-Chiquilla admito que eres fuerte, pero no serás capaz de detenerme tan fácilmente- el dios griego hablo con soberbia y confianza rebosante, sonreía con tanta superioridad que incomodaba a la nekomata albina, ahora transformada- ten concederé el honor de morir en mis manos si es lo que deseas shirone.La albina subió los brazos en guardia, ahora todo dependía de ella, mientras los demás permanezcan a salvo nada más importaba, si lograba ganar tiempo los demás escaparían sin ningún problema.
Cerro los puños con fuerza recordando aquello que lleva consigo y lo que debe proteger a toda costa, no debía pelear por temor a que le pasase algo a su hijo o hija, pero era eso o morir en manos de aquella psicópata deidad.
Sus amigos la necesitaban, su hermana la necesitaba, su pareja la necesitaba, extrañamente su mundo había dado un giro inesperado desde aquel momento...
-Oye, quieres un helado?- pregunto Hayato con alegría, aquella pregunta que jamás fue respondida, dió el inicio a todos los momentos que había estado viviendo, conocerlo por accidente fue sin duda la mejor experiencia, y sin dudas el mejor helado que había probado.
Cundo lo vio morir en sus brazos, le dió el peor de los dolores y el mejor de los regalos, le había dicho que la quería mucho mas allá de lo que ella creía, más de lo que imaginaba, de lo que soñaba.
La obligó a perder el control y le dió lo que ahora podría decirse es una familia aparte de el clan Gremory, "su" familia.
El mundo que ella tanto odio hace tiempo le dió el karma de llegar a amarlo, porque todo lo que ella quería estaba en este mundo y no podía ver cómo lo destruyen, primero tendrían que derribarla.
Koneko se lanzó con un golpe que asestó en la cara de Ares sorprendiendolo por la fuerza generada.
-Roah!!- un golpe recto de derecha se estrelló en la guardia cerrada de koneko haciéndole daño aún cuando logro bloquearlo.
La nekomata retrocedió sorprendida, así que eso fue lo que sintió Hayato cuando recibía esos puñetazos momentos antes, Ichiro no era más fuerte que el dios pero eso demostraba el nivel de su oponente.
-Ahhh!!- Ares se lanzó al ataque con una patada que la neko bloqueo y devolvió sin éxito.
-Eso no será suficiente!!- una patada mawashigeri envío a volar a koneko hacia una rocas.
-Rayos!- la albina se levantó más seria que antes limpiándose la sangre de la boca.
-Koneko ten cuidado!!- grito kuroka, Hayato se estremeció un poco de dolor su heridas empezaban a desaparecer pero aún ardían como el infierno aquellas quemaduras.
-Muere, tenmetsuhitto!!- la ráfaga que envío Ares se dividió en tres koneko las esquivó dando piruetas desplazándose por el lugar.
-Ah!!- koneko piso el suelo con fuerza al tiempo que su cola blanca se erizaba y tensaba por la fuerza, una roca gigante emergió del suelo como si levitara frente a ella, acto seguido la pateó enviando el ataque hacia el dios guerrero.
-Eso es todo!?- Ares pregunto golpeando la roca y destruyéndola pero koneko salió de entre los pedazos repentinamente.
Boom!
Una explosión de poder hubo y un crater bajo los pies de Ares se formó, su cabeza miraba hacia atrás mientras brotaba sangre de su rostro, marca de la fuerza sobre natural de koneko.
-Hioh!!- un maullido dió el avisó de otro golpe poderoso que aterrizó en el vientre de Ares provocando que la armadura se destruyera como simple roca.
-Maldita chiquilla!!- está vez fue turno de koneko de sentir un golpe tan potente como los suyos, un seiken por parte de Ares fue enviado a su rostro para provocar el mismo desastre que el golpe que ella ejecutó anteriormente.
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Naci Para Pelear DxD
Fanfiction-No los perdonaré nunca!!- grito en cólera a sus enemigos, la sangre que derramaban sus heridas no le importaba, la rabia invadía su ser como si de tener sed se tratase. Lo único que le importaba era su venganza, acabar con la vida de quienes le arr...