Minutos antes del final del combate
Dos angeles caidos seguían a Koga con shizuma en brazos, había estado huyendo de ellos un buen rato, Frou había hecho trampa para poder tener a asia y a la niña de su lado.
-Ahhh!!- una explosión se produjo frente a el dejándolo herido, estos problemas jamás le habían tocado.
Estando en el suelo se replanteo si de verdad este era su final, protegiendo a la única persona que lo tomaba en serio a la hora de entrenar.
-Malditos, porque hacen esto?!- grito cuando con cadenas lo dos angeles caídos lo inmovilizaron.
-El señor Frou necesita a la niña para hacer experimentos con ella- dijo y de un golpe dejo inconsciente a Koga.
-Déjala en el cubo e informa que la misión está cumplida- ordenó el caído a su compañero que aviso por medio de un círculo mágico a Frou, ahora podía enviar a Hayato lejos del lugar de la pelea.
-Bien vámonos nuestro trabajo terminó- con eso hecho ambos caídos se marcharon dejando a Koga inconsciente en el suelo.
El maestro Adrián paso a un lado de el corriendo a gran velocidad a su lado un ángel con armadura lo acompañaba.
En alguna parte del Inframundo (actualidad)
Parecía ser temprano por la mañana en el Inframundo, las hojas de los árboles se movían a la par de aquella brisa temprana del amanecer, parecía ser un día más, otro día normal en ese mundo extraño y hermoso al mismo tiempo.
Los ojos de cierta chica pelinegra se abrieron con timidez por los rayos solares y el cansancio generado la noche anterior, de pronto sintió un dolor algo agudo en la parte inferior de su cuerpo, se levantó un poco solo para encontrar su pierna notablemente dañada.
Intento mover su mano derecha pero parecía estar dañada también, con cansancio y dolor logro levantarse, hizo un gran esfuerzo para mantener la postura firme y no caer, al momento de llegar a su lucidez recordó lo que había pasado la noche anterior, la caída había sido terrible, por suerte había logrado sobrevivir.
De pronto recordó que no estaba sola, un chico apuesto al parecer de la misma raza que ella la había salvado, el último hombre de su especie, busco algo desesperada por el lugar, era extraño sentir todo ese dolor en el cuerpo cuando había caído en un hermoso lugar lleno de flores.
-Ahí, está!- hablo con dificultad, al divisarlo hechado algo lejos de ella sobre las hermosas flores.
Cuando dió un paso aplastó algo extraño, bajo la vista para ver aquello que le interrumpió el paso, se sorprendió y asustó al ver un ala de demonio por la mitad.
Hizo un esfuerzo por no vomitar y también para no desmayarse, avanzo hacia el chico con esfuerzo, ubico un pequeño camino de sangre entre las flores, no era mucha o eso pensaba ella.
Se agachó para asegurarse de lo que ella creía era el triste final del muchacho al salvarle, pero se sorprendió al verle respirar.
Lo miro al rostro, no podía decir si era alguien atractivo nuevamente con todas esas heridas y sangre en la cara, las facciones del muchacho estaban todas raspadas, sucias con tierra y pétalos de flores, observando su cuerpo vio la pierna lastimada perforada por una rama bastante gruesa, un brazo roto, la falta de un ala en su cuerpo, la otra también estaba rota pero no era tan grave, ya no podría volar de todos modos.
Estaba lastimado por todos lados, como podía seguir siquiera con vida, aquello le parecía absurdo, pero le reconfortó porque la había salvado, después de todo, son por así decirlo los últimos de su especie, claro el, ella y su hermana shirone.
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Naci Para Pelear DxD
Fanfiction-No los perdonaré nunca!!- grito en cólera a sus enemigos, la sangre que derramaban sus heridas no le importaba, la rabia invadía su ser como si de tener sed se tratase. Lo único que le importaba era su venganza, acabar con la vida de quienes le arr...