Epílogo

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Severus sonrió mientras volvía al dormitorio. Observó cómo Harry se alisaba la túnica verde esmeralda sobre el vientre, con el sudor ya en la cara. Severus también se sentía acalorado en su túnica, pero difícilmente podrían ir a la boda de Weasley y Granger en pantalones cortos y camisetas, aunque unos días antes, Severus ya había amenazado con eso. Sólo para ver la cara de horror de su marido. No debería hacer tanto calor en Escocia. Debería haber leyes de la naturaleza sobre ese tipo de cosas.

Harry se estiró y se frotó la espalda, haciendo un gesto de dolor al hacerlo. Severus sabía lo mucho que el calor estaba exacerbando cada pequeña molestia del embarazo con la que Harry tenía que lidiar. Pero pronto eso terminaría y serían padres. A veces Severus apenas podía creer que fuera real. Nunca había pensado mucho en la paternidad. Siempre pensó que sus preferencias sexuales lo excluían. Pero aquí estaban. Era sorprendente y aterrador a la vez.

-Arrasador, como siempre-, dijo Severus mientras se colocaba detrás de Harry y lo besaba en la nuca.

-No te burles-, dijo Harry, mientras se daba la vuelta para mirar a su marido. -Parezco una pelota de playa-.

Severus puso las manos sobre los hombros de Harry y lo miró profundamente a los ojos. -Siempre serás hermoso para mí, Harry. Siempre-.

Harry asintió, con los ojos vidriosos. Parpadeó y se secó la cara. -No me hagas llorar ahora. Se supone que el padrino no debe llorar. Al menos no hasta después de la boda-.

-¿Tienes los anillos?- preguntó Severus.

Harry asintió y se palpó el bolsillo de la túnica. -Lo primero que he comprobado. Te imaginas la cara de Hermione si hubiera olvidado los anillos?- Harry volvió a hacer una mueca de dolor y se frotó la espalda.

-¿Te sigue molestando la espalda?- Preguntó Severus, frunciendo el ceño en señal de preocupación. -Estabas muy inquieto anoche-.

-Va y viene. Espero que no tengamos que estar mucho tiempo de pie. ¡Oh!- Harry jadeó sorprendido y se dobló, sus manos volaron hacia su abdomen.

-Harry, creo que eso son contracciones, no dolor de espalda-, dijo Severus. -Iré a llamar a Poppy de inmediato-.

-¡No puedo perderme la boda de Ron y Hermione, Severus! Soy el padrino!-.

-Harry, ellos entenderán. Tu salud y la de nuestro hijo es lo primero. Siéntate y descansa mientras busco a Poppy-.

Severus bajó las escaleras hasta el salón y arrojó polvo Floo a la chimenea. Había hecho demasiado calor para un fuego real tan avanzado el verano, pero por suerte los fuegos Floo no daban mucho calor. -Enfermería de Hogwarts-, llamó Severus y unos momentos después la cabeza de Poppy apareció en el fuego.

-¿Severus? ¿Está todo bien?-.

-Creo que Harry está de parto-, dijo Severus sin preámbulos. -Anoche le dolía mucho la espalda, pero creo que algunas pueden haber sido contracciones-.

-¿Qué tan espaciadas son?-.

-No lo sé, salí a buscarte en cuanto tuvo la primera definitiva-.

-Está bien, Severus. Deja que recoja mis cosas y paso-.

-¿Sigue Longbottom ahí?-.

-Sí, ¿lo busco?-.

-Por favor-, dijo Severus. -Sólo será un momento-.

Severus regresó al piso de arriba y encontró a Harry agarrado a uno de los postes de la cama por la vida.

-Harry, he pensado que podríamos darle los anillos a Neville y él podría sustituirte-.

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