.

James no quería recordar eso y no entendía porque Esme lo traía a la mesa Justo este día cuando las cosas ya estaban bien entre ellos.

—No quiero hablar de eso.– Le dijo incomodo.
—Solo quiero saber porque te enojaste, lo demás esta olvidado.
—De verdad no quiero hablar sobre eso Esme, no hoy, te lo pido.– Le suplico James.
—Está bien.– Suspiro Esme.
—Cuando estábamos en el hotel dijiste que te gustaban mis ojos.– Le recordó James, quería saber si era en serio cuando dijo eso.
—Es que son muy lindos.
—También dijiste que mi cara era linda.
—¡Claro que no! No dije eso.– Esme dejó su rebanada de pizza.
—Si lo hiciste, o sea que si recuerdas lo que me dijiste de mis ojos pero no lo de mi cara?
—Es que no recuerdo nada pero si te creo lo que dije sobre tus ojos.
—Entonces mi cara no te gusta.– Le respondió ofendido.

Esme se quedó seria fingiendo qué pensaba y luego se acercó un poco a James y comenzó a acariciar su cara pero esta vez si estaba consciente de lo que hacía. Pasó sus dedos por los labios de James y el solo se dejó llevar por el momento y disfrutaba sentir sus dedos ahí. Bajo sus dedos hasta su cuello haciendo un camino y luego llegó a su ancho pecho haciendo que James cerrara sus ojos.

Esme se acercó y puso sus labios en los James dándole un pequeño beso, James abrió sus ojos sorprendido y tomó la cabeza de Esme acercándola más, el beso era suave y lento, Esme puso sus manos en el cabello de James enredando sus dedos en él y se acomodó quedando arriba de él. James jalo un poco el cabello de Esme y ella soltó un pequeño grito y James metió su lengua y bajo sus manos a la cintura de ella.

Esme se separó y James le sonrió, aunque seguía sin poder creer que ella lo había besado se sentía feliz. Miles de pensamientos llegaron a Esme, su cara estaba sin expresión alguna, James se preocupó y la idea de que a Esme no le había gustado el beso, su primer beso y eso lo empezó a agobiar.

—Estas bien?– Le preguntó James.

Esme no dijo nada y solo se puso de pie y corrió a su habitación para encerrarse con llave. James corrió atrás de ella y empezó a tocar la puerta con fuerza.

——Abre la puerta.– Le dijo calmado pero la puerta seguía sin abrirse.—¡Esme! ¡Voy a tirar la puerta!

Esme estaba en su cama sentada y escucho como algo pesado golpeaba la puerta y se dio cuenta de que realmente iba a tirar la puerta y se puso de pie para entre abrir la puerta.

—Por favor James, solo quiero estar sola.

James vio en sus ojos preocupación y asintió, la puerta se cerró y James quería volverse loco porque no entendía que la había hecho sentirse así, huir de él. Se quedó recargado en la puerta y empezó a recordar el beso y no podía creer que un beso tan simple lo estaba volviendo loco, necesitaba más quería más de Esme, ese beso se sintió como lo mejor del mundo, las caricias que primero le hizo lo hicieron relajarse mucho, quería otro beso.

Líderes -Bucky Barnes-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora