Narra Narumi
-¡Vamos Narumi!- se escuchó una voz aguda desde abajo. Resoplé, me puse mi chaqueta, cogí mi mochila y comencé a bajar las escaleras con pasos lentos y sonoros debido a las botas negras que llevaba puestas.
Tras terminar de bajarlas, me dirigí al salón, en el que se encontraba una morena entusiasmada.-Ya estoy...- dije aún algo dormida llegando al lado de la morena.
-¡Pues vámonos!- exclamó con una sonrisa dándose la vuelta y dirigiéndose hacia la puerta bajo mi mirada. Paró en seco y se dio la vuelta para volver ha hablarme.- Oye Narumi, no has desayunado...- Yo al escuchar aquello sonreí de lado y comencé a andar hacia la puerta pasando por el lado de la chica y abriendo la puerta del piso para salir.
-Vamos Hina, no te preocupes...- dije con una sonrisa para no preocuparla.- Yo nunca desayuno...- ella se encogió de hombros aún algo dudosa y salió del piso para después yo cerrar la puerta y comenzar a andar con ella.
-Es el primer día Naru, que ilusión, verdad?- yo ante eso, levante una ceja y la mire incrédula a lo que acababa de decir, ella comenzo a reír.- ¡¡Estaba bromeando!! Estoy deseando terminar...-hizo una pausa.- Y tu hermano, ¿Salió antes de casa?- preguntó extrañada, ya que no le había visto por la mañana.
-Si, salió antes... iba a quedar con sus amigos para ir, ya sabes cómo es...- la mentí con total naturalidad y frialdad.
Tras llegar al colegio, se impartieron las clases correspondientes y no fue hasta el descanso cuando vi a un rubio.
Él se encontraba con sus amigos saliendo del baño, Hina se había ido a organizar un proyecto con otra compañera.-¡Oye imbécil!- Grité en el pasillo ganándome las miradas de los demás.-¿Dónde estabas?!- pregunté llegando hasta su lado a paso ligero.- ¿¡Y qué te ha pasado en la cara?!- dije alterada debido a los fuertes golpes que tenía en el rostro.
-Lo sé... perdona...- contestó cabizbajo, no quise machacarle con el tema.
-No te preocupes.- contesté con un suspiro.- No me gusta que estés así de golpeado, Takemichi...- dije dándole un pequeño abrazo. Estuvimos hablando por pocos minutos y después él se fue con sus amigos y yo volví con Hina.
El día en la escuela pasó lento. Hina y yo nos fuimos a casa, cuando ella tomó su camino yo fui dirección a la tienda de libros de mi barrio.
Tras estar eligiendo y mirando algunos libros, me decidí por uno y lo compré para después dirigirme a casa.
Iba paseando bajo los rayos el sol de mediodía, cuando escuché un grito algo alejado del camino por el que yo iba.-¿¡Que le pasa a ese!?- preguntó una voz en la misma dirección que el grito.
-¡¡Piérdete enano de segundo!!- dijo otra voz. No tenía planeado involucrarme en aquella disputa. Sin embargo mis planes cambiaron cuando escuché una voz conocida.
-¡Oigan! ¿¡No se les hace aburrido ver los mismos combates todos los días?!- exclamó esa voz mientras mi paso se dirigía hacia ella.-¿No quieres ver algo más interesante?- terminó de decir Takemichi cuando llegué a asomarme desde arriba de la escalera y le veía bajando por ella.
-No hay nada más interesante...- contestó Kiyomasa.
-¿Nada como, el rey contra el esclavo?- volvió ha vocear Takemichi. "¿Acaso está tonto?" Me preguntaba mentalmente.- Kiyomasa, ¡Peleemos a puño limpio!- propuso mientras levantaba su puño y yo abría la boca sorprendida.
Kiyomasa accedió y terminaron de bajar las escaleras para comenzar el combate mientras las demás personas los rodeaban.-Luego no te acobardes...- dijo Kiyomasa con el cigarro en su boca dándole un fuerte puñetazo a Takemichi en el estómago. Yo ante aquello abrí los ojos y comencé a acercarme a ellos pasando así a varios miembros que se mofaban del rubio.
Le dio otro golpe en la cara para después seguirle con otro puñetazo.
Después agarró sus hombros para darle un rodillazo en el abdomen.
Sorprendentemente Takemichi aún seguía en pie. El más alto no parecía satisfecho por lo que le volvió a golpear y después giró sobre sus talones para dar una fuerte patada en el rostro de Takemichi, el cual comenzó a sangrar en abundancia.
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La Calma De La Tormenta [Manjiro Sano]
FanfictionLos mellizos Hanagaki se cruzan en el camino de el Gran Invencible Mikey, llamando su atención aunque de manera distinta.