APPRENTICED TO LOVE

Capítulo 25

Si Harry hubiera pensado alguna vez en una proposición de matrimonio, nunca habría considerado que tendría lugar en la habitación de Bill Weasley con Bill y Remus como testigos. Para empezar, siempre se había imaginado que sería él quien haría la proposición. Unas brumosas imágenes de Ginny y Cho permanecieron en su mente por un momento. En el pasado, Harry había pensado en cenas a la luz de las velas, en paseos románticos e incluso en un picnic, pero este escenario nunca se le había ocurrido.

Harry se dio cuenta de que los otros tres hombres lo miraban fijamente y esperaban una respuesta. -Um, ¿podrías darnos un poco de privacidad?- preguntó Harry.

-Oh, claro. Lo siento-, dijo Remus mientras él y Bill abandonaban la habitación. Harry se hundió en la cama de Bill, con las piernas repentinamente muy inestables. Severus casi saltó de su silla en su prisa por asegurarse de que Harry estaba bien. Severus se sentó al lado de Harry y lo abrazó con fuerza, sin mirarlo.

-¿Harry? Es demasiado pronto, ¿no? No debería haber preguntado-, dijo Severus con desánimo.

-No, no es eso-, se apresuró a tranquilizarlo Harry. -Mi respuesta es sí, Severus. Quiero casarme contigo. Sólo fue un poco de shock. No me lo esperaba esta noche-.

-Yo tampoco esperaba proponerte matrimonio esta noche-, añadió Severus. -Iba a pedírtelo en tu cumpleaños-.

-¿Lo ibas a hacer? Entonces, ¿ya estabas pensando en esto?-. Harry no había estado pensando con tanta antelación; sabía que quería estar con Severus; quería que estuvieran más unidos, pero el matrimonio le había parecido algo muy lejano en el futuro. Oh, había soñado con ello de vez en cuando, pero nunca era nada concreto y, desde luego, no esperaba que ninguno de los dos se declarara tan pronto. Ni siquiera llevaban un año juntos. Lo curioso era que no le parecía demasiado pronto. Parecía natural que se casaran.

-Sí, lo era. Quiero pasar el resto de nuestras vidas juntos, Harry. ¿Supongo que no habías pensado en casarte?-.

-Todavía no, no-, admitió Harry. -Esto... lo nuestro... es todavía tan nuevo, que no quería hacer nada que pudiera ponerlo en peligro. Te amo, Severus, y me encantaría casarme contigo-.

-Bien-. Y Severus se inclinó y besó a Harry suavemente en los labios.

Harry se apartó primero. El matrimonio estaba muy bien, pero le preocupaba un poco el anuncio de Remus de que sentiría una atracción sexual hacia Severus si no se consumaba el vínculo. ¿Y qué contaba como consumación para Harry? ¿Tendrían que tener sexo en todos los sentidos para que funcionara? ¿Y qué hay de su aprendizaje? ¿Podría seguir estudiando con Severus si estaba casado con él?.

-Puedo ver tu cerebro trabajando-, dijo Severus con una pequeña sonrisa. -¿Qué te preocupa?-.

-Un poco de todo-.

-Continúa-.

-¿Se me permitiría seguir siendo tu aprendiz si estamos casados?-.

-Por supuesto, tus exámenes se hacen en el Ministerio de Magia, yo sólo te enseño. Si te conviertes en maestro de Pociones será por tus propios méritos, no por estar casado conmigo-.

-Pero estar casado con un maestro de Pociones probablemente ayudaría-. Harry sonrió descaradamente a su futuro marido.

-Efectivamente. ¿Qué más?-.

-El sexo. La consumación-, admitió Harry.

-Harry, podemos tomarlo tan despacio como desees; creo que Lupin ha exagerado quizás la compulsión sexual que sentirás porque estaba preocupado por ti. Creo que mientras tu cuerpo sepa que tendrás ganas de consumar el vínculo en un futuro próximo, estarás bien. Sabrás cuándo estás preparado para más. Podemos casarnos, pero la consumación no tiene que ser en la noche de bodas. Podemos tomarnos nuestro tiempo, Harry. Tendremos toda una vida juntos-.