Enamorado
Harry no podía dejar de jadear extasiado, aquello era mucho mejor de lo que pudo haber imaginado. Severus le recostó sobre la cama sin dejar de besarlo, sus manos continuaban acariciándole el rostro con la mayor ternura que alguien había puesto en él, y en contraste, la pierna del Conde rodeó su cuerpo frotándole casi distraídamente su entrepierna.
El sabor de su boca era adictivo, pensó que podía vivir por siempre sintiendo sus labios succionados por los de aquel atractivo hombre.
Puso todo su esfuerzo en corresponderle en la misma manera, no quería por ningún motivo que notara que era su primer beso, debía darle la confianza de hacerle creer que sabía lo que hacía... aunque no tuviera la más mínima idea.
Gimió en protesta cuando Severus dejó su boca pero se olvidó de inmediato al sentir como recorría su cuello entre besos y mordiscos. Enseguida hizo su cabeza a un lado para darle todo el espacio posible, le era sorprendente ver como todo su cuerpo reaccionaba con el contacto de los labios de Severus
— Harry... di que eres mío. —susurró Severus al oído que acariciaba en ese momento con la punta de su nariz—. Júrame que nadie más que yo tocará tu cuerpo.
— ¡Se lo juro, Conde! —exclamó de inmediato sorprendiéndose de lo espontáneo que brotó su juramento, pero lo sabía, quería hacerlo, y dejó que su corazón hablara—. Mi cuerpo y mi vida son suyas, cuidaré de ellos para que nadie más profane su derecho sobre mí... Soy suyo, Milord, total y exclusivamente solo para usted.
Severus se alejó un poco para sonreírle mirándole a los ojos, le causó una graciosa ternura escuchar la ferviente declaración de Harry, jugueteando pasó sus brazos bajo el chico para cargarlo y acomodarlo mejor sobre la mullida cama. Harry rió de felicidad, era emocionante cada gesto que Severus tenía con él. Estuvieron jugueteando unos segundos antes de volver a besarse olvidando las risas.
— ¿Realmente quieres hacer esto? —volvió a preguntar Severus, necesitaba estar convencido de que Harry no tenía la menor duda.
— ¿Quererlo?... ¡Milord, se lo imploro!
Harry le sujetó por la mandíbula tomando por primera vez la iniciativa para besarlo y le gustó sentir como el poderoso Conde se derretía en sus manos. Pero duró solo unos segundos porque todo cambió, la ansiedad y el deseo de Severus se incrementó al doble con la audaz actitud del jovencito bajo él, rápidamente intentó quitarle la ropa, le urgía hundirse en su carne, beberlo hasta saciar la sed o morir en el intento.
El estómago de Harry se encogió ante la abrupta pasión que surgió. Sintió miedo, aunque eso no menguó su propio deseo de continuar, sin embargo, su valor se vio afectado, estuvo a punto de apartarlo cuando el Conde estrujó dolorosamente su entrepierna pero unos fuertes golpes en la puerta les interrumpió antes de que lo hiciera.
— ¡Maldición! —gruñó Severus mientras se incorporaba, estaba decidido a darle un escarmiento a quien se haya atrevido a importunar.
Harry se deslizó sobre la cama para quedar apoyado sobre la cabecera.
"Dios, dame fuerza" Rogó sin poner atención a lo que ocurría en la puerta. "Me gusta, me vuelve loco... pero me asusta. Debe doler demasiado y el Conde es muy fuerte... Sé que me va a doler y no quiero que piense que no me gusta ¿o será que debe ser así? ¿Será que no debo mostrar placer y solo rendición?... ¿Cómo debo de reaccionar?"
— Lo siento, Harry, de verdad.
La voz de Severus le despertó de sus pensamientos, por un segundo creyó que se disculpaba por su tosquedad pero le vio arreglándose para salir.
— ¿A dónde va?
— La lluvia es más fuerte esta noche, el río está a punto de desbordarse así que tengo que ir a ver si hay riesgo para la población.
— ¿Le acompaño?
— No es necesario, quiero que me esperes aquí, será delicioso tener un motivo tan hermoso como tú para volver a casa sano y salvo.
Harry sonrió pero no estaba feliz, ahora que Snape tenía que irse lamentó haber tenido dudas. Bajó corriendo de la cama para abrazarlo.
— Solo recuerde, Milord, que su cama y yo lo estaremos esperando.
— Dios, Harry, no hables así porque me olvido de todo para quedarme contigo. No sé cómo haces para excitarme tanto.
— Me halaga saberlo, Señor, quiero que su vientre viva endurecido por mí.
— Oh por todos los cielos —jadeó enloquecido.
Severus no pudo contenerse y sujetó a Harry por la cintura elevándolo del suelo y volviendo a besarlo con tantas ganas que parecía querer comerlo vivo. En esa ocasión a Harry no le incomodó su fuerza, por el contrario, toda su piel se estremeció con la sensación de poderío que le envolvía.
Después de que Severus se fuera, Harry regresó tambaleándose a la cama, aún mareado por tantas emociones juntas.
"Sí, quiero someterme a usted, Milord" Pensó excitado, su entrepierna palpitaba casi dolorosamente ansiando ser tocada por esas manos fuertes e intensas. Harry estaba muy acostumbrado a fingir vulnerabilidad para obtener lo que deseaba, pero ahora empezó a encontrarle el gusto a ser dócil. Su miembro respingaba humedecido con solo imaginar abandonarse entre los brazos de Snape, sin esperar nada a cambio, tan solo por darse a sí mismo.
Colocó una almohada entre sus piernas con la intención de calmar la ansiedad que tenía por ser tocado pero el remedio fue peor, el aroma de Severus se desprendió alterándole cada uno de sus sentidos.
— Conde... por favor regrese. —suplicó mirando hacia la puerta—. Alivie mi cuerpo o arderé en mí mismo.
Harry mordió la almohada esforzándose por no pensar, podía sentirse más duro de lo que jamás estuvo pero no quería desfogarse solo... se lo había prometido, el Conde era dueño de su cuerpo y él solo encontraría consuelo cuando fuese conducido al éxtasis por quien tenía el derecho de hacerlo.
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Demonios con corazón de azúcar
FanficEran dos almas solitarias buscando embaucarse el uno al otro. Sin embargo, sus artimañas quizá no sean tan eficaces cuando el corazón decide entrometerse. Snarry