cap38: Bestia ojirroja.

31 5 1
                                    


-Muy bien quien será el primero?- pregunto Hayato con una mirada de combate y emoción por pelear mientras detenía con su mano izquierda el mazo gigante de aquel demonio frente a el.

Kuroka lo abrazaba sonrojada, era su héroe en esos momentos y nada cambiaría eso, aquel brazo derecho que le sostenía por la cintura con delicadeza la hacia sentir segura como nunca antes, que bueno que al menos el último hombre neko no había muerto y era tan fuerte como lo era su atractivo, su cola se mecía con tanta emoción que parecía la de un perro emocionado.

Volteo la vista para detallar el rostro del hombre que la salvaba por segunda ocasión, encontró aquellos ojos rojos llenos de emoción por lo que estaba sucediendo, tal vez el disfrutaba de salvar damiselas en peligro justo como lo estaba haciendo con ella.

-Kuroka retrocede, yo me haré cargo ahora- las palabras que salieron de su boca le dijeron claramente que su emoción no era por salvarle sino por pelear, pelear era lo que lo emocionaba de esa manera tan maravillosa, que seguro se veía, con la emoción en el rostro, cuan fuerte sería?, más que ella?, más que Vali tal vez?, no le importaba, apenas terminará con esas escorias se aparearia tanto con él que traerian de vuelta su raza.

-Señorita creo que él estará bien, venga conmigo, tengo que curarle- hablo el anciano a espaldas de ambos kuroka volteo a verle aún abrazando a Hayato como si no pudiera soltarlo, y claro que no quería, este era su hombre.

-Ve kuroka no te preocupes por mi, puedo con ellos yo solo- dijo mirándola con una sonrisa tranquila, ella solo pudo asentir con un sonrojo, soltandolo, al momento que lo soltó el mazo que Hayato sostenía regreso con su dueño.

-Porque la proteges acaso no sabes que ha hecho esa mujer?- pregunto serio el líder dejando el mazo en el suelo.

-Disculpen que no esté informado, pero a mis ojos, son cinco hombres apaleando a una mujer indefensa- dijo Hayato sonriendo de manera retadora, sus escarlatas ojos brillaron con intensidad por la emoción de luchar nuevamente.

-No me interesa lo que haya hecho, lo único que me importa a mí, es justo lo que está por pasar ahora- espeto el híbrido mientras apretaba los puños y su rostro de emoción cambiaba a uno de combate.

Kuroka ahora lo entendía, ante aquellas palabras solo pudo llegar a una sola conclusión, el hombre que la salvó era un adicto al combate, por eso su cuerpo estaba tan marcado con cicatrices, por eso pudo aguantar todo lo que aguanto hasta este punto, por eso su maravillosa emoción en su rostro, eso la termino decepcionando, no por el hecho de que el muy probablemente último hombre de su especie es un loco adicto al combate, sino porque ella no era el centro de aquella emoción.

-Vaya, jamás e visto a alguien que le guste tanto pelear, un hombre sin miedo- dijo el viejo al costado de kuroka mientras la curaba, ella lo escucho, eso no era falta de miedo sino completa estupidez, su perversa mente solo esperaba que le gustará el sexo tanto como pelear, por qué lo dejaría seco la primera noche de no ser así.

Se dió un golpecito en la frente por tener esos pensamientos tan impuros en estos momentos.

Los demonios se colocaron en guardia en cuanto el mazo de su líder era recogido del mango.

-Estás seguro que no quieres que te ayuden?, lamentaras esa confianza muchacho- hablo el líder del grupo preparándose para atacar con mazo en mano.

-Soy el más fuerte en este lugar muchacho y prueba de eso son los hombres que tengo bajo mi mandato, no podrás contra mi- dijo sonriendo el demonio.

-La fuerza de un hombre no se define por el número de personas a las que gobierna, si no por su valor para aprovechar la oportunidad de atacar, al filo de la vida o la muerte- dijo Hayato dando saltitos ya preparado para empezar la masacre y eso lo decían claramente sus ojos que brillaron intensamente ahora teniendo la forma de los ojos de un tigre furioso.

Naci Para Pelear DxDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora