Capítulo 8

3K 436 53
                                    

El dormitorio de Ron era tal y como Harry lo recordaba: Pósters de los Chudley Canons en la pared, una funda de edredón y fundas de almohada a juego. La ropa y los libros estaban esparcidos por toda la cama y la silla junto al escritorio. Harry tuvo que ponerse las manos a los lados para no intentar ordenar. Hermione arrugó un poco la nariz mientras se sentaba en la cama junto a Ron, dejando a Harry la silla del escritorio. Harry sacó una camisa y un par de libros y los puso sobre el escritorio en su lugar.

-¡Merlín, Harry! ¡Snape! No puedo creer que hayas aceptado que te mande ese imbécil grasiento. Apuesto a que le encanta que le llames "amo"-.

-¡Ron!-, dijo Hermione.

-Ya no es mi profesor-, le contestó Ron. -Puedo llamarlo como quiera-.

-No le insultes-, dijo Harry en voz baja. -No tenía que hacer esto; podría haberse negado-.

-¿Rehusarse? Sí, claro. Como si no quisiera todas las ventajas de tenerte como aprendiz. Así que, ¿ya te ha jodido?-.

-¡Ron!- Hermione se estaba poniendo de un tono rojo alarmante.

-Vamos, Harry. Cuéntale lo que implica ser un aprendiz. Te hizo firmar el tradicional contrato, ¿no?-.

-No, en realidad no lo hizo. De hecho, le sirvo más como ingredientes de pociones. La gente paga más por las lágrimas de un virgen, aparentemente-.

Ron miró a Hermione y luego volvió a mirar a Harry. -Entonces, si no va a hacer eso, ¿por qué te aceptó como aprendiz?-.

-Porque quería aprender y él era la mejor persona para enseñarme-.

-Bien por ti, Harry-, dijo Hermione. -Al menos sabes lo que quieres-.

-¡Eh, yo sí sé lo que quiero!- protestó Ron. -Soy un cadete de auror-.

-Sí, pero me dijiste que no era exactamente lo que habías imaginado-.

-Pues no. Para empezar, pensé que Harry y yo estaríamos juntos en esto. Supongo que no hay muchas posibilidades de que cambies de opinión, ¿verdad? Estoy seguro de que Shacklebolt te dejaría unirte, aunque estemos a mitad de año-.

-No, Ron, lo siento. Quiero estudiar Pociones-.

-Neville también es aprendiz-, dijo Hermione. -Está estudiando para ser sanador con Madam Pomfrey en Hogwarts-.

Ron se rió. -¿Te lo imaginas? Neville como sanador. ¡Neville! Oye, me pregunto si también tienen el contrato tradicional-.

-¡Ooh, qué asco, Ron! Saca tu mente de la alcantarilla. Estoy seguro de que la mayoría de los aprendizajes hoy en día son sólo eso un Maestro enseñando y no aprovechándose de su cargo de ninguna manera-.

-Es que no puedo ver a Neville como sanador-, continuó Ron.

-Yo sí puedo-, argumentó Hermione. -Siempre ha sido bueno con las manos-.

-Pero no tan bueno como yo, ¿eh?- preguntó Ron, inclinándose para hacerle cosquillas. Ambos cayeron sobre la cama en medio de una maraña de miembros y risas y, una vez que empezaron a besarse, Harry lo tomó como una señal para irse. Parecían haber olvidado que estaba allí.

Harry volvió a bajar las escaleras, pero no regresó a la cocina, sino que se quedó un rato en el vestíbulo, maravillado por la facilidad con la que Ron y Hermione se trataban. A pesar de sus discusiones y desacuerdos, todavía podían besarse y tener intimidad el uno con el otro sin ningún problema. Harry se preguntó si alguna vez se sentiría tan cómodo con alguien. Incluso antes de Malfoy, Harry siempre había tenido problemas con las caricias. La gente lo abrazaba, pero él nunca se atrevía a devolver el abrazo, a rodear a alguien con sus brazos y acercarlo. Ante la rigidez de Harry, debían pensar que estaban abrazando un tablón de madera.

APPRENTICED TO LOVE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora