7.

840 72 6
                                    

—Le preste a James mis chicas pero el estrés del trabajo me puso ansioso así que vine por una aunque gracias a tu espectáculo ya no la necesito.

Una sonrisa encantadora se formaba después de cada palabra que decía, Esme quería desmayarse de la pena y a la vez quería matar al hombre por estarla espiando.

—No debes espiar a las personas.
—Tu mundo está lleno de "No debes" pero eso en mi mundo no existe pequeña.– El hombre se iba acercando cada vez más a la cama.
—Vete. No te me acerques.
—Tranquila, no ten haré nada... que no quieras.– Esme sintió terror cuando se sentó en la cama. Acercó su mano a la barbilla de Esme y le guiñó el ojo para luego pararse y salir por la puerta.

Steve se dirigió al estudio de James para esperarlo ahí, se sentó en una silla frente al gran escritorio de color negro y comenzó a recordar cómo Esme se estaba tocando.
Por otro lado James acaba de terminar dentro de ambas chicas cuando tomó su celular y vio el mensaje de Steve, se puso una bata y fue al estudio.

—En que piensas?– Pregunto James Steve sacándolo de sus recuerdos.
—Trabajo. Dime porque me buscabas con tanta urgencia.
—Te quería ofrecer a una chica pero ya lo resolví.
—Hablando de chicas, quien es la nueva que tienes? La pequeña de cabello castaño.
—Cuando la viste?
—Cuando subí para buscarte la vi rápidamente pero estabas algo ocupado.
—Esa es la chica que te quería ofrecer, todos la rechazaron y tú eras mi única esperanza.
—Y qué pasó? Ya la quieres?— James dudo por un segundo, la chica no tenía un buen cuerpo pero tenía bonita cara.
—Crees que alguien como ella me va a satisfacer? Imagínate, ni siquiera entraría por completo y te apuesto que ya estuviera quebrada. Es demasiado delgada.
—Pues déjame decirte que las delgadas como ella me han sorprendido bastante.
—Necesito tener tetas que chupar, no una tabla.– James hizo una cara de asco.
—La quiero.— James abrió los ojos sorprendido. Con anterioridad sabía que habia una posibilidad de que Steve se la llevara y era algo que anhelaba pero ahora que estaba aceptando se sintió raro.
—Mira, ella tiene un negocio el cual estoy utilizando y le dije que en seis meses la dejaría ir, cuando pase ese tiempo te la doy.
—De verdad la dejarás ir si no me llevo?– Las palabras de James había impactado a Steve.
—Si. Dejaré que se vaya a un cementerio.

Cuando Steve estaba yendo a la puerta Esme pasó para ir a la cocina ya que no le gustaba molestar a Elena cuando le daba hambre o sed en la noche. Steve la vio y la siguió. Se quedó viendo como se estaba sirviendo agua en un vaso, analizó cada parte de su cuerpo y en efecto, la chica era demasiado delgada pero eso hacía que Steve la considerara sexy y más gracias a lo que había visto anteriormente.

—Lamentó no haberme presentado contigo pero no era buen momento, soy Steve.– Esme volteo asustada por su voz y se alejo un poco de él y solo asintió. Salió para irse a su cuarto y el la siguió de nuevo hasta las escaleras y le tomó el brazo.—No te haré daño, de verdad.
—Por favor suéltame.

James salió del estudio y se quedó viendo a ambos.

—Crei que ya te ibas.
—Si, solo estaba conociendo a tu nueva inquilina. Muy talentosa por cierto.– Esme se sacó de su agarre y su cara se puso roja.
—A que te refieres?– Pregunto James algo inseguro.
—No sabes lo que esa mano puede hacer, quiero decir, he comprado arreglos en su florería para mis chicas y son preciosos. Muy talentosa. Bueno ahora si me voy, descansa pequeña.

Steve salió de la casa y Esme trató de subir las escaleras lo más rápido que pudo pero James fue más rápido y la jalo del brazo.

—De que hablaba Steve.
—No se.—James la agarró del cuello con un poco de fuerza.
—Estas segura?
—Ss...I.
—Si me entero que me estás escondido algo, la próxima vez dejarás de respirar por completo.— Soltó a Esme y la chica sintió un alivio cuando el aire empezó a entrar a sus pulmones. Sus ojos rojos miraban los azules de James y de repente Esme sintió lástima por el, James se dio cuenta que la mirada de ella era más fuerte de lo que pensaba y se sintió vulnerable antes los ojos de los que ahora salían lagrimas.

James se fue a su cuarto y vio a las dos chicas en su cama esperándolo. Se quito la bata y tomo a una por la cintura y devoro sus labios como si no  hubiera un mañana, la desesperación se apoderaba de él y su mano jalo el cabello de ella haciéndola gemir de placer, metió dos de sus dedos a la boca de ella para luego bajar hasta su cliotoris y hacerle pequeños masajes de una forma lenta que hacía a la rubia arder en llamas.

Bajo sus dedos más y metió ambos, el gemido que soltó la chica lo hizo excitarse más y los sacó para introducir su miembro de una vez, hacía embestidas rápidas mientras mordisqueaba el cuello de ella, sus gemidos hacían eco por toda la habitación. Empezó a chupar el pezon izquierdo y darle pequeñas mordidas y a medida que mordía con más fuerza sus embestidas también aumentaban, sentía que iba a explotar, la chica no podía más.

Esme fue al baño y encontró un cepillo de dientes eléctrico. Quería terminar lo que había comenzado hace un rato y esta vez sus dedos no serían suficientes.
Se aseguró de que la puerta estuviera cerrada con llave y se acosto en su cama y encendió el cepillo.

Al unísono James y Esme terminaban su noche con un orgasmo.

Líderes -Bucky Barnes-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora