Narra NarumiDespués de salir de aquel sitio en el que se había llevado a cabo la pelea, nos apresuramos a alejarnos lo más rápido de allí debido a las sirenas que se escuchaban.
Mikey y yo íbamos a la par. Delante iba Draken y Mitsuya, y detrás mi hermano con Chifuyu. Nadie hablaba, íbamos a paso rápido sin decir ni una palabra de lo que había ocurrido, solo se escuchaba el llanto reprimido de Chifuyu y mi hermano.-Aquí está bien.- sentenció Draken serio, dándose la vuelta y mirando en dirección a nosotros.
-No podemos llevarlos a un hospital...- dijo Mitsuya al vernos la sangre. Que a diferencia que la mía, la frente de Mikey se encontraba mucho más mojada. Estuvieron pensando hasta que Mitsuya volvió a hablar.
-Bien.- pronunció Mitsuya después de haberlo pensado por un tiempo.- Vamos a mi casa. Vosotros iros a la vuestra...- dicho eso, Draken, Mikey y yo nos dirigimos por las calles de Tokio a la casa de Mitsuya, quien nos estaba guiando.- Bienvenida a mi casa Narumi.- me dijo con media sonrisa.
Al entrar, una niña de no más de 6 años se acercó a toda prisa.
-¡¡Ken!!- se alteró llegando hasta nosotros.-¡¡Mikey!! ¡¿Que os ha pasado?!- al verme apartó al alto y me cogió la cara entre las manos.- Oh dios mío... estais sangrando... y mucho. ¿Qué ha pasado hermanito?- se dirigió a Mitsuya. Aquella era la hermana menor del pelilila.
-Vamos Luna...- dijo Mitsuya entrando en casa por completo y dejándonos pasar. Allí en el sofá se encontraba otra niña con dos moños, que al vernos se alteró de sobremanera.
-¡¡Ohh!!- dijo tapándose la boca.
Nos sentamos en el sofá y Mitsuya fue a por un poco de alcohol. Tras terminar salió al patio con Luan.
-Que guapa eres Naru...- dijo Mana con una sonrisa mientras me cogía un mechón de pelo.
-Muchas gracias... tu también eres muy guapa pequeña...- Al ver que Draken y Mikey no hablaban, decidí hablar yo.- Será mejor que nos vayamos... ¿te parece?- la pregunté mientras ella asentía.
-Oye Mitsuya... muchas gracias.- dije llegando al patio con Mana.- Te debo una.- le dije con una sonrisa mientras le abrazaba.- Ahí están hablando... yo me voy para casa que mi hermano estará preocupado.
-Está bien Narumi. Cuidate y de verdad que no me debes nada...- me dijo con una sonrisa.
-Cuidense pequeñas... y tú también Takashi...- dicho eso salí de su casa y volví a casa, en la que se encontraba mi hermano dormido profundamente en el sofá. Miré el reloj, aún era pronto para dormir, pero fui a por una manta para arroparlo, había sido un día duro y los músculos del tonto de mi hermano se encontraban adoloridos.
-Después haré unos macarrones con tomate...- pensé mientras subía sigilosamente las escaleras de la casa hacia mi habitación.
____ 3 Días Después ____
Por la mañana, nuestro timbre sonó, dejándonos a Takemichi y a mi algo sorprendidos ya que no esperábamos a nadie. Al abrir la puerta nos encontramos con Draken. Nos pidió que le acompañaramos a una tarea que tenía.
Por el camino nos dijo que íbamos a ir a la prisión en la que Kazutora se encontraba, ya que Mikey le quería enviar un mensaje a través del rubio.
Mikey perdonaría finalmente a Kazutora.-Solo pueden pasar dos acompañantes...- avisó el guardia que allí se encontraba. Oído eso, me apresuré a hablar.
-Pasar vosotros, yo me quedaré aquí esperandoles.- les dije con una sonrisa. Una vez entraron, me senté en una banca a la sombra y rebusque en mi bolso, sacando un cigarrillo algo arrugado.- Me vale.- dije internamente mientras me lo ponía en los labios y prendía el extremo con el mechero. Tras esperar algo más de 30 minutos, salieron por la misma puerta que habían entrado, yo me levanté del banco y me dirigí hacia ellos.- ¿Qué tal?- me apresuré a preguntar.
-Bien...- contestó Draken.- Menos mal que hiciste entrar en razón a Mikey, gracias.- Ante aquello, mi hermano se quedó algo confundido y el alto al verlo volvió a hablar.- Narumi habló con Mikey para que no cargara con todo el rencor...- ante aquello mi hermano asintió.
Comenzamos a andar nuevamente por las calles de Tokio, ahora por el centro de la ciudad. Los edificios eran lujosos y altos, había mucha publicidad sobre nuevos productos que las grandes empresas lanzaban a la venta.
-¿Dónde vamos ahora?- pregunté mirando hacia arriba.
-A mi casa.- contestó Draken en su típico tono. Takemichi comenzó a decir comentarios de los suyos, alagando así a la supuesta casa del Ryuguji. Tras andar y subir a un edificio, vimos como la puerta del ascensor se paraba en un burdel.
-¡Perdón, nos equivocamos de- pero mi hermano fue interrumpido por la voz de Draken.
-Ya llegué...- avisó. Ante aquello me quedé aún más confusa, por no hablar de mi hermano.
-Ay Kenni, tienes que cambiar las luces del descansillo- pidió una chica con ropa transparente.- Uy- dijo mirándome de arriba abajo.- ¿Una nueva compañera? ¿Cuantos años tienes?- me preguntó, yo no sabía que decir.- Seguro que les gustarás.- dijo mirándome el pecho, en ese momento dirigió una mano a mi pecho izquierdo- Si, ya te digo yo que si.
-¡Que no! ¡Que es una amiga!- dijo Draken sin paciencia ante la chica. Ella se disculpó repetidas veces mientras yo con una sonrisa le restaba importancia.- Venir, ir a la sala de espera, ahora vengo a por vosotros.- Takemichi y yo nos sentamos en las sillas que había. Al mirar a mi hermano vi como este se encontraba muy nervioso.
-Ey Michi... tranquilizate, si?- le dije. Al mirar al frente, el hombre detrás del mostrador me hizo una seña para que fuera.- ahora vengo.- Le dije.
-¿Eres novia de Ken?- preguntó el hombre con media sonrisa, yo ante aquello negué.
-Solo somos amigos.- contesté con una sonrisa algo incomoda.
-Oh que pena... se me hace extraño que Ken traiga amigos... solo ha traído a un rubio bajito de pelo largo...-hizo una pausa- ¿Como se llama? ¿Matiro? ¿Ma...
-Manjiro- finalicé y el asintió dándome la razón. Tras estar hablando un rato más con el hombre, me di la vuelta y al mirar a la sala de espera, mi hermano había desaparecido.
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La Calma De La Tormenta [Manjiro Sano]
Fiksi PenggemarLos mellizos Hanagaki se cruzan en el camino de el Gran Invencible Mikey, llamando su atención aunque de manera distinta.